sábado, 11 de febrero de 2017

Nada que Perder - Por Juan Pablo Donoso

Muy grata mezcla de western con policial. 

Ambientada en una extensa zona pobre y campesina del interior de Texas.

Los antagonistas son dos hermanos que asaltan pequeños bancos de pueblo versus un viejo sheriff, pronto a jubilar, asistido por un descendiente de indio y mexicano.

Todo es desolado y rústico. Los policías se aburren por la tranquilidad de los habitantes. Los asaltantes son granjeros a punto de perder su propiedad agrícola por deudas contraídas con el Midland Bank de Texas.

Los hermanos Tanner (Ben Foster) y Toby Howard (Chris Pine) optan por robar en las sucursales del mismo banco para pagar con ese dinero la antigua deuda de su madre fallecida.

El viejo sheriff (Jeff Bridges) tiene ahora la oportunidad de acechar y capturar a los ladrones como última y única gran hazaña de su carrera policial. 

El relato nos invita a convivir, día a día, con los ladrones y con el par de “rangers”. 

Nos enteramos que uno de los hermanos, Tanner, acaba de cumplir 10 años de cárcel por su hobby de jugar al delincuente desde la infancia. En cambio el otro, Toby, divorciado pero buen padre quiere legar su terruño petrolero para el futuro económico de sus hijos. Será éste quien, aprovechando el oficio de su hermano malandrín, proponga asaltar las sucursales, juntar solamente el dinero que falta, pagar la deuda y dedicarse en paz a las labores agrícolas.

Pero el hermano Tanner, de impetuosa adrenalina, comete imprudencias que cobran la vida de inocentes guardias locales.

En paralelo, acompañamos al sheriff y a su asistente (Gil Birmingham) a seguir la huella de los hermanos. Sabremos de sus vidas, de sus pensamientos y de las pequeñas anécdotas que viven en cada pueblito que visitan. Sus diálogos, llenos de informalidad, y las costumbres de los personajes secundarios, estarán salpicados de humor sencillo y bonachón.

Así, tanto los policías como los ladrones, siendo enemigos en la trama, se convierten en amigos nuestros, dignos de comprensión y misericordia.

Como clásico western, el conflicto tendrá su clímax con un doloroso enfrentamiento. Pero como se trata de una historia inteligente, tendrá una coda final, donde el sarcasmo y conmiseración del autor enfrenta nuevamente a los protagonistas centrales, dándole a la historia una penitencia humanitaria y distinta a las típicas sanciones moralizantes de los “buenos” contra los “malos”.

Entretenida, graciosa, argumento bien estructurado, excelentes actuaciones, en especial de Bridges y Pine, pintorescas mujeres secundarias, inconmensurables paisajes captados con la cámara de Giles Nuttgens, y la inserción irónica de canciones regionales cuya letra es un deleite descifrar. Sólo lamentamos la obviedad de ciertos diálogos iniciales: tal vez a prueba de tontos para entender mejor el resto de la aventura.
Su título original también era Comanchería, pero la opción traducida como NADA QUE PERDER alude mejor al fondo del relato.

UN WESTERN CONTEMPORÁNEO ÍNTIMO, AMENO, SIN MANIQUEÍSMOS Y GRATO DE OBSERVAR.

Ficha técnica

Título Original: Comanchería o Hell or High Water
EE.UU. – 102 minutos
Acción, drama
Fotografía: Giles Nuttgens
Música: Nick Cave y Warren Ellis
Guión: Taylor Sheridan
Actores: Dale Dickey, Ben Foster, Chris Pine, Jeff Bridges
Dirección: David Mackenzie

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