lunes, 19 de agosto de 2024

Nada que perder - Por Carlos Correa Acuña

Dirigida por Delphine Deloget, esta cinta muestra la vida de Sylvie, una madre soltera que vive en Brest, Francia, con sus dos hijos, Sofiane y Jean-Jacques. Una noche, mientras ella trabaja, Sofiane sufre quemaduras graves estando solo en el departamento. Debido al incidente, el pequeño es internado en un hogar de acogida, lo que desencadena una batalla legal y administrativa de Sylvie para recuperarlo y mantener a su familia unida al tiempo que intenta demostrar que es capaz de cuidar a sus hijos.

¡Qué trascendente nudo de conflicto presenta esta película! El tema es sensible y delicado, pues apunta a lo más profundo que una madre puede sentir respecto a un hijo, y que tiene que ver, esencialmente, con su bienestar, es decir, su cuidado tanto físico como sicológico y emocional. Sylvie debe trabajar para sostener a su familia, y su trabajo nocturno no le permite estar siempre presente. Jean-Jacques, el hijo mayor, es quien debe asumir el cuidado de su inquieto hermano menor, algo que no le corresponde, por cierto, pero no hay otra solución. Un descuido, un accidente grave, la angustia consiguiente, configuran un escenario que se agudiza aun más cuando el servicio social debe tomar cartas en el asunto con el fin de salvaguardar y proteger al menor de edad

Sylvie es cuidadosa, mantiene a raya sus relaciones en el trabajo, e intenta llevar una vida normal, pero se encuentra siempre bajo una gran presión. Presión económica, presión como madre, presión como mujer, presión social, y tal vez la más agobiante, una autoexigencia que está a punto de inmovilizarle. Las dudas son pan de cada día, y el qué hacer no tiene respuesta. Luego del accidente lo intenta todo, incluso un cambio de trabajo, pero nada resulta, todo parece estar en contra, la condiciones no mejoran, muy por el contrario, empeoran. ¿Hay salida?

Delphine Deloget, también autor del guion, explora las reacciones. Este es el fuerte de la cinta gracias a una sólida actuación de Virginie Efira quien se lleva el peso de estar casi siempre en escena. Sus gestos y silencios, junto a sus airadas respuestas, demuestran desesperación e impotencia, una rabia incontenible producto de una tristeza inimaginable. ¿Quién puede soportar una carga así? Que le separen de lo más preciado, su hijo menor, al que solo ella entiende y contiene. ¿Un infortunio puede determinar el resto del futuro? La película plantea una disyuntiva feroz entre la maternidad y un sistema legal que, aún reconociendo sus buenas intenciones, se muestra rígido, inhumano, y carente de cualquier tipo de empatía.

“Rien à Perdre” es un drama que logra conmover. Está en juego la vida de un menor, pero ¿quién puede determinar lo que es mejor para él? ¿Un sistema de protección de menores o su propia madre? El dilema es fundamental y tal vez no tiene una respuesta unívoca. La película se encarga de hacer aún más difusa la línea al destacar la fortaleza y determinación de una madre en circunstancias difíciles, pero también considerar la protección de menores cuando sus condiciones de vida ponen en peligro su integridad. No obstante, y y tomando una posición, este trabajo se inclina claramente hacia el amor maternal, la lucha contra el sistema y la resiliencia extrema. El centro del relato es Sofiane, o Sylvie, dependiendo la lectura que podamos hacer, aunque también resulta claro que el valor primordial que se destaca es la lucha y la perseverancia de una madre por recuperar a su hijo, contra viento y marea, contra todo obstáculo y adversidad.

Ficha técnica

Título original: Rien à Perdre
Año: 2023
Duración: 112 minutos
País: Francia
Compañías: Curiosa Films, Unité de production
Género: Drama
Guion: Pierre Chosson, Delphine Deloget, Julia Kowalski
Fotografía: Guillaume Schiffman
Reparto: Virginie Efira, Félix Lefebvre, Arieh Worthalter, Mathieu Demy, India Hair
Dirección: Delphine Deloget

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