¿Cuántas películas de tiburones atacando bañistas o náufragos hemos visto? Bastantes, ciertamente. “Algo en el agua” pareciera ser una más, pero ¿hay algo que la distinga y que merezca que le demos una oportunidad? Veamos.
Cinco amigas se reúnen en una paradisíaca isla. El motivo es celebrar la boda de una de ellas, por lo que el escenario resulta perfecto para compartir y divertirse. El tema es que dos de ellas llevan un año sin verse ni hablarse. Meg -Hiftu Quasem-, y Kayla -Natalie Mitson-, eran pareja hasta que un incidente grave las separó irremediablemente. Sus amigas, muy preocupadas, piensan que lo mejor es juntarlas para que puedan conversar y superar lo acontecido. El lugar promete ser ideal, y probablemente lo sea. La situación también, porque festejar el amor siempre viene bien. Sin embargo, el punto de inflexión viene por parte del descuido y también de la falta de previsión. Hacer un mini tour en una embarcación destartalada a una pequeño lugar desolado, sin señal de celular, y también aislado del mapa de protección del sector, configura un escenario que, con el correr de los minutos, se transforma en un verdadero suplicio. ¿Podrán sobrevivir? ¿Todas? ¿Cuántas de ellas? ¿Ninguna?
Como en todas las películas de este subgénero, la trama es bastante predecible, y sabemos desde ya varias cosas, como por ejemplo que hay tiburones en el agua. Por lo tanto, y no es spoiler ni nada que se parezca, tenemos claro que los escualos atacarán a nuestras protagonistas. Entonces las preguntas cambian. ¿Cuándo aparecerá el primero? ¿A quién atacará? ¿De qué forma? No voy a responder las interrogantes para dejar algo de suspenso, porque todo ello comienza pasados los veinte minutos de metraje.
Otro aspecto sobre el que nos preguntamos es el orden de los factores, es decir, quién va quedando en el camino y quiénes para el final. En este sentido, la película es lógica y sigue la premisa con la que introduce la historia sin innovar ni modificar nada, por tanto cumple perfectamente con lo esperable. Hasta ahora, manual de estilo seguido punto a punto, letra a letra.
¿Habrá algo más? Poco, muy poco, pero tratemos de sacarle punta a tres puntos que podrían darnos una pista y hacernos tomar una decisión. El primero, y mejor, es la filmación. Buen trabajo de Niels Reedtz Johansen para todas las escenas en el mar, verosímiles, creíbles, con una cámara en mano que se sumerge con las protagonistas y que da la sensación de estar en el mismo lugar. Segundo, el no abuso de los ataques y de las heridas. Aunque algo exageradas y poco creíbles, esas escenas están bastante acotadas, lo necesario para cumplir con la cuota de sangre y también con lo que mayormente pide la audiencia en una película de este tipo.
Dejo para el final el tercer punto, que es el eje de la historia, la relación de Meg con Kayla. Sin duda, eventos traumáticos suelen alejar a las parejas, pero también pueden ser un catalizador para unirlas con más fuerza. Algo de esto intenta tejer esta cinta, con escaso éxito eso sí, pero al menos lo propone. Si al comienzo vemos la introducción descolgada, en el tercio final observamos el correlato, y aunque debamos poner bastante de nuestra parte para intentar el rescate, al menos no nos quedamos totalmente con las manos vacías. Se percibe el deseo de no ser una película más, sino la de usar una excusa para dar cuenta que, finalmente, las relaciones no deben depender de eventos externos, sino que deben valorarse en sí mismas, como un largo continuo no exento de inconvenientes ni de problemas.
Ficha técnica
Título original: Something in the Water
Año: 2024
Duración: 86 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Studiocanal, Dan Films
Género: Thriller. Terror | Tiburones. Amistad. Bodas
Guion: Cat Clarke
Música: Nainita Desai, Harry Peat
Fotografía: Niels Reedtz Johansen
Reparto: Hiftu Quasem, Lauren Lyle, Natalie Mitson, Nicole Rieko Setsuko, Gabriel Prevost-Takahashi, Ellouise Shakespeare-Hart, Laura Costa
Dirección: Hayley Easton Street
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jueves, 26 de septiembre de 2024
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