lunes, 23 de septiembre de 2024

La Sustancia - Por Carlos Correa Acuña

La propuesta de la guionista y directora Coralie Fargeat resulta ser provocativa, visceral y hasta un poco delirante. Visualmente no es sencillo acercarse a esta pieza. Es cruda y por muchas razones.. Si hay películas donde capas entretejidas solo dejan entrever lo que existe más adentro, este filme no oculta nada desde un comienzo. Al contrario, acá lo explícito busca ser chocante, crear conmoción y finalmente movernos en los asientos. La tensión y algunas imágenes desgarradoras me tenían doblado casi sin darme cuenta, atrapado por un cuadro escénico profundamente perturbador, que no suelta por cerca de 140 minutos.

Vamos a su temática, porque la premisa es realmente interesante. Una celebridad cae en desgracia cuando es despedida de su trabajo por cumplir 50 años. Siendo instructora de fitness en televisión, Elisabeth Sparkle -Demi Moore-, ve cómo su jefe decide que es tiempo de cambiar, de desechar el modelo antiguo y buscar uno nuevo, más joven y atractivo. Esas circunstancias la llevan a probar una nueva droga promocionada en el mercado negro, una sustancia que replica las células y que crea temporalmente una versión más joven y mejor de sí misma. Lo que no se sabe, o tal vez esté en la letra chica, es que este uso -y abuso- tiene demoledores efectos secundarios.

Ganadora del Mejor Guion en el pasado Festival de Cannes, “La Sustancia” no se queda corta en las denuncias que explicita. El mensaje es claro, conciso y preciso: ante la angustia del paso del tiempo, bienvenida cualquier fórmula que prometa devolver la preciada juventud. Pero no es solo eso, hay entornos abusivos, contextos opresores, y una autoexigencia imposible de sobrellevar. “Juventud, divino tesoro” es una frase que hemos escuchado muchas veces, pero ¿y si se pudiera cumplir una promesa como la que se presenta en esta película? ¿Cuántas personas no harían lo imposible por hacerse de un producto que les devolviera los mejores años, sin pensar ni un segundo en las consecuencias?

Para un análisis más exhaustivo debemos separar lo visual de lo conceptual. La capa externa que ofrece Coralie Fargeat es compleja y seguramente a muchas personas podría impedirles entrar al meollo del asunto. Pieles sensibles se pueden ver vulneradas por imágenes fuertes y sin filtro, que arropan un hilo delgado que se despliega bajo la epidermis, un fino aliento que da vida a uno de los mayores temores del ser humano y que tiene que ver con la vida, con el paso del tiempo, la decadencia y, finalmente, la autoestima. El mayor daño de la protagonista es el golpe duro al amor propio, una inconformidad física manifiesta, cuyo punto neurálgico se traspasa a todos los ámbitos de su vida.

Demi Moore como Elisabeth configura un papel estupendo. Aparte de sus dotes físicos, porque en ella el tiempo parece haberse detenido, la profundidad que entrega a su personaje es muy potente. No solo vivimos su transformación, la sentimos, la acompañamos y también la juzgamos. Es un rol hecho para ella, con todas las líneas claras y también con sus límites, los que son traspasados, una y otra vez, en una espiral que crece sin cesar. Margaret Qualley, como Sue, su otro yo, es también deslumbrante. Tenemos que recordar que ambas mujeres son una, para no disociar lo que cada una hace durante los siete días que ambas alternan en su aparente vida normal; es decir son sus “alter ego”, de manera que las decisiones de una afectan inevitablemente a la otra. Excelentes papeles, complementarias, duales, y también antagónicos, en un ir y venir desatado que crece como bola de nieve. La contraparte masculina es una caricatura diabólica desde su primera escena. Dennis Quaid no debe esmerarse mucho para ser el convidado de piedra, una figura que solo aumenta los malos humores y degrada la condición masculina a niveles que están mucho más abajo que el subsuelo.

¿Qué es “La Sustancia”? ¿Una obra de arte, un despilfarro, o una sentida denuncia de los estereotipos vigentes en los tiempos actuales? ¿Es, acaso, un enfrentamiento con nosotros mismos? ¿Es extrapolable lo femenino que se presenta a lo masculino que existe entre líneas? Porque ojo, los otros personajes masculinos que aparecen son prototipos perfectos, delineados y esbozados con sutileza, pero también caricaturas al fin y al cabo. No se libra nadie de la pluma de la escritora, porque si se trata de declarar incomodidad, eso es lo que en verdad consigue.

Estamos ante una interesante película para debatir en profundidad. Insisto que debemos pasar varias capas para poder llegar al centro y eso es algo que a veces es difícil de conseguir. Sé de personas que no pudieron mirar mucho, y de otras que quitaron la vista en muchos momentos de la cinta. Pero no es lo visual lo trascendente, es lo que está adentro lo que finalmente más impacta. Hasta qué punto lo externo, o aquello que queremos aparentar, toma el mando. O, visto desde otra perspectiva, lo que presiona hacia lo nuevo, hacia lo fresco y jovial, aquella fuente primigenia de lo más inexplorado e inocente, lo que finalmente nos sustrae de la esencia básica del ser humano que es, primero, aceptar quienes somos, para luego conseguir nuestra mejor versión en base a la maduración y a la experiencia, algo que nada tiene que ver con atributos físicos ni prototipos de belleza.

Para terminar, porque no quiero extenderme mucho más, algunos puntos para reflexionar. “La Sustancia” es difícil de ver, incómoda y disruptiva. ¿Tiene mérito solo por eso? Claramente no, porque no se trata de elaborar algo que rompa los cánones y decir misión cumplida. Acá hay algo más, hay denuncia, y, principalmente, una alerta que no es nueva pero que vale la pena recordar una y otra vez y que tiene que ver con la propia valoración y los espejismos. Es difícil sustraerse a la opinión pública y a los modelos, pero si no luchamos, en buena lid, la existencia puede pasar a ser un suplicio de principio a fin. Llamados de atención desgarradores como este, aunque tormentosos, nos deben recordar, siempre, que debemos volver a nuestra esencia, a lo que está en nuestro interior, y de lo que debemos sentirnos siempre orgullosos. Nada externo define nuestra mejor versión, aquello está en nosotros.

Ficha técnica

Título original: The Substance
Año: 2024
Duración: 140 minutos
País: Reino Unido
Compañías: Coproducción Reino Unido-Estados Unidos-Francia; Universal Pictures, Working Title Films. Distribuidora: Universal Pictures
Género: Ciencia ficción. Terror. Drama | Body Horror
Guion: Coralie Fargeat
Música: Raffertie
Fotografía: Benjamin Kracun
Reparto: Demi Moore, Margaret Qualley, Dennis Quaid
Dirección: Coralie Fargeat

No hay comentarios.:

Publicar un comentario