sábado, 7 de diciembre de 2024

La habitación de al lado - Por Carlos Correa Acuña

Es difícil sustraerse a un inicio premonitoriamente desgarrador. Desde los primeros compases, la música de Alberto Iglesias entra en profundidad. La nota principal, bordeada por sus notas contiguas, anuncia lo que viene: un solemne modo menor que asemeja una sentida marcha fúnebre.

Basada en la novela “¿Cuál es tu tormento?”, de la escritora neoyorquina Sigrid Nunez, el cineasta Pedro Almodovar se aventura con su primera película rodada exclusivamente en inglés. “La habitación de al lado”, como el director ha llamado a esta adaptación de su autoría, contiene mucho más que el título original que le da vida. De hecho, Nunez parte su obra a partir de una frase de la filósofa francesa Simone Weil, que se incluye como epígrafe: “La plenitud del amor al prójimo estriba, simplemente, en preguntar al prójimo: ¿Cuál es tu tormento?”

Pues bien, Almodóvar toma eso como punto de partida de un viaje lleno de humanidad, comprensión y compasión frente a una persona que va a morir o, mejor dicho, ha decidido morir, ante un presente y un futuro de dolor irremediable. Las ráfagas de amistad, recuerdos, afectos, culpa, perdón, empatía y amor, no se dejan esperar; emergen como brisa otoñal que promete conducirnos hacia el invierno de la vida.

Ingrid -Julianne Moore- y Martha -Tilda Swinton-, muy amigas en su juventud, siguieron caminos diferentes: la primera, el de una exitosa novelista; la segunda, como una destacada corresponsal de guerra. A pesar de compartir la escritura como principal talento, no se van a reencontrar hasta que Ingrid, en el lanzamiento de su última novela, se entera por casualidad de que Martha está enferma de cáncer y que su situación es bastante delicada.

La cinta avanza raudamente hacia esa primera visita, el inicio de una historia que rellena sus capas intermedias con recuerdos que Martha comparte con Ingrid, y que explican su actual situación de vida. Su hija distante, su tristeza por no haber sido una madre más cercana y presente, sus aventuras de juventud, sus trabajos en terreno, y su actual enfermedad, se va cruzando con los oídos atentos de Ingrid, quien no solo la escucha sino que además, la acoge con calidez y genuino cariño.

Almodóvar muestra sus cartas desde un comienzo. Colores fuertes y vivos, contrastan con otros más opacos y apagados para configurar escenarios que reflejan no solo los estados de ánimo, sino también resumir personalidades. En pocos minutos tenemos varias situaciones, intercaladas pero completas, que nos revelan el escenario en el que el director quiere que estemos antes de iniciar el desarrollo temático, propiamente tal.

Un diálogo profundo en un hermoso jardín, con un acercamiento lento de la cámara y un plano que se va sumergiendo, ofrece, a mi modo de ver, el cierre de la introducción de esta pieza. Brillante en la forma, y sólido en el fondo, en poco más de 30 minutos Almodóvar ya nos tiene capturados para iniciar la construcción de lo que será literalmente una escapada a las afueras de la ciudad, pero que sabemos, no terminará allí.

La parte central de la película constituye su esencia, la sustancia que formará la raíz principal de lo que veremos en la resolución. Las largas conversaciones entre ambas mujeres, la compañía mutua y también la necesidad de sus propios espacios personales, van creando las condiciones necesarias que el climax necesita.

El tercio final es la espera. La incapacidad de Martha para hacer algunas actividades que la realicen, como la lectura, la escritura, o solo escuchar música, se hace manifiesta. Emerge el desinterés, y la agonía se hace cada vez más presente. Cobra importancia el papel interpretado por John Turturro, un ex amante de ambas, y ambientalista acérrimo. “El mundo agoniza si no hacemos nada contra el cambio climático”, le dice a Ingrid. No hay vuelta atrás. La comparación con lo que está viviendo Martha es evidente. Si no se actúa pronto, la desgracia está a la vuelta de la esquina.

“La habitación de al lado” es una película sobre el dolor y la muerte. ¿Dónde queda, entonces, el amor y la esperanza? Puede no resultar fácil visualizarlo, pero se encuentra en todo momento, en una capa persistente que está en el epígrafe del libro y que vuelvo a transcribir acá: “La plenitud del amor al prójimo estriba, simplemente, en preguntar al prójimo: ¿Cuál es tu tormento?” Tal vez no haya amor más grande que reconocer al prójimo en su sufrimiento más profundo, sin juzgarlo y sin querer cambiarlo. Quizá sea lo más difícil pero es algo que realmente vale la pena. Ponerse en el lugar del otro es justamente acoger y comprender genuinamente, dejando de lado nuestros propios temores y dudas. Hacer nuestros esos dolores es quitar la carga de quien los sufre. ¿Acaso hay algo más humano -y también divino- que eso?

Ficha técnica

Título original: La habitación de al lado
Año: 2024
Duración: 106 minutos
País: España
Compañías: El Deseo, Movistar Plus+. Distribuidora: Warner Bros. España, Sony Pictures Classics
Género: Drama | Amistad. Literatura. Enfermedad
Guion: Pedro Almodóvar. Novela: Sigrid Nunez
Música: Alberto Iglesias
Fotografía: Eduard Grau
Reparto: Tilda Swinton, Julianne Moore, John Turturro, Alessandro Nivola
Dirección: Pedro Almodóvar

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