jueves, 16 de marzo de 2017

Silencio - Por Juan Pablo Donoso

La temprana vocación sacerdotal de Martin  Scorsese  se asoma en algunos de sus filmes. Especialmente en los que  suscitan  polémicas  teológicas.

Esta vez se sumerge en un largo y complejo pantano narrativo para sembrar dilemas en cualquiera que sea nuestra postura existencial, religiosa o política.

El filme presenta tres caras simultáneas de evaluación: 

1.- La factura cinematográfica.
2.- El periodo histórico medieval en Japón vs. el impulso misionero de la Iglesia Católica.
3.- El dilema teológico de la Compasión y el Amor al Prójimo. 

Es la historia de dos jóvenes misioneros católicos (Andrew Garfield y Adam Driver) que exponen sus vidas viajando a Japón en una época en que los cristianos eran brutalmente perseguidos. Van en busca del sacerdote que fue su tutor (Liam Neeson) y de quien nunca más supieron.

Allá, inmersos en pequeñas comunidades de campesinos católicos clandestinos, administran los sacramentos, presencian  feroces  torturas y ejecuciones, y siguen rastreando la huella del Padre Ferreira, de quien se dice que aún está con vida. Tal es el periplo de esta larga gesta. ¿Sobrevivirán ellos? ¿Hallarán al maestro espiritual que les consolidó la vocación sacerdotal?

1.- LA  FACTURA  CINEMATOGRÁFICA.  El talento de Scorsese ya está comprobado a lo largo de sus 59 películas, muchas de ellas paradigmáticas. Esta vez se basó en la novela de Shusaku Endo para seguir la gesta de esos dos jóvenes jesuitas. En todo lo formal es impecable: excelentes actuaciones, prolija ambientación  nipona del siglo 17, bellísima fotografía, montaje de alto nivel artístico y artesanal. Scorsese quiso imbuirnos en ese mundo y familiarizarnos con sus personajes. Y se tomó su tiempo – 161 minutos – para detallar cada episodio. La reiteración de torturas, cárceles, traiciones y abusos de autoridad se suceden rutinarias y progresivas en la búsqueda del Padre Ferreira. Fue el camino escogido por el director: empaparnos con esa atmósfera. Y lo logró. Otra opción habría sido sintetizar la gesta con sus momentos más intensos y dejar la obra como un drama de suspenso, preparándonos para la sorpresa del final.   En cambio, es un largo cuento como narrado junto a la quietud de un fogón nocturno. 

2.- EL  JAPÓN  HISTÓRICO  DEL SIGLO 17. Allí también se practicó la Inquisición con la misma brutalidad que en Occidente durante la Edad Media. Las autoridades  por ningún motivo permitirían una alteración de sus estructuras político-religiosas (feudalismo budista) aceptando la inclusión del cristianismo. Y menos la práctica del mensaje de Cristo entre sus habitantes más pobres, como eran los campesinos. Además, los jerarcas sabían que esos plebeyos entendían muy poco lo que era el catolicismo del Vaticano. Esos campesinos sólo se fascinaban con la bondad y palabras de los clérigos europeos. “Más que a Cristo siguen al cura… porque los ama como personas y los consuela”. Y este desvío de veneración popular era peligroso para el régimen tiránico de los shogunes y terratenientes.  

3.- EL  DILEMA  TEOLÓGICO.  Tanto los sacerdotes como los campesinos conversos debían renegar de su nueva religión. Debían apostatar pisoteando en público la imagen de Cristo. Quien se negaba era de inmediato decapitado, y también su familia. Persistir en esta devoción, y seguir a los misioneros, era entrar en una espiral de matanzas que más parecía un holocausto de gañanes ignorantes que un martirio santificador. El dilema profundamente teológico para los sacerdotes era mantenerse fieles a los dogmas de la Iglesia Católica, o apostatar para salvar la vida de aquellos nipones humildes, y a sus familias, de  morir  mártires  sólo  por obedecer los preceptos del Vaticano.

Preguntas de fondo: ¿Cómo se ejerce la verdadera Compasión (pilar del Budismo), la Caridad y el Amor al Prójimo (pilar del cristianismo)?

¿Dónde, cómo y  cuándo los hombres de FE están más cerca del Dios verdadero? 

Y el SILENCIO del  filme alude al silencio elocuente con que Dios le habla a cada hombre en su corazón y en su conciencia, aunque se trate de abnegados sacerdotes  fielmente vocacionales, o budistas igualmente fieles de corazón.  

La  voz  del  SILENCIO  es  la  MISERICORDIA  DIVINA.

LA  ÚLTIMA  TENTACIÓN  DE  SCORSESE: ¿CUÁL  ES  EL MEJOR  CAMINO  PARA  LLEGAR  A  DIOS? 

Ficha técnica

Título Original: Silence
BFDistribution
Drama, historia, religión
EE.UU., Taiwan, México – 161 minutos
Fotografía: Rodrigo Prieto
Edición: Thelma Shoonmaker
Música: Kathryn Kluge y Kim Allen Kluge
Guión: Jay Cocks, Martin Scorsese, Shusaku Endo
Director: Martin Scorsese

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