El título original, Conspiración de Silencio, es más elocuente para este tortuoso relato de la vida real que remueve lo que estaba sepultado.
Cuando en 1958 Alemania ha dejado la guerra atrás y el país prospera, existe un sentir general entre sus habitantes que lo ocurrido antes, por motivos de salud mental, debe silenciarse y, en lo posible, sumergirse en el olvido.
A esa altura del “milagro alemán” de Adenauer gran parte de los jóvenes ni siquiera han escuchado hablar de Auschwitz. Y poco les importa. Hay optimismo en un país que se está reconstruyendo a sí mismo.
¿Hasta qué punto estaban los familiares cercanos relacionados con el nazismo y las atrocidades cometidas?
Un joven fiscal, Johann Radmann, siente la inquietud moral por conocer la realidad de lo sucedido, y de quienes fueron sus cómplices.
Centra sus primeras pesquisas en Josef Mengele, Ángel de la Muerte, médico que experimentó con prisioneros y niños judíos en un supuesto afán de progreso científico.
Pero mientras más se interna en su búsqueda, acompañado por un periodista, se van revelando hechos y personas involucradas que ahora llevan vidas tranquilas como cualquier ciudadano.
Radmann (Alexander Fehling), personaje ficticio inspirado en tres fiscales jóvenes, Kulger, Wiese y Vogel, recibe el rechazo, e incluso la burla de su ámbito profesional, ante semejante empresa de denunciar culpables. Son cientos de miles los expedientes almacenados en bodegas después que el juicio de Nuremberg finalizó su labor.
Hasta un pintor judío (Johannes Kirsch) que perdió a toda su familia trata de sobrevivir a la impotencia por medio del olvido y el aturdimiento.
Y seguimos la odisea de Radmann en su ideal de justicia, bajo la venia de su fiscal jefe. Pero en la medida en que van surgiendo las verdades, también va constatando que ni siquiera su propia familia, y la de su amada, estaban libres de culpa. Y a pesar de su dolor sigue adelante hasta despertar la conciencia de un pueblo estratégicamente dormido.
El filme es suave, complejo y preciso; pero con semejante objetivo dramático es imposible distraerse del protagonista y de las personas que lo rodean, tanto en su favor como en su contra. Es una trama muy bien resuelta para semejante madeja histórica y emocional.
UN FILME BIEN REALIZADO QUE INVITA A REFLEXIONAR SOBRE EL SILENCIO TRAUMÁTICO Y COLECTIVO QUE SIGUE AL HORROR DE UNA GUERRA
Ficha técnica
Título original: Labyrinth des Schweigens
Drama, Postguerra, Justicia
Alemania
Duración: 122 minutos
Guionistas: Elisabeth Bartel, Giulio Ricciarelli, Elisabeth Bartel
Fotografía: Martin Langer, Roman Osin
Música: Sebastian Pille, Niki Reiser
Montaje: Andrea Mertens
Pre-Nominada por Alemania a los Oscar 2016
Actores: Alexander Fehling, Andre Szymanski, Friederike Becht, Johannes Krisch, Hansi Jochmann, Johann von Buelow, Robert Hunger-Buehler, Lukas Miko, Gert Voss
Director: Giulio Ricciarelli
Director: Giulio Ricciarelli
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