miércoles, 25 de diciembre de 2024

Jurado #2 - Por Carlos Correa Acuña

Clint Eastwood está de regreso, aunque ciertamente nunca se ha ido. Luego de un periplo por películas que no le dieron mayores reconocimientos, e incluso fueron exiguas en taquilla, este notable director a sus 94 años nos entrega un drama de aquellos, donde todos los elementos se alinean perfectamente para dar curso a una obra que va más allá de ser solo un intrincado thriller judicial.

Justin Kemp -Nicholas Hoult-, joven hogareño muy apegado a su familia, es convocado para formar parte del jurado en un juicio por asesinato. La historia transcurre en Savannah, Georgia, al sur de Estados Unidos, y los antecedentes parecen estar bastante claros: hace un año, una mujer fue encontrada muerta en un canal al costado de un puente. De inmediato, la principal sospecha recae en su pareja, pues todos los vieron discutir acaloradamente a la salida de un bar ubicado muy cerca del lugar de los hechos. Tan transparente es la situación, que la fiscal Faith Killebrew -Toni Colette-, asume que este caso es su principal carta para ganar su próxima elección, a pesar de los denodados esfuerzos del abogado defensor, Eric Resnick -Chris Messina-, por demostrar la inocencia de su representado.

Kemp alega no poder asumir su responsabilidad en tribunales porque debe acompañar a su mujer que está a punto de dar a luz. Por supuesto, la solicitud es denegada, pues el juicio será corto y el trabajo no le demandará más tiempo que su habitual horario laboral. Se transforma así en el Jurado número dos mientras comienza la etapa de apertura del caso donde se presenta todo lo sucedido con lujo de detalles. En ese preciso momento, y a muy poco de iniciada la película, ya tenemos un primer giro; la fatídica noche del asesinato oculta antecedentes, la relación de los hechos es incompleta, y Justin Kemp está mucho más vinculado de lo que podría imaginar.

Clint Eastwood maneja el guion escrito por Jonathan Abrams como si fuera un juego de salón. O nos maneja a nosotros, mejor dicho, porque nos lleva de aquí para allá, nos da vuelta, nos remueve, y además se lo agradecemos profusamente. Y es que él sabe mejor que nadie que los compromisos y las emociones están relacionadas con los tiempos empleados y con los descubrimientos que hagamos en esos lapsos. Esto es tan notable, que aún conociendo desde el inicio la mayoría de los elementos involucrados, la película ofrece un suspenso que crece minuto tras minuto y que hace inevitable que necesitemos conocer el desenlace lo antes posible.

Una de las claves de esta película es su composición en múltiples capas. Una de ellas es la que involucra a los personajes, muy diversa por lo demás, porque abarca desde los roles protagónicos hasta algunos secundarios que apenas están unos minutos en pantalla, como el Pastor, representado por Kiefer Sutherland, quien en poquísimo tiempo logra delinear perfectamente su participación en el filme. ¡Qué decir de la configuración de los doce jurados! Cada uno es un mundo en sí mismo, en especial Harold Chicowski -J. K. Simmons-, un miembro del jurado que comienza a atar algunos cabos sueltos que hacen trastabillar las avanzadas deliberaciones. La fiscal y el defensor juegan una liga aparte porque entre ellos vemos otros recovecos de la historia, como la dimensión política, los vicios del sistema judicial, algunas acciones decididamente populistas, y la anhelada búsqueda de verdad y justicia.

El mayor conflicto del filme se inscribe en su capa más profunda y es el que directamente nos interpela. El dilema del protagonista cobra niveles insospechados a medida que va descubriendo su participación en los hechos y se da cuenta que en sus manos se encuentra la opción de influir en el jurado para que pueda condenar o liberar al acusado. Esta espada, o mejor dicho esta roca de una tonelada sobre los hombros del protagonista, es de lo mejor logrado por Eastwood, porque a esa altura probablemente ya tenemos un veredicto y nos preguntamos qué haríamos nosotros en una situación así.

“Juror #2” es de las mejores películas del año, sobre todo para mí, que disfruto con las historias que muestran por dentro el fragor de los tribunales. Lograr que nos comprometamos con cada uno de los personajes que se presentan, y, por sobre todo, con la situación que atribula al protagonista, nos transporta a otro estado de conciencia al fundirnos con la esencia del relato. Esa conexión indescriptible es la que proporciona la magia del cine de un maestro consumado como Clint Eastwood. Si este fuera su último trabajo, la vara vuelve a quedar en lo alto, aunque no me sorprendería que en un tiempo más este realizador nos regale una sorpresa, siempre fiel a un estilo cuestionador que remece lo más íntimo de nuestros sentimientos.

Ficha técnica

Título original: Juror #2
Año: 2024
Duración: 117 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Warner Bros., Malpaso Productions, Lightnin' Production Rentals. Distribuidora: Warner Bros.
Género: Thriller. Drama. Intriga | Drama judicial / Abogados/as
Guion: Jonathan Abrams
Música: Mark Mancina
Fotografía: Yves Bélanger
Reparto: Nicholas Hoult, Toni Collette, J. K. Simmons, Chris Messina, Zoey Deutch, Cedric Yarbrough, and Kiefer Sutherland.
Dirección: Clint Eastwood

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