Los antecedentes señalan que estamos en medio de una campaña presidencial en la que deepfakes con contenido generado por inteligencia artificial se han vuelto un dolor de cabeza para la jefa del comando de la candidata Danka Marull -Katty Kowaleczko. Priscilla Ebers -Tamara Acosta-, sospecha que ha sido alguien de su misma oficina quien ha falseado contenido de su contrincante.
Primero surge lo más evidente. Una elección presidencial en Chile que enfrenta a dos candidatas mujeres. ¿Pasado? ¿Futuro? Aunque no es tan trascendente, porque el segundo punto es que la campaña ha traspasado varios límites. La película comienza con un video de la contrincante de Danka, el que puede otorgarle dividendos políticos, pero resulta que es falso. Dos temas acá. Uno, el logrado truco que hace parecer reales las declaraciones de la candidata; y dos, que la procedencia del video sea del comando opositor a ella.
Vamos un poco más adentro entonces. La pregunta que emerge es qué hacer con todo esto. Priscilla, asumiendo valientemente su responsabilidad, comienza a investigar, pide ayuda, consulta, pregunta, y lo que recibe de vuelta es una bofetada. Todo apunta a su comando, pero nadie asume nada. El encargado de Redes Sociales está “en llamas” con los últimos acontecimientos de la campaña. Solo importan los números, los “likes”, el impacto en la opinión pública. Y todo aquello va en alza sostenida. Entonces, Priscilla recurre directamente a la candidata, y es la misma Danka la que termina por sepultar toda posibilidad de esperanza. Priscilla se queda sola, sin piso, y en ese momento se hace evidente lo más trascendente: cuál es su convicción moral, aquellos principios intransables que pueden poner en riesgo el ganar una elección.
Dos subtramas se tejen en paralelo a la historia principal. El tema familiar de Priscilla, y su relación con Danka. Sin profundizar, el director deja claras las piezas para que armemos rápidamente el mapa y entendamos mejor las acciones que lleva a cabo la jefa de campaña. No es necesario ahondar más, los quiebres son tan claros como el agua, y el daño, profundo como un océano.
Excelentes actuaciones de Tamara Acosta y Katty Kowaleczko, sensibles, emotivas, y al mismo tiempo violentas, fuertes y sinceras. Es una lástima que los personajes secundarios no estén a la misma altura, porque la diferencia es demasiado grande, no solo en sus diálogos, sino que también en posturas corporales, miradas y actitudes.
El tema de la inteligencia artificial captura el debate actual. ¿Usarla, no usarla? Beneficios y ventajas, versus falencias y pérdida de autenticidad. La película no toma una opción, pero sí nos hace ver, al menos, algunos de sus peligros. Y no están en la tecnología, sino en la manera cómo la utilizamos. Hace mucho tiempo que la falsedad se ha tomado los espacios públicos digitales con audios falsos y videos falsos. No es de ahora, esto lleva años. El tema es que actualmente las herramientas para crearlos están disponibles casi para todo el mundo y de forma prácticamente gratuita, y tal vez por ello el riesgo es aún mayor.
Quizás sin proponérselo, esta apuesta de Iñaki Velásquez se decanta por sensibilizar acerca de este tema que está en boga aportando una mirada lúcida respecto a las prioridades que están en juego. Primero, la verdad, segundo, la convicción moral en el actuar, y tercero, firmes principios que hagan frente a potentes efectos desestabilizadores. ¿Cómo se consigue todo esto? No hay recetas, sin embargo intuyo que la respuesta va por el camino de la educación y el discernimiento en valores. Y esto ha sido y sigue siendo fundamental, con o sin inteligencia artificial.
Disponible en YouTube.
Ficha técnica
Título original (Español): Deepfaked_
Título en Inglés: Deepfaked_
Formato: Cortometraje
Género: Ficción
Sub-género: Drama / Thriller
Duración: 31 minutos
Año: 2024
Productora: Prismático Cine / Mags Films
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