Disponible en Netflix.
Basada en la novela “La Vie devant soi” -La vida por delante-, del escritor francés Romain Gary, esta cinta narra la historia de Momo -Ibrahima Gueye-, un niño senegalés de 12 años que debe sobrevivir en la calle de una ciudad italiana. “Dicen que todo está escrito, que no se puede cambiar nada; yo quiero cambiar todo”, son palabras que escuchamos “en off” y que reflejan la rebeldía del pequeño protagonista.
Momo roba a transeúntes y también trafica drogas, subsiste apenas. Una ventana de esperanza se genera cuando su custodio lo encarga con Madama Rosa -Sophia Loren-, una mujer judía, sobreviviente del holocausto, y que a sus 86 años aun cuida de hijos prostitutas, abandonados o huérfanos. “Solo dos meses, ni un minuto más”, señala perentoria ante el médico que le suplica para que cuide al menor.
No es fácil esta nueva relación. Poco antes, Momo había robado a Madama Rosa unos artículos valiosos en la calle. De entrada, peor no podría ser, sin embargo ella lo acoge, le abre las puertas de su casa y le ofrece una oportunidad.
Ambientada en la ciudad de Bari, la película enfatiza la tragedia de Momo. Madama Rosa, reconocida por su refugio (o pocilga, como dice el niño), tiene carácter fuerte. No se guarda nada y señala lo que considera es la realidad. “Es malo por dentro, no es un niño normal”, dice, sin embargo, pasan los días y lentamente surge un vínculo difícil de describir, un vínculo que cambia sus vidas; la amistad, el amor, la compañía y la esperanza aparecen con fuerza, cobran vigor con el correr del metraje.
El director Edoardo Ponti -hijo de Loren-, es cuidadoso. Sus enfoques son certeros en mostrar a Madama Rosa y a Momo como los extremos que son. La amabilidad no es la principal virtud de la mujer, tampoco el niño es paciente. Agua y aceite, varias características impiden que congenien, no obstante la magia surge de pronto cuando ambos comprenden que ambos son vulnerables; Ella, con una marca indeleble, él, reflejo del abandono, la soledad y la miseria.
La conexión tarda en llegar. Son las miradas, dejando entrever una leve apertura, las que comienzan a producir esa acogida, esa aceptación mutua, el respeto. La línea del amor comienza a trazar su camino. No es delicada, más bien es brusca, las más veces tosca. El corazón de ambos está endurecido, curtido y a la vez indefenso. No basta la intención, debe existir la acción. Compartir espacios tampoco es suficiente, debe existir una mínima complicidad. Madame Rosa lo sabe, Momo lo intuye.
Sophia Loren, con este regreso a la pantalla, muestra lo vigente que se encuentra su estrella. Es capaz de transmitir sentimientos con pequeños gestos, con miradas profundas y rostro señero. Ella expresa vida, brilla cada vez que la cámara advierte su presencia, llena la escena de una forma magnífica y solo con mirarla nos queda claro su papel. ¡Qué decir del pequeño Ibrahima Gueye! Resulta un complemento perfecto. No solo se roba el corazón de Madama Rosa, el nuestro también. Su actuación deslumbra y augura que lo mejor está por venir.
La canción final, interpretada por Laura Pausini y compuesta especialmente para la película, funciona como toque de gracia. Conmueve su letra y música. Recomiendo revisar un video clip especial que se encuentra en YouTube, pues depara una emotiva sorpresa.
“La vida ante sí” se sumerge en lo sustantivo de la vida, en lo más vital, en la esencia humana. A través de dos miradas diferentes apreciamos la importancia de los valores en juego, la urgencia de tratar al otro como persona, de hacerlo visible, de reconocerlo verdadero. Y eso emociona, porque sin lugar a dudas, nos llega al alma.
Ficha técnica
Título original: La vita davanti a sé
Año: 2020
Duración: 94 minutos
País: Italia
Productora: Palomar. Distribuida por Netflix
Género: Drama | Inmigración
Guion: Ugo Chiti, Romain Gary, Fabio Natale, Edoardo Ponti (Libro: Romain Gary)
Música: Gabriel Yared
Fotografía: Angus Hudson
Reparto: Sophia Loren, Ibrahima Gueye, Renato Carpentieri, Babak Karimi, Abril Zamora, Massimiliano Rossi, Francesco Cassano
Dirección: Edoardo Ponti
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miércoles, 25 de noviembre de 2020
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