Thriller español, tenso y trepidante, disponible en Netflix.
Javier Gutiérrez es Martín, un padre de familia y policía que debe hacerse cargo de un trabajo rutinario. Se trata del traslado de presidiarios, durante la noche, misión que debe abordar con Montesinos -Isak Férriz-, un duro y experimentado oficial curtido en esas lides. Sus personalidades son opuestas. Martin intenta ceñirse al reglamento mientras Montesinos abusa de su posición. No obstante sus diferencias, ambos deciden colaborar; Martin conduce el camión blindado, Montesinos, se ubica en la parte de atrás, vigilando a los reos en sus cubículos.
La noche es oscura y fría. Es invierno y el manto de nieve es extenso. La solitaria carretera solo ve pasar un patrullero escolta y el transporte. La temperatura baja más y más en la estepa manchega. Entonces se produce el asalto. Desaparece el coche policial y una cadena con puntas extendida sobre el pavimento rompe los neumáticos del blindado. ¿Qué sucede? Silencio, disparos, tensión. Martin logra safar y atrincherarse en el sector de los reclusos pero pronto es reducido por ellos. ¿El ataque es para liberar a los presos? No lo sabemos. Nadie puede entrar o salir del furgón. La noche se presume larga, esto está recién está comenzando.
La premisa del director Lluís Quílez funciona perfectamente. El guion escrito por Fernando Navarro y el propio director nos sumerge rápidamente en el centro de la acción. El relato es ágil, no pierde tiempo y pronto nos sitúa en el conflicto principal. Casi sin darnos cuenta estamos tan atrapados como los que están dentro del camión. No conocemos detalles, intenciones, objetivos; nada. Solo observamos el miedo como factor común, aunque para los presos el incidente puede ser su gran oportunidad para liberarse y huir.
Los elementos contenidos en la cinta aportan sus dosis justas. La filmación es precisa, la fotografía es nítida, y la edición, notable. La música de Zacarías M. de la Riva entrega el toque de movimiento para cada cambio de escenario y también en cuanto la acción se detiene en espera del siguiente paso. ¿Cuál será? ¿Quién es el misterioso asaltante? ¿Qué quiere? ¿Podrán salir vivos de allí?
El ritmo es constante. Y sucede algo especial, porque al leer sobre la trama previamente, es fácil cuestionarse sobre cómo se podrá sostener el metraje. Incluso, de antemano sabemos gran parte de los sucesos principales, es decir sabemos del traslado y del asalto. Es decir, solo esperamos que acontezca lo que ya conocemos. ¿Cuál es el aporte o la novedad entonces? Acá hay una clave, a mi modo de ver, porque por más que conozcamos algo de la historia, siempre dependerá de la forma en que se nos presente, el interés que nos despierte. Y aquí, esa elaboración funciona como pocas veces.
“Bajocero” es un thriller de acción pero no se queda solo en aquello. Si bien hay interesantes intercambios de textos en momentos álgidos, lo que el guion va construyendo durante sus casi dos horas va un poco más allá. La configuración de la historia se va llenando de interrogantes que esperan respuesta. Varias de ellas son de conciencia, sobre temas morales y éticos. Refieren al actuar y al discernir. Y se dilatan producto del desarrollo y también porque se guardan para el último cuarto y los descuentos.
La cinta presenta una construcción clásica, en tres partes muy bien diferenciadas. Cada una, exposición, desarrollo y final, aporta sustancia y se encadena perfectamente dentro de la secuencia global. La tensión aumenta con el correr de los minutos y lo inesperado es la regla para mantenernos alertas. Cuando pensamos que lo peor ha pasado -hay imágenes fuertes, crudas, intensas-, viene algo que nos descoloca y nos vuelve a sorprender. Gran mérito de Lluís Quílez porque no nos suelta ni por un segundo. Sin duda un acierto -y un aporte para el género- que está siendo premiado con una alta audiencia que lo posiciona en los primeros lugares de visualizaciones en Netflix desde su reciente estreno.
Ficha técnica
Título original: Bajocero
Año: 2021
Duración: 106 minutos
País: España
Productora: Morena Films, Amorós Producciones, Televisión Española (TVE), ICIC (Distribuidora: Netflix)
Género: Thriller. Acción. Intriga | Policíaco
Guion: Fernando Navarro, Lluís Quílez
Música: Zacarías M. de la Riva
Fotografía: Isaac Vila
Reparto: Javier Gutiérrez, Karra Elejalde, Luis Callejo, Patrick Criado, Andrés Gertrudix, Isak Férriz, Miquel Gelabert, Édgar Vittorino, Florín Opritescu, Ángel Solo, Àlex Monner, Sebastián Haro
Dirección: Lluís Quílez
Javier Gutiérrez es Martín, un padre de familia y policía que debe hacerse cargo de un trabajo rutinario. Se trata del traslado de presidiarios, durante la noche, misión que debe abordar con Montesinos -Isak Férriz-, un duro y experimentado oficial curtido en esas lides. Sus personalidades son opuestas. Martin intenta ceñirse al reglamento mientras Montesinos abusa de su posición. No obstante sus diferencias, ambos deciden colaborar; Martin conduce el camión blindado, Montesinos, se ubica en la parte de atrás, vigilando a los reos en sus cubículos.
La noche es oscura y fría. Es invierno y el manto de nieve es extenso. La solitaria carretera solo ve pasar un patrullero escolta y el transporte. La temperatura baja más y más en la estepa manchega. Entonces se produce el asalto. Desaparece el coche policial y una cadena con puntas extendida sobre el pavimento rompe los neumáticos del blindado. ¿Qué sucede? Silencio, disparos, tensión. Martin logra safar y atrincherarse en el sector de los reclusos pero pronto es reducido por ellos. ¿El ataque es para liberar a los presos? No lo sabemos. Nadie puede entrar o salir del furgón. La noche se presume larga, esto está recién está comenzando.
La premisa del director Lluís Quílez funciona perfectamente. El guion escrito por Fernando Navarro y el propio director nos sumerge rápidamente en el centro de la acción. El relato es ágil, no pierde tiempo y pronto nos sitúa en el conflicto principal. Casi sin darnos cuenta estamos tan atrapados como los que están dentro del camión. No conocemos detalles, intenciones, objetivos; nada. Solo observamos el miedo como factor común, aunque para los presos el incidente puede ser su gran oportunidad para liberarse y huir.
Los elementos contenidos en la cinta aportan sus dosis justas. La filmación es precisa, la fotografía es nítida, y la edición, notable. La música de Zacarías M. de la Riva entrega el toque de movimiento para cada cambio de escenario y también en cuanto la acción se detiene en espera del siguiente paso. ¿Cuál será? ¿Quién es el misterioso asaltante? ¿Qué quiere? ¿Podrán salir vivos de allí?
El ritmo es constante. Y sucede algo especial, porque al leer sobre la trama previamente, es fácil cuestionarse sobre cómo se podrá sostener el metraje. Incluso, de antemano sabemos gran parte de los sucesos principales, es decir sabemos del traslado y del asalto. Es decir, solo esperamos que acontezca lo que ya conocemos. ¿Cuál es el aporte o la novedad entonces? Acá hay una clave, a mi modo de ver, porque por más que conozcamos algo de la historia, siempre dependerá de la forma en que se nos presente, el interés que nos despierte. Y aquí, esa elaboración funciona como pocas veces.
“Bajocero” es un thriller de acción pero no se queda solo en aquello. Si bien hay interesantes intercambios de textos en momentos álgidos, lo que el guion va construyendo durante sus casi dos horas va un poco más allá. La configuración de la historia se va llenando de interrogantes que esperan respuesta. Varias de ellas son de conciencia, sobre temas morales y éticos. Refieren al actuar y al discernir. Y se dilatan producto del desarrollo y también porque se guardan para el último cuarto y los descuentos.
La cinta presenta una construcción clásica, en tres partes muy bien diferenciadas. Cada una, exposición, desarrollo y final, aporta sustancia y se encadena perfectamente dentro de la secuencia global. La tensión aumenta con el correr de los minutos y lo inesperado es la regla para mantenernos alertas. Cuando pensamos que lo peor ha pasado -hay imágenes fuertes, crudas, intensas-, viene algo que nos descoloca y nos vuelve a sorprender. Gran mérito de Lluís Quílez porque no nos suelta ni por un segundo. Sin duda un acierto -y un aporte para el género- que está siendo premiado con una alta audiencia que lo posiciona en los primeros lugares de visualizaciones en Netflix desde su reciente estreno.
Ficha técnica
Título original: Bajocero
Año: 2021
Duración: 106 minutos
País: España
Productora: Morena Films, Amorós Producciones, Televisión Española (TVE), ICIC (Distribuidora: Netflix)
Género: Thriller. Acción. Intriga | Policíaco
Guion: Fernando Navarro, Lluís Quílez
Música: Zacarías M. de la Riva
Fotografía: Isaac Vila
Reparto: Javier Gutiérrez, Karra Elejalde, Luis Callejo, Patrick Criado, Andrés Gertrudix, Isak Férriz, Miquel Gelabert, Édgar Vittorino, Florín Opritescu, Ángel Solo, Àlex Monner, Sebastián Haro
Dirección: Lluís Quílez
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