Cuando el olfato de un tiburón le avisa que en el agua hay chapoteo, olor a sangre y orina, desde hace millones de años sabrá que hay comida para él. Por lo tanto, es inocente.
¿Serán culpables las cinco muchachas amigas que salieron a pasear en una lancha que se les hundió? Tampoco. Por lo tanto, fue un accidente.
¿Cuál es, entonces, el conflicto de esta involuntaria tragedia? Ninguno, ya que sus personajes carecen de un antagonista racional y responsable.
Luego, solo nos queda presenciar cómo el escualo se alimenta de las aterradas muchachas, una por una. En cuanto al naufragio, eso es todo.
En lo humano, con motivo de una próxima boda, hay un intento de reconciliar a dos amigas lesbianas que, tras un asalto homófobo de años atrás, se habían enemistado.
A fin de cuentas, ¿qué nos quiere decir esta película de bajo presupuesto y sangriento guion? Que las personas seguirán chapoteando felices en las playas, que los accidentes fortuitos ocurren, que los tiburones necesitan comer, y que las lesbianas también tienen derecho a casarse aprovechando una fastuosa ceremonia.
A diferencia de otras catástrofes donde el peligro proviene de elementos telúricos o animales irracionales, el conflicto proviene de algún antagonista humano (o humanoide) capaz de pensar y tomar torpes o perversas decisiones.
SUSPENSO Y MORBO COMERCIAL PARA VER EN TV A FALTA DE MEJORES OPCIONES. TRILLADA Y POCO NOVEDOSA.
Ficha técnica
Título Original: Something in the Water
2014 Suspenso, sobrevivencia - EE.UU., Francia, Inglaterra - 1,26 hrs.
Fotografía: Niels Reedtz Johansen
Edición: Pani Scott
Música: Nainita Desai, Harry Peat
Diseño Prod.: Claire Fleming Guion: Cat Clarke
Actrices: Lauren Lyle, Hiftu Quasem, Natalie Mitson
Dirección: Hayley Easton Street
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