Disponible en Netflix.
Basada en la novela “Good Morning, Midnight”, de Lily Brooks-Dalton, esta película nos presenta a Augustine -George Clooney-, un científico que, en una abandonada base ubicada en el Ártico, se propone contactar a una nave espacial que está retornando a la Tierra luego de un largo viaje de exploración. Un evento no identificado -“el suceso”- adquiere ribetes catastróficos. Augustine quiere advertir el hecho a la tripulación de “Æther” para que no regresen a casa.
La película es reflexiva. Habla del sentido de la vida, de la existencia de la humanidad más allá de la Tierra y también deja al descubierto una intensa conexión emocional. En un escenario apocalíptico y con un camino ya recorrido, Augustine necesita dar sentido a sus últimos días. Sufre una enfermedad grave, requiere diálisis, por lo que sus movimientos además son limitados. No sabemos qué ha sucedido en el mundo pero no es difícil percatarse que se ha comprometido la supervivencia en el hábitat humano.
La cinta no es para nada explícita, todo lo contrario. En su capa más sencilla, observamos flashes del pasado con los que vamos componiendo el relato. Aun así, la apertura que entrevemos sigue siendo ambigua. El ritmo del metraje es muy lento, no tiene ninguna prisa y por momentos cae en algunas lagunas que solo son interrumpidas por secuencias que parecen romper aquella quietud que se dirige hacia una indefinida extinción.
La forma de la cinta permite separar los ambientes. Por un lado, lo que sucede en Tierra, en el frío Ártico, donde Augustine y la pequeña Iris -Caoilinn Springall-, una niña que no habla y que el científico ha descubierto escondida en la estación, deben llegar a la próxima base que tiene una antena de comunicación de mayor alcance. La misión es atravesar los hielos, en condiciones infrahumanas, a la deriva, sin ayuda ni protección. Se trata de un desafío tan imposible como temerario, indispensable para completar el propósito autoimpuesto por el protagonista. En contraposición, observamos lo que pasa en la nave espacial con su tripulación, con sus cinco miembros que acaban de visitar K-23, una luna habitable de Júpiter que representa una esperanza, una oportunidad, o tal vez solo un sueño.
Cada ambiente tiene sus retos y también sus propósitos. Son distintos, pero -en capas más profundas- se unen en lo trascendente, en el posible contacto entre ambos, como si aquello tuviera el poder de unir dos mundos que se encuentran a una distancia imposible de salvar. Podría haberse desarrollado más cada una de las historias pero tal vez ese no era el principal objetivo. Tal vez esa la incertidumbre es parte fundamental de la concepción del guion escrito por Mark L. Smith y lo que obliga a esmerarse por profundizar en su interior. Personajes dibujados, no tan elaborados, permiten que aquello funcione, y tal vez sea suficiente. El tiempo quizá responda las múltiples interrogantes.
“Cielo de Medianoche” deja una estela para analizar luego de verla, una sensación, un gusto, un sabor especial. Al concluir, podemos unir los puntos y gracias a ello comprender el mensaje. Tal como la música original de Alexandre Desplat, que queda resonando internamente, la película regresa en ráfagas para mostrarnos luces, ideas y señales. Entonces parece incluso menos lenta y más corta. Quizá es solo una ilusión, pero también es un mérito. Al menos a mí me resulta satisfactorio cuando quedo con estas impresiones, cuando los recuerdos vuelven a mi para completar el trabajo. Es el momento en que tal vez comienza otra película u otra historia. O tal vez, es ese el momento en que se consigue la tan anhelada conexión emocional.
Ficha técnica
Título original: The Midnight Sky
Año: 2020
Duración: 118 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Anonymous Content, Netflix, Syndicate Entertainment, Smoke House Pictures, Truenorth Productions (Distribuidora: Netflix)
Género: Ciencia ficción. Drama | Futuro postapocalíptico. Aventura espacial. Distopía
Guion: Mark L. Smith (Libro: Lily Brooks-Dalton)
Música: Alexandre Desplat
Fotografía: Martin Ruhe
Reparto: George Clooney, Felicity Jones, David Oyelowo, Demian Bichir, Kyle Chandler, Tiffany Boone, Caoilinn Springall, Ethan Peck, Lilja Nótt Þórarinsdóttir, Tia Bannon, Sophie Rundle, Tim Russ, Miriam Shor, Jill Buchanan, Kishore Bhatt, Bharat Mistri, Natasha Jenssen, Olivia Noyce, Edan Hayhurst, Atli Oskar Fjalarsson, Grant Crookes
Dirección: George Clooney
La misión global de SIGNIS es colaborar con profesionales de los medios de comunicación y ayudar a transformar la cultura a través de valores artísticos, promoviendo la dignidad humana, la justicia y la reconciliación. La directiva en Chile está formada por Juan Pablo Donoso, Presidente, Elizabeth Salazar T., Vicepresidenta, y Jackie P. Olivo, Secretaria. Son miembros, Bernardita Santander Navarro, Pablo Crocquevielle, José Luis Nicolás, Alejandro Caro Contreras y Carlos Correa Acuña.
lunes, 4 de enero de 2021
Cielo de Medianoche - Por Carlos Correa
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario