Tragedia japonesa familiar.
Drama íntimo, sobrio y contenido. A pesar de bullir a fuego lento, como típico filme oriental, mantiene el interés desde el comienzo.
Un forastero, Yasaka (Tadanobu Asano), se aparece en el hogar de Toshio (Kanji Furutachi). Solicita trabajar como ayudante en el taller metal mecánico del dueño de casa. Como se conocían de antes, lo acepta y, más aún, le da alojamiento.
El agradecido pensionista retribuye incluso enseñándole a la pequeña hijita de la familia, Hotaru, a mejorar con sus clases de armonio. También, y en forma gradual, va congeniando con Avié (Mariko Tsutsui), la esposa de su patrón.
La película se divide en 2 partes, separadas por un largo apagón de 8 años. En la primera, sólo vemos crecer una mutua atracción entre el afuerino y la esposa de Toshio. Lo que podría vaticinar un típico drama de adulterio, Pero, de pronto, y de manera inesperada, Yasaka agrede brutalmente a la pequeña Hotaru, y escapa para siempre.
En la 2ª parte, presenciamos las secuelas que el atentado dejó en cada uno de los miembros de esa familia. La hija, ahora adolescente, parapléjica y trastornada. La madre, sintiéndose culpable, se lava de forma obsesiva las manos (como Lady Macbeth) y alucina viendo el espectro de Yasaka; y Tashio, se obstina en pagar detectives privados para encontrar al canalla que destruyó la paz de su hogar.
Con la llegada casual de un muchacho, que postula a ser un nuevo ayudante, se comienzan a develar antiguos secretos delictuales que, en el pasado, habrían relacionado a Tashio con Yasaka, e indirectamente con Takashi, el joven operario (Taiga Nakano).
La fotografía evita los claroscuros, pero el pulso, los silencios y la música incidental van urdiendo una atmósfera inquietante. Es evidente cómo las relaciones cambian bajo el estrés.
Quien se tome la molestia de hilar más fino, hallará en el comportamiento de cada personaje un símbolo de lo que ha sido la historia de Japón antes y después de la 2ª Guerra Mundial.
Casi todo el desarrollo es previsible, menos la última secuencia. Allí nos espera un final abierto que, por lo súbito, invita a buscarle significados más hondos a toda la obra.
Los temas en juego son: la venganza, la culpa, y el castigo ineludible.
Y como corolario, se confirma la antigua sentencia de las tragedias griegas:
“EL PECADO DE LOS PADRES LO PAGAN LOS HIJOS”.
SOBRIA, METICULOSA REALIZACIÓN, RICA EN SUGERENCIAS TRASCENDENTES. LACERANTE Y GENTIL.
Ficha técnica
Título Original: Fuchi ni Tatsu
2016 Tragedia familiar Japón, Francia - 2 hrs.
Fotografía: Ken'ichi Negishi
Edición: Kôji Fukada, Julia Gregory
Música: Hiroyuki Onogawa
Diseño Prod.: Laurent Harjani, Antoine Jouve
Actores: Tadanobu Asano, Mariko Tsutsui, Taiga Nakano
Guionista y Director: Kôji Fukada
Premio del Jurado Cannes 2016
Muy bien comentario, claro, conciso, que ciertamente, nos deja con un gran interés en verla. Felicitaciones!!!
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