lunes, 4 de noviembre de 2024

Anora - Por Carlos Correa Acuña

Una verdadera sorpresa. La premisa apenas esboza el fondo que impulsa esta nueva película del realizador Sean Baker. Bajo ropajes que van desde la comedia al desenfrenado humor negro, “Anora” esconde, al interior de sus múltiples capas, un drama crudo e íntimo que obliga a la reflexión al presentar, con ángulos diferentes, problemáticas tan humanas como actuales.

La historia nos muestra a Anora -Mikey Madison-, una joven bailarina stripper de Brooklyn, quien es arrastrada hacia una vida de fantasía con el hijo de un adinerado oligarca ruso. Todo comienza bajo cuerda, porque Ani vive en un sector de inmigrantes soviéticos y trabaja en el Club Nocturno del lugar. Por eso, cuando un cliente importante aparece, es natural que ella sea la encargada de atenderlo, más que mal entiende perfecto el idioma, y si no lo habla fluidamente, al menos se da a entender de forma correcta.

Lo que comienza como un juego o una diversión pasajera, adquiere otro ribete por la fascinación que Ani genera en el joven Ivan "Vanya" Zakharov, interpretado por Mark Eydelshteyn. Del encanto a la locura hay solo un paso, y esa línea es rápidamente traspasada cuando este niño mimado le propone que se transforme en su novia y pase con él una semana. Ani, siempre contenida, imprevistamente cede, y no solo por dinero. En ella también hay una fascinación, al menos material, por vivir una vida que había estado solo en el libro de sus sueños.


Las cosas se salen de control en el preciso momento en que ambos jóvenes cruzan todos los límites. Deciden casarse, impulsados por el deseo de Iván de obtener una “green card” para escapar de sus padres, y de Ani, quien ve la posibilidad de salir del lugar en el que ha vivido postergada por años. Sueños diferentes, motivaciones distintas, pero un eje común: un paso más hacia la propia identidad y la propia independencia.

Lo que viene a continuación, después de los primeros 45 minutos de metraje donde todo es color de rosa, es una secuencia de errores, equivocaciones, discriminaciones, y persecuciones dignas de la mejor película de la mafia rusa. Las caricaturas abundan, por cierto, sin embargo todas tienen sentido y cada personaje posee un umbral de desarrollo capaz de configurar en forma precisa su personalidad.

“Anora”, ganadora de la Palma de Oro en Cannes 2024, es una película triste, amarga, dura y cruel por momentos, que no cede a la tentación de mejorar la situación de vida de sus protagonistas. Son muchos los sentimientos y emociones que están cubiertos por imágenes complicadas de digerir, una visualización que no escatima escenas sexuales y que, sin embargo, no se ven groseras, ni menos pornográficas.

El guion y la dirección de Sean Baker saca mucho partido de sus actores principales. Mikey Madison realmente hace un papel fantástico representando a esta joven cauta pero también ilusa, que de pronto descubre un mundo impensado. Su repertorio es muy completo y transita desde las luces de la pista de baile, con sus caños y bailes privados, hacia secuencias que muestran la paulatina transformación de su personaje. La química con Mark Eydelshteyn es adrenalina pura. Desde que se miran sacan chispas, y aquello va creciendo en la medida que los encuentros se repiten hasta llegar al punto de inflexión.

El elenco se completa con personajes secundarios que hacen un trabajo notable. Ninguno está de más ni es menos representado que otro. Cada cual en su justa medida, todos aportan para que el relato nunca decaiga en intensidad, a pesar de ser soportado casi en su totalidad por el trabajo maduro y fino de su protagonista.

La abrupta conclusión y la ausencia de sonido en los créditos finales de la película no son detalles dejados al azar. Se trata de un efecto importante, brutal, casi devastador, diría yo. Es la conclusión más dura al enfrentarse a la realidad, cuando nos quedamos en silencio y reflexionamos sobre lo que pudo ser y no fue, sobre tal o cual ilusión que se desvanece y nos aterriza, es decir, nos frena de golpe y porrazo.

“Anora” perdura en el recuerdo tanto como el nombre y el aura de Mikey Madison. La oscura soledad, disfrazada por las luces de neón y otros menesteres, es tanto el punto de partida como de llegada para una película profundamente humana que grita desde las entrañas por las nuevas oportunidades. No todo lo que brilla es oro, bien lo sabemos, pero no es difícil saltarse las luces naranjas y rojas cuando la vida pasa en blanco y negro delante de los ojos de muchas personas. Y este no es un problema menor, porque luego de vivir experiencias límites, y no tan lejanas a la utopía que presenta esta película, la caída es tan fuerte y el golpe tan duro, que solo la experiencia puede llegar a mitigar, al menos en parte, sus complejas consecuencias. ¡Muy recomendable!

Ficha técnica

Título original: Anora
Año: 2024
Duración: 138 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Cre Film, Filmnation Entertainment. Distribuidora: Neon
Género: Comedia. Drama | Comedia dramática. Prostitución
Guion: Sean Baker
Música: Matthew Hearon-Smith
Fotografía: Drew Daniels
Reparto: Mikey Madison, Mark Eydelshteyn, Yura Borisov, Karren Karagulian, Vache Tovmasyan, Aleksei Serebryakov
Dirección: Sean Baker

No hay comentarios.:

Publicar un comentario