jueves, 16 de mayo de 2019

El Sol también es una Estrella - Por Carlos Correa

Clásica historia de chico-conoce-chica que no cree en el amor; él la desafía, ella permite una pequeña posibilidad y él realiza sus mejores esfuerzos. Entonces, ¿qué es lo diferente de esta nueva versión de una historia que tal vez hemos visto ya muchas veces? Veamos.

Natasha Kingsley -Yara Shahidi- es la chica. Su familia es inmigrante, proceden de Jamaica, y acaban de ser deportados como ilegales y por ello obligados a abandonar Estados Unidos dentro de 24 horas. Daniel Bae -Charles Melton- es el chico. Su familia también es inmigrante, proceden de Corea, sin embargo ya están asentados y su permanencia en territorio norteamericano no está en peligro. Ella está por graduarse, su mundo es la física cuántica. Él está por ingresar a la Universidad para estudiar medicina. Ella es práctica, él un soñador. Ella no cree en el destino, ni en las coincidencias, ni en los sueños porque nunca se cumplen. Él sí cree en el destino y en esas circunstancias mágicas que pueden unir incluso dos almas tan diametralmente diferentes como ellos.

Basada en la novela del mismo nombre escrita en el año 2017 por Nicola Yoon, esta cinta dirigida por Ry Russo-Young sostiene su relato basado en numerosos elementos que rodean la historia central. El primero y tal vez más evidente es el entorno. Nueva York es la ciudad donde se desarrolla el metraje lo que permite desplegar con lucidas tomas y ángulos el aura de esta ciudad cosmopolita, sus barrios y distritos, el Metro, sus famosos edificios e iconos, desde algunas perspectivas diferentes a las que observamos en otras cintas. El segundo es un elemento muy actual y se relaciona con los inmigrantes, esta vez en dos condiciones; los establecidos y los deportados, asumiendo las últimas condiciones que se han endurecido en el actual gobierno de Donald Trump. El tercer elemento es el carisma de los dos jóvenes protagonistas. Dueños de una natural desenvoltura, ella destaca por la capacidad de transmitir emociones profundas solo con gestos y miradas. Él, por su parte, posee un talento especial para transmitir sencillez sin exagerar ni complicarse. Ambos representan a dos jóvenes comunes y corrientes, que viven mundos diferentes, que por accidente coinciden y gracias a ello se conocen.

Si volvemos al centro de la historia de amor tal vez no descubramos nada diferente. Aquello está nuevamente en la periferia, en la relación de ambos con sus familias, en sus historias personales de vida y en los vínculos que ambos han generado y construido en un país y una ciudad que no es propia pero que se ha transformado en su casa, en su hogar, y en donde -especialmente Natasha-quieren desarrollar su vida.

La fórmula clásica funciona y logra momentos que, aunque predecibles, cautivan por su delicadeza, por la belleza de las tomas y también gracias a una selección de canciones que acompaña muy bien cada momento del día y la noche que pasan juntos.

“El Sol también es una estrella” logra reinventarse, se nutre de actualidad y avanza tal como lo que es, honesta y sin mayores pretensiones. Una bella historia de amor que se abre paso en una ciudad siempre interesante, con protagonistas que se alejan de los moldes típicos y con mucho cuidado y preocupación por los detalles lo que se aprecia a lo largo de sus precisos 100 minutos.

Ficha técnica

Título original: The Sun Is Also a Star
Año: 2019
Duración: 100 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Alloy Entertainment / Metro-Goldwyn-Mayer / SuperMarioLogan / Warner Brothers
Género: Drama
Guion: Tracy Oliver (Novela: Nicola Yoon)
Música: Herdís Stefánsdóttir
Fotografía: Autumn Durald
Reparto: Yara Shahidi, Charles Melton, Gbenga Akinnagbe, Faith Logan, Jake Choi, Cathy Shim, Anais Lee, Camrus Johnson, Keong Sim, Miriam A. Hyman, Assibey Blake, Jordan Williams
Dirección: Ry Russo-Young

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