Interesante historia es la que presenta esta película dirigida por Miguel Ángel García de la Calera, sin embargo su ejecución y desarrollo resultan un tanto débiles. Los nudos de conflicto, que son evidentes desde el momento que conocemos la premisa, no se consolidan lo suficiente y terminan por diluirse progresivamente, haciendo predecible cada una de las situaciones representadas. Por ejemplo, tenemos varias escenas que se ven forzadas, sin fluidez, tal vez producto de un exceso de edición sobre las mismas. Tampoco aporta el ritmo narrativo, parsimonioso en general, a lo que se suma una cierta desconexión de su protagonista y algunas carencias dramáticas de su contraparte femenina.
Mencionado lo anterior, prefiero ahondar en el análisis del tema de fondo que nutre esta idílica historia de amor que se ve abruptamente cercenada por un brutal diagnóstico médico.
Bien sabemos lo que significa la palabra cáncer. Está asociada a la muerte, sin lugar a dudas, a pesar de que los tratamientos actuales tienen cada vez mayor efectividad y mejores pronósticos de supervivencia. El tema es que un golpe tan fuerte como el que recibe Marcos, habitualmente se tiende a compartir con las personas más cercanas, especialmente con la pareja, y con los familiares con los que existe un mayor grado de confianza y compromiso.
Pues bien, el caso es que Marcos decide guardárselo para sí mismo y no decirle una sola palabra a Lucía para evitarle cualquier futuro sufrimiento o angustia. Claro, esta decisión está dentro del ámbito y espacio personal del afectado, y la intención de evitarle dolores a otra persona puede ser muy loable. Sin embargo, Marcos va un poco más lejos. No solo calla, sino que, además, asume como propósito distanciar a Lucía, es decir, comportarse de tal modo que ella, en muy poco tiempo, lo termine odiando.
Decidir por otros, ocultando información sensible para evitar angustias, puede ser, tal vez, de las cosas más egoístas que una persona puede hacer. No mostrarnos vulnerables podría ser la principal motivación, para que no nos vean débiles o en un estado deplorable. ¿Pero aquello da derecho a infligirle a la otra persona otro tipo de dolor, usando el mal trato, la indiferencia, o simplemente un marcado desamor? Este es el punto que la película quiere relevar, ya que es un tema sensible y tremendamente actual.
El guion, escrito por Javier Dampierre y Ricardo Urroz, presenta un desarrollo irregular que no permite que la película se sienta consistente en su propuesta. Por el contrario, el comportamiento del metraje se torna errático, tal vez debido, entre otras cosas, a ciertas incoherencias que le restan credibilidad. Por ejemplo, el tema médico del hermano. Sabemos que no es común que un familiar atienda a otro familiar debido a los lazos afectivos que los unen. También conocemos los signos visibles de los tratamientos contra el cáncer, de los que la película se hace bastante cargo, pero que Lucía no ve en ningún momento.
A pesar de todo, “El silencio de Marcos Tremmer” es, de todas maneras, una cinta que debemos ver aunque no alcance un mayor nivel de desarrollo. Además, junto al argumento, podemos agregar el gancho que significa la presencia de Benjamín Vicuña y Adriana Ugarte en los roles protagónicos.
Debo reconocer que el final de la película resulta emotivo. El director Miguel Ángel García de la Calera logra apretar bien las clavijas, justo en el lugar donde se deben fijar, logrando una conclusión inesperada que nos permite quedarnos con una mejor valoración. Aventurando una consideración final, creo que las expectativas le juegan en contra a este trabajo. Tal vez, con menos información, puede ser mejor, ya que con la sensibilidad a flor de piel, nuestros sentidos se agudizan y la vara inmediatamente se sitúa mucho más alta.
