sábado, 16 de marzo de 2019

La Misma Sangre - Por Juan Pablo Donoso

Intriga familiar psico/policial con una prolija realización, buenas actuaciones, pero con un argumento que entrega lecturas simultáneas que chocan entre sí.

Por ello su estructura tiene más de novela que de un conflicto antagónico. Si bien hay un personaje principal, el protagonismo de Elías, el padre, se debilita en las motivaciones de los demás. Es la razón de por qué habiéndolo acompañado en sus tormentos durante la trama, al cerrar la historia la premisa se nos dispara a un nivel esotérico: ¿se cierne una fatalidad sobre esta familia? ¿hay algo en el judaísmo que los condiciona? ¿hay un estigma perverso que se hereda de generación en generación? (diente del jabalí, que tenía el abuelo y ahora tiene el nieto).

Elías (Oscar Martínez) es el padre de un grupo social medio-alto, propietario de tierra e industria lacta de búfala. La familia parece armónica y normal. 35 años de matrimonio. Pero las deudas de él, y su iluso optimismo, le han acarreado la enemistad de su esposa (Paulina García) quien se niega a financiarlo y sólo desea el divorcio. La muerte accidental de ella levantará sospechas sobre la secreta culpabilidad del marido.

Y la duda tomará cuerpo influyendo en la conducta de los demás integrantes, incluido un ex amante de su mujer (Luis Gnecco), hasta bordear la neurosis.

Los flashbacks sirven para aclarar lo que ocurrió y por qué ocurrió.

Al final del día, nadie es quien los demás creen que es. Las mentiras gestan rencor, desconfianza y errores irreparables que culminarán en desquicio asesino.

Este tipo de relato seudo policial – atmosférico, con personajes multiangulares, y final ambiguo – fue muy habitual en el cine francés de los años 60 y 70. Sus principales cultores, entre otros, fueron Claude Chabrol (Inocentes con las Manos Sucias) y Louis Malle (Ascensor para el Cadalso). La fascinación de misterio que lograban se debía a ese rasgo cínico y amoral que lucían sus integrantes. Factor ausente en este caso.

Si bien el argumento es fácil de entender, y echa mano a varios recursos de aquella narrativa gala, estos personajes son más honestos y vulnerables, y con más opciones para resolver el embrollo. Sus comportamientos, por tanto, y las funestas consecuencias, nos parecen más antojadizas por parte de los guionistas, en miras a un simbolismo superior.

Se siente así una dispersión en los comportamientos y un exceso en sus reacciones. Sólo cerca del final pareciera justificarse el rol de Lautaro (Luis Gnecco), y en ningún momento la presencia carismática del emérito Norman Briski como el anciano padre al comienzo del filme. Hay un fallido intento de nuestra laureada Pali García por hablar con acento argentino cuando su personaje es chileno, cosa que con buen criterio evitó Gnecco.

POR INTENTAR INTRIGA SIMBÓLICA, LOGRAN MÁS UNA ATMÓSFERA DE MISTERIO QUE UN CONFLICTO REAL.

Ficha técnica

Drama familiar, misterio, suspenso Cinecolor Films Argentina, EE.UU. – 1,53 hrs. 
Edición: Soledad Salfate 
Música: Luca D'Alberto 
Diseño Prod.: Jean Paul Gaucher 
Guionistas: Miguel y Ana Cohan 
Actores: Oscar Martínez, Paulina García, Dolores Fonzi, Diego Velazquez, Luis Gnecco 
Director: Miguel Cohan

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