En los últimos años – y en casi todos los países - han proliferado las guionistas y directoras de cine. Y mientras más perfeccionan su oficio, más reflejan un modo particular de narrar sus historias, de introspectar a sus personajes – especialmente a los femeninos – y de estructurar una particular topografía dramática de sus relatos. En años anteriores fueron pocas – y a veces destacadas – las realizadoras, como Agnes Varda, Liliana Cavani y la muy irregular Lina Wertmüler; pero luego irrumpieron Jane Campion, Sofia Coppola, Kathryn Bigelow, la peruana Rosario García-Montero y nuestras recientes chilenas Marialy Rivas, Constanza Fernández y Alicia Scherson, entre varias más.
Es interesante constatar cómo en ellas va surgiendo un lenguaje narrativo diferente al masculino. Hay una manera constante de contar las historias, de exponer los sentimientos, conductas y reflexiones de sus personajes primordialmente femeninos y, así mismo, de mirar a los hombres desde una perspectiva poco habitual, y bastante crítica.
En GINGER Y ROSA, por encima de la anécdota predominan los sentimientos y reflexiones de las jóvenes protagonistas frente a los acontecimientos, tanto del mundo exterior como de sus intimidades.
Dos adolescentes inglesas, que nacieron casi al mismo tiempo, y que crecen muy unidas en amistad, van enfrentando sus temores, instintos, opciones de vida, y reaccionando de formas diferentes ante el mundo que las rodea.
El acento se pone en las EMOCIONES, ya que los eventos son múltiples: separación de sus padres, peligro de conflicto nuclear, despertar sexual, miedo a la muerte, desconcierto frente a las reacciones de los adultos, decepción ante la amistad.
Es un filme que debe verse, y seguirse, más desde la plataforma de la “convivencia” que desde el argumento.
El principal mérito de su autora, Sally Potter, fue motivar a sus actores en base a las “reacciones”, tanto frente a las demás personas como ante los acontecimientos cotidianos de la vida diaria; y todo esto inserto en conflictos y temores ante una eventual guerra nuclear.
La directora contó con excelentes secundarios, todos posicionados en los anhelos de sus pequeñas circunstancias diarias. Pero el mayor mérito lo lleva la actuación transparente y visceral de Elle Fanning – de 14 años representando 17 - joven hermana de la ya consagrada niña prodigio del cine estadounidense, Dakota Fanning.
Es un filme que logra su propósito: identificar a las espectadoras adultas con las vicisitudes existenciales, emotivas, poéticas, sexuales y románticas de cuando ellas fueron muchachas adolescentes en la década de los 60.
TALENTOSO Y SENSIBLE FILME – MUY FEMENINO E ÍNTIMO – CON ESPLÉNDIDAS ACTUACIONES Y PARA UN PÚBLICO REFINADO.
Ficha técnica
Titulo Original: Ginger & Rosa
Distribuidor: BFD
Calificación: 14
Duración: 90 min.
Género: Drama
Año: 2012
País: Reino Unido
Elenco: Elle Fanning, Alice Englert, Christina Hendricks, Annette Bening y Alessandro Nivola.
Director: Sally Potter
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