Elisabeth Sparkle, famosa por un programa de aeróbic, se enfrenta a un golpe devastador en su 50 cumpleaños, cuando su jefe la despide. En medio de su angustia, un laboratorio le ofrece una sustancia que promete transformarla en una versión mejorada de sí misma.
El miedo al fracaso, mantenerse en un trabajo exitoso, ser admirado, ser bello, ser joven, ser la mejor versión de uno. Quererlo no es malo, pero la obsesión sí.
Sparkle tiene una estrella en el paseo de la fama, un exitoso programa de aeróbic, es bella; pero su jefe, un sujeto grotesco, sin escrúpulos, la encuentra vieja, y sin un presente ni futuro prometedor, y la despide sin ninguna excusa, ni gentileza.
Una vieja de 50. Cuando ella está en su mejor versión de sí misma, solo que ella tampoco lo sabe.
Solo sabe que fue despedida por una persona que la hizo ver y sentir de lo peor, y eso no se lo puede quitar de su mente, lo piensa en cada momento, ni siquiera se detiene a reinventarse, a buscar otra forma de vivir. No, era el programa de aeróbic o nada, más cuando recuerda su menoscabo brutal por el productor
que no se concentra, y eso la hace tener un accidente, accidente en que no sufre ninguna contusión y eso le llama la atención a un enfermero. Ahí comienza esta pesadilla.
Estamos ante una película que es un grito de falta de amor propio, de una mujer que se odia, que no está conforme consigo misma, que busca algo que ya tiene y no se detiene a descubrir, que no desea reinventarse, que saca su otro yo más siniestro. ¿Pero, es ese otro yo el siniestro, o es ella misma en su interior el monstruo que se carcome?
Como Dorian Gray, quiere mantenerse joven como hace 30 años, y por siempre así. Estamos ante una Dr. Jekyll y su Mr. Hyde, pero no sabemos cuál es cuál, porque son una misma.
Con recursos visuales grotescos, exagerados y brutales, que puede "ser mucho", y no lo es, porque es la exageración la que nos remece; con protésicos y maquillajes nos estremecen en esta triste historia, sí, triste ante la falta de amor propio de gente que se menoscaba a sí mismo; ante la crueldad de personas que menoscaban a otras, y en este caso está personificado en este productor de TV, Harvey (que curioso nombre para esta historia), el guión fabuloso para hablar del mercado negro que ofrece múltiples salvavidas pasajeros, de la soledad, una historia oscura, cruel, violenta, absurda y satírica sobre la avaricia, la fama, el proceso de envejecimiento y, por ende, muy humana.
Demi Moore está espectacular, digna de premios y nominaciones a próximos festivales, así como Dennis Quaid, quienes no requieren mayor presentación por sus innumerables roles, o incluso Margaret Qualley, quien no hace mucho me sorprendió con su interpretación en "Maid", está digna de destacar. Un trío que se come la pantalla, como la cruel y retorcida historia de vida de estas mujeres.
La directora no solo toma referencias literarias como Gray o Dr. Jekyll, sino que podemos recordar cintas como "El Hombre Elefante", "Carrie", o "La Mosca" en su narrativa, para así sumergirnos en esta locura.
Una cinta profundamente inquietante, dentro de lo mejor que se ha presentado cinematográficamente este año, con una gran dirección. Movimientos de cámaras espectaculares para encuadrar una repulsión que nace del ser, y efectos de sonido que acompañan muy bien.
Una historia para reflexionar, porque la belleza no debe ser dolorosa.
Ficha técnica
The Substance
Guion y dirección: Coralie Fargeat
Cinematografía: Benjamín Kracun
Edición: Coralie Fargeat, Jerome Eltabet y Valentín Ferón
Música: Raffertie
140 minutos
Reino Unido y Francia
2024. Terror, body horror, drama
2024. Terror, body horror, drama
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