Disponible en Netflix.
Vitoria, Álava (España), corre el año 2016. Dos cadáveres aparecen desnudos en la cripta de la Catedral Vieja. ¿Un ritual? ¿Algo ya conocido? Hace 20 años fue encarcelado un asesino serial que procedía de la misma forma y que aun está en la cárcel. ¿Es entonces un seguidor o el asesino es otro?
El caso lo toma el inspector Unai López de Ayala -Javier Rey- quien con la ayuda de Estíbaliz -Aura Garrido- investigan las pistas que los nuevos crímenes van entregando. La situación es de máxima tensión. Él encerró al culpable hace dos décadas, sin embargo la secuencia de asesinatos ahora continua. Aumenta la incertidumbre. El cuerpo policial a cargo de Alba Díaz de Salvatierra -Belén Rueda- parece tener el rumbo extraviado.
Daniel Calparsoro filma un guion de Roger Danès y Alfred Pérez Fargas sobre la novela homónima de Eva García Sáenz de Urturi. El relato va de más a menos pues un comienzo trepidante va lentamente cediendo con ciertas licencias las que no logran crear un piso sólido. Pero, si la historia es interesante y atrapa en un comienzo, ¿qué genera que decaiga con el correr de los minutos? Acá me permito un adelanto como excepción. La incertidumbre de quién es el asesino se despeja pronto y es reemplazada por conocer el momento en que será descubierto, por lo que esa nueva tensión se mantiene hasta el final. Lo que decae es cierto interés en el relato y debemos averiguar por qué.
Cuando tenemos una historia de este tipo podemos mantener la incógnita como punto de interés máximo. Sin embargo, si no lo hacemos, corremos el riesgo de mover el punto de tensión y no recuperarlo. Algo de esto pasa en “El silencio de la ciudad blanca” y se acentúa pues la opción del guion es privilegiar la trama del misterio. Los personajes no son su foco de atención por lo que no logramos definirlos bien y tampoco logramos hacerlos nuestros. La poca profundidad en su caracterización -más enfocada en su acción que en su razón de ser, en sus características, en su humanidad- no genera cercanía e inconscientemente pasamos por alto detalles que tal vez nos pueden ayudar a conectarnos más con la historia. Ni siquiera las menciones a las redes sociales aportan sustancia, siendo que son actuales, cercanas y generan opinión.
La novela en la que se basa la historia es una trilogía y esta es la primera entrega. Tal vez por ello aun queda material para continuar no usando aun todo lo disponible. El potencial es indudable y quizá debamos esperar la secuela para un repunte en la narración. Calparsoro es hábil con la cámara y la fotografía de Josu Inchaustegui es precisa para un filme de estas características por lo que queda esperar una continuación ya que esta primera parte nos deja con gusto a poco. Más que mal, en ocasiones ir de menos a más es una buena opción que permite gradualidad e interés. Ojalá esta sea una de esas oportunidades.
Ficha técnica
Título original: El silencio de la ciudad blanca
Año: 2019
Duración: 110 minutos
País: España
Productora: Atresmedia Cine / Rodar y Rodar
Género: Thriller. Intriga | Asesinos en serie
Guion: Roger Danès, Alfred Pérez Fargas (Novela: Eva García Sáenz de Urturi)
Música: Fernando Velázquez
Fotografía: Josu Inchaustegui
Reparto: Belén Rueda, Javier Rey, Aura Garrido, Manolo Solo, Àlex Brendemühl, Sergio Donado, Ramón Barea, Itziar Ituño, Pedro Casablanc, Rubén Ochandiano, Richard Sahagún, Ramón Agirre, Josean Bengoetxea, Itziar Aizpuru, Joseba Apaolaza
Dirección: Daniel Calparsoro
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