sábado, 9 de noviembre de 2024

La Matriarca - Por Carlos Correa Acuña

Nueva Zelanda, plena década de los 90. Sam -George Ferrier-, estudia en un internado y su padre lo busca para llevarlo a casa por un fin de semana. Como buen adolescente, Sam no quiere nada y apenas accede a viajar con él. Motivos hay muchos, pero se agrega uno muy poderoso para no querer ir. Su abuela paterna estará de visita pues necesita recuperarse de una intervención a sus piernas.

Así comienza “Juniper”, una película que lentamente va mostrando sus cartas y que captura nuestra atención desde el primero momento. Hay muchas cosas que no sabemos pero que vamos conociendo cuadro a cuadro. Hay un duelo, una pérdida que tiene a Sam en extremo deprimido.

Para pesar del joven, la abuela llega a ocupar la pieza de su madre, y, aunque trata de evadirla, el temido encuentro con ella ocurre más temprano que tarde. Y no es afortunado ni grato. Por el contrario, se trata de un enfrentamiento declarado, una confrontación que no se guarda nada, ni en la forma, ni en el fondo.

El guionista y director Matthew J. Saville, muestra su talento desde la entrada. Con pocos elementos, es capaz de delinear perfectamente los perfiles de cada uno de sus personajes. Basta un encuadre, un diálogo corto y preciso, o bien un pequeño gesto, para comprender perfectamente el papel que tiene cada uno, incluso con sus rasgos característicos potenciados sin la necesidad de entregar mayores explicaciones.

Después del primer round abuela-nieto, el segundo llega muy pronto. El padre de Sam debe viajar a Inglaterra y su madre no puede quedarse sola al cuidado de su enfermera personal. Es imprescindible que el joven participe en el cuidado y pueda auxiliar a la anciana cuando la asistente no pueda estar presente. La necesidad es clara pero Sam no quiere asumirla. Es totalmente obligado a cumplir la instrucción de su padre.

A esta altura ya conocemos un poco más. Ruth -Charlotte Rampling-, requiere mucha atención, ya que no puede valerse por sí misma ni siquiera para ir al baño. Sin asistencia, no puede hacer nada. La situación no solo es ingrata, sino que se hace insoportable pues el carácter de la señora, además, es del terror. Autoritario es poco decir. En verdad es una persona complicada con letras mayúsculas, pero lo que no sabemos es por qué es así. Un encuentro con un sacerdote anglicano entrega un par de luces al respecto, cuando ella se niega a recibir ayuda espiritual. En sus propias palabras, ella “ya está en el infierno”.

Desde el momento en que el joven nieto y la anciana abuela se quedan solos, la brutalidad y los maltratos, por parte de Ruth, aumentan. Sam se desespera, no ve ninguna salida, su vida se torna todavía más frágil; debe tomar una decisión.

El director sabe llevarnos de la mano a través de una historia que va creciendo en intensidad en la medida que conocemos más detalles que no es bueno adelantar. Sí podemos decir que se trata de una película sobre relaciones madre - hijo, padre - hijo, y abuela - nieto, tres generaciones marcadas por eventos que han dejado cicatrices en cada uno de ellos.

Estamos también en presencia de un cuidadoso estudio de personalidades que ocultan o niegan emociones y sentimientos en presencia de sus seres más queridos. los conflictos son subterráneos y persistentes, revelándose en las capas profundas de la narrativa que se vuelve más interesante con cada minuto que transcurre.

La lista de problemas no resueltos es grande. La ausencia y la posibilidad de otra pérdida gatilla aún más temores. La soledad emerge como la principal amenaza. Ante la dificultad para sentir, el antídoto parece ser no quedarse solo, la necesidad de estar acompañado.

Soberbia actuación de Charlotte Rampling encarnando a Ruth, muy bien secundada por George Ferrier quien da vida a su nieto Sam. La tensa relación entre ambos y los paulatinos cambios de comportamiento, se sienten naturales. En ningún momento se nota algo que haga forzadas sus caracterizaciones. Al contrario, la frescura de las actuaciones permite pensar que, incluso, algunas escenas pudieron hasta ser improvisadas.

Cocinada a fuego lento, Juniper (traducida como La Matriarca, título en español que no le hace justicia), es una película reflexiva que contiene un importante mensaje en el interior. Hablamos de la necesidad de la reconciliación para aceptar y sanar heridas, un proceso vital para enfrentar la pérdida de los seres queridos, y preparar el corazón para poder seguir adelante. Cuando eso no está, la vida resulta imposible y no hay forma de ver alguna luz. La posibilidad de transformarnos internamente pareciera ser la respuesta, la que generalmente proviene desde donde menos lo esperamos.

Ficha técnica

Título original: Juniper
Año: 2021
Duración: 94 minutos
País: Nueva Zelanda
Compañías: Distribuidora: Transmission Films
Género: Drama | Vejez / Madurez. Alcoholismo
Guion: Matthew J. Saville
Música: Marlon Williams, Mark Perkins
Fotografía: Martyn Williams
Reparto: Charlotte Rampling, George Ferrier, Marton Csokas, Edith Poor
Dirección: Matthew J. Saville

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