viernes, 2 de diciembre de 2011

The Way Back, Camino a la libertad, el viaje de los héroes

Título original: The Way Back
Calificación: TE
Duración: 133 minutos
Género: Drama
Año: 2011
País: USA
Director: Peter Weir
Elenco: Ed Harris, Jim Sturgess, Sadirse Ronan y Collin Farrell.

José Astorga @SignisCineChile

La forma en que un autor describe y construye a sus personajes, interna y externamente; el ambiente donde están insertados y la forma en que este ambiente toma cuerpo y va siendo parte fundamental del armado psicológico, físico y afectivo de estos personajes, son parte fundamental en la construcción del relato.

Este es el caso de Camino a la libertad de Peter Weir (La costa mosquito, The Truman Show), quien se toma su tiempo para ir construyendo paso a paso las particularidades de cada uno de sus personajes y cómo se van desenvolviendo en la maravillosa naturaleza que es la amenaza omnipresente que se opone a sus deseos de recuperar la libertad perdida. La naturaleza entonces presenta la dualidad de ser inefable pero a la vez mortífera.

La narración, pausada pero no lata, está apoyada por la excelente fotografía de Russell Boyd (Gallipoli y El año en que vivimos en peligro, ambas de Peter Weir), que transforma los parajes naturales, como el lago Baikal, la mayor reserva de agua dulce de Siberia –nombrado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1996–, en una trampa de riveras fangosas imposible de cruzar y una fuente de vida que parece ofrecerles las bendiciones inesperadas.

Weir arma un relato con personajes épicos, personajes que en su evolución van descubriendo la tenacidad, el ingenio, la desesperanza y el tesón que los llevará a conseguir la ansiada libertad aunque sea más allá de su propia muerte.

Hacia el comienzo, los protagonistas deben enfrentarse a lo agreste de una postal de ceniza que se extiende hasta  donde termina la capacidad de mirar. El escape del gulag ruso en medio de Siberia es la nada misma. Bien lo dice el encargado de la prisión en su discurso de recibimiento de los nuevos prisioneros en tono de epitafio: "Enemigos del pueblo, ni los perros ni las alambradas son su cárcel, sino Siberia con sus 5 millones de km".

Fotogramas de la película



Pero no sólo Siberia es su cárcel, también lo son las llanuras y tundras del Tíbet y los Himalayas, donde deben aprender a compartir, convivir con sus propios secretos y poco a poco ir abriendo sus almas en este viaje desde la muerte a la luz, desde el infierno a la libertad, con pequeños milagros que Dios parece ir poniendo en su camino para recordarnos que en los momentos de crisis nos aprieta el cuello pero no nos ahorca, que tras toda situación imposible de resolver siempre hay una salida si tenemos fe y luchamos, con tesón y entereza contra todo aquello que se opone a nuestros deseos y que el perdón puede ser el más grande de los objetivos para conseguir la libertad y regresar a casa.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario