Pudo ser un melodrama fatalista. Lo salvó la sobriedad y exquisita delicadeza femenina de esta galardonada documentalista francesa (L'Amour à l'Oeuvre- serie documental - 2018).
Sylvie es madre soltera de dos hijos: Jean-Jacaques, adolescente, y Sofiane todavía un infante. Mujer de clase media que, para mantener a su familia trabaja como “barwoman” en una discoteca nocturna.
Cuando su hijito pequeño, estando solo en el departamento, sufre un accidente en la cocina, se inicia una investigación que culmina con la internación por parte del Estado del niño en un Hogar de Menores.
El resto de la trama nos permitirá acompañar a esta madre en su afán por recuperar a su hijo; a los trastornos de conducta del niño por hallarse lejos del hogar; y a las innumerables etapas burocráticas - y psicológicas - que sufre esta mujer debiendo también afrontar las inestabilidades de Jean-Jacques, su otro hijo, propias de su adolescencia.
La relativa solidaridad de los dos hermanos adultos de Sylvie contribuyen a su odisea con factores de dulce y de agraz.
Nada en este relato se siente falso ni forzado. Todo fluye con la naturalidad propia de los hechos. Nadie es perverso. Por el contrario, vemos como todos, incluso los funcionarios oficiales comprenden la angustia e intentan colaborar. Pero la estructura legal los aplasta y deja impotentes.
La estupenda actuación de Virginie Efire (Elle - 2017), como Sylvie, nos demuestra, una vez más, el talento de esta actriz belga para transmitir, sin alardes, los más finos matices del alma atribulada de una madre. La dirección de Deloget logra que todos los personajes, incluidos los niños, transmitan sus emociones sin esfuerzo. Casi sin darse cuenta. Un prodigio de sutileza frente a la inexorable realidad.
La tragedia central es la IMPOTENCIA. Cabe entonces preguntarse ¿cuál será la solución? Y seremos testigos de cómo - intuitivamente - el título de la película - NADA QUE PERDER - ilumina la salvación de nuestra protagonista.
La gradual emoción del proceso nos demuestra que cuando ya se ha perdido todo, sólo queda el Amor Familiar y la Tolerancia.
Destacamos la tenue música incidental. Aumenta la intimidad. Nos acerca a la respiración y los latidos del corazón de los personajes. Lo mismo ocurre con los tonos susurrantes entre la madre y su hijito pequeño.
ANTE UNA REALIDAD DISFUNCIONAL E INCONTROLABLE, SÓLO SOBREVIVE - ¡OJALÁ! - EL AMOR FAMILIAR. UNA VIVENCIA LOGRADA Y ENTRAÑABLE. MUY BUENA.
Ficha técnica
Título Original: Rien à perdre - 2023
Drama maternal Francia - 1,52 hrs.
Fotografía: Guillaume Schiffman
Música: Rebecca Delannet
Diseño Prod.: Nicolas Trabaud
Guion: Delphine Deloget, Olivier Demangel, Camille Fontaine
Actores: Virginie Efira, Félix Lefebvre, Arieh Worthalter
Directora: Delphine Deloget
3 Premios, 3 Nominaciones
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