Ficha técnica
Título original: El silencio de Marcos Tremmer
Año: 2024
País: España
Duración: 112 minutos
Compañías: Coproducción España-Uruguay-Rep. Dominicana; ICAA, La Higuera Films, La Mayor Cine, Ibermedia, Urugay Audiovisual
Género: Romance. Drama | Drama romántico. Enfermedad
Guion: Javier Dampierre, Ricardo Urroz
Fotografía: Analia Pollio
Reparto: Benjamín Vicuña, Adriana Ugarte, Félix Gómez, Irene García
Dirección: Miguel Ángel García de la Calera
Mencionado lo anterior, prefiero ahondar en el análisis del tema de fondo que nutre esta idílica historia de amor que se ve abruptamente cercenada por un brutal diagnóstico médico.
Bien sabemos lo que significa la palabra cáncer. Está asociada a la muerte, sin lugar a dudas, a pesar de que los tratamientos actuales tienen cada vez mayor efectividad y mejores pronósticos de supervivencia. El tema es que un golpe tan fuerte como el que recibe Marcos, habitualmente se tiende a compartir con las personas más cercanas, especialmente con la pareja, y con los familiares con los que existe un mayor grado de confianza y compromiso.
Pues bien, el caso es que Marcos decide guardárselo para sí mismo y no decirle una sola palabra a Lucía para evitarle cualquier futuro sufrimiento o angustia. Claro, esta decisión está dentro del ámbito y espacio personal del afectado, y la intención de evitarle dolores a otra persona puede ser muy loable. Sin embargo, Marcos va un poco más lejos. No solo calla, sino que, además, asume como propósito distanciar a Lucía, es decir, comportarse de tal modo que ella, en muy poco tiempo, lo termine odiando.
Decidir por otros, ocultando información sensible para evitar angustias, puede ser, tal vez, de las cosas más egoístas que una persona puede hacer. No mostrarnos vulnerables podría ser la principal motivación, para que no nos vean débiles o en un estado deplorable. ¿Pero aquello da derecho a infligirle a la otra persona otro tipo de dolor, usando el mal trato, la indiferencia, o simplemente un marcado desamor? Este es el punto que la película quiere relevar, ya que es un tema sensible y tremendamente actual.
El guion, escrito por Javier Dampierre y Ricardo Urroz, presenta un desarrollo irregular que no permite que la película se sienta consistente en su propuesta. Por el contrario, el comportamiento del metraje se torna errático, tal vez debido, entre otras cosas, a ciertas incoherencias que le restan credibilidad. Por ejemplo, el tema médico del hermano. Sabemos que no es común que un familiar atienda a otro familiar debido a los lazos afectivos que los unen. También conocemos los signos visibles de los tratamientos contra el cáncer, de los que la película se hace bastante cargo, pero que Lucía no ve en ningún momento.
A pesar de todo, “El silencio de Marcos Tremmer” es, de todas maneras, una cinta que debemos ver aunque no alcance un mayor nivel de desarrollo. Además, junto al argumento, podemos agregar el gancho que significa la presencia de Benjamín Vicuña y Adriana Ugarte en los roles protagónicos.
Debo reconocer que el final de la película resulta emotivo. El director Miguel Ángel García de la Calera logra apretar bien las clavijas, justo en el lugar donde se deben fijar, logrando una conclusión inesperada que nos permite quedarnos con una mejor valoración. Aventurando una consideración final, creo que las expectativas le juegan en contra a este trabajo. Tal vez, con menos información, puede ser mejor, ya que con la sensibilidad a flor de piel, nuestros sentidos se agudizan y la vara inmediatamente se sitúa mucho más alta.
Ficha técnica
Título original: El silencio de Marcos Tremmer
Año: 2024
País: España
Duración: 112 minutos
Compañías: Coproducción España-Uruguay-Rep. Dominicana; ICAA, La Higuera Films, La Mayor Cine, Ibermedia, Urugay Audiovisual
Género: Romance. Drama | Drama romántico. Enfermedad
Guion: Javier Dampierre, Ricardo Urroz
Fotografía: Analia Pollio
Reparto: Benjamín Vicuña, Adriana Ugarte, Félix Gómez, Irene García
Dirección: Miguel Ángel García de la Calera
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