El eje de esta película es un concierto de música pop donde la tranquilidad se ve interrumpida por una operación encubierta del FBI. En el centro de la historia están Cooper -Josh Hartnett-, y su hija adolescente Riley -Ariel Donoghue-, quienes asisten al evento sin sospechar los peligros que se desatan a su alrededor. Ante la multitud, Lady Raven -Saleka Night Shyamalan-, una icónica estrella del momento, domina el escenario, mientras observamos cómo sale a la luz el pasado de algunos de los asistentes poniendo en riesgo sus vidas.
Lo que comienza como una relación normal entre padre e hija en un mega evento, crece en tensión cuando la policía comienza a cerrar el cerco alrededor de un objetivo primordial: atrapar a un asesino en serie que se encuentra en el lugar a quien llaman “El Carnicero”. Los asistentes al show se ven envueltos en situaciones que revelan ocultos secretos. Al mismo tiempo, las difíciles decisiones que deben tomar los protagonistas difuminan la línea entre cazadores y cazados.
El diseño visual y la ambientación de esta película son vibrantes. Estamos en pleno concierto, un verdadero caos repleto de enfervorizadas fanáticas de la joven Lady Raven. Mientras Riley está en éxtasis, Cooper observa meticulosamente el entorno. Tiene dudas, y no sabe bien qué es lo que sucede, porque el despliegue policial es, a todas luces, inusual. Aunque al principio casi nada se deja entrever, pronto el contexto se aclara y las sospechas se hacen cada vez más fundadas. No cabe duda de que el asesino está allí. Pero ¿quién es? ¿Lograrán atraparlo, o conseguirá escapar sorteando los obstáculos que le impiden salir?
Shyamalan desafía las lógicas habituales, creando un cine donde no solo los protagonistas compiten, sino que también nosotros, espectadores, nos sentimos parte de ese juego. Buscamos saber más, analizamos, y tomamos cartas en el asunto. Ademas, tomamos partido, porque empatizamos con personajes con los que no deberíamos sintonizar, pero a pesar de saberlo muy bien, igual lo hacemos. Durante una hora estamos dentro de un escenario acotado, con alta tensión e incertidumbre; sin embargo la situación cambia y nos vamos hacia otro lugar, con enfrentamientos directos y más suspenso. ¿Cómo sigue ahora? Shyamalan, en vez de decantar, sigue tejiendo mundos paralelos entre los que saben y los que no saben, mientras continua desarrollando la trama; el final se ve cada vez más lejano.
En “La Trampa”, el estilo del realizador se mantiene intacto. Personalmente me encanta. Disfruto con su cine, me gusta su manera de filmar y de concebir cada una de las acciones. Para mí, siempre es una experiencia, pero esta vez siento que Shyamalan alarga demasiado la conclusión, lo que provoca que la tensión de la película disminuya en su tramo final. Me atrevo a decir que abusa un poco de la extensión al punto de casi romper el elástico, en una resolución poco común en su filmografía. En vez de centrarse en sensaciones, como en sus últimos trabajos, Shyamalan se va por el lado práctico, en una decisión que hace que el desenlace pierda fuelle.
Prefiero el Shyamalan creador de atmósferas que el cineasta concreto, y quizás por eso “La Trampa” no será su mejor trabajo ni de los más recordados, pero ojo, tampoco es una obra menor, pues contiene todos los elementos característicos del carismático director que siempre se las arregla para aparecer unos minutos en pantalla. Lo dicho no es poco, porque aunque siempre esperamos más del creador de “Sexto Sentido”, nunca quedamos defraudados al término de sus películas.
Ficha técnica
Título original: Trap
Año: 2024
Duración: 98 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Coproducción Estados Unidos-Reino Unido; Blinding Edge Pictures. Distribuidora: Warner Bros.
Género: Intriga. Thriller | Crimen. Asesinos en serie. Música
Guion: M. Night Shyamalan
Música: Herdís Stefánsdóttir
Fotografía: Sayombhu Mukdeeprom
Reparto: Josh Hartnett, Ariel Donoghue, Saleka Night Shyamalan, Hayley Mills, Alison Pill.
Dirección: M. Night Shyamalan

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lunes, 16 de septiembre de 2024
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