Un nuevo filme de boxeadores típicamente estadounidense, con la fórmula tan probada y exitosa de los cinco ROCKYS, por ejemplo; es un tratamiento argumental que se remonta desde los años 30 y donde los paradigmas fueron A Man and a Gentleman (El Caballero Audaz), City for Conquest, Puños de Acero, Golden Boy, Requiem para un Luchador, y tantas más.
El pugilista imperfecto y disminuido que a punta de esfuerzo logra, al final, vencer a su feroz contrincante en el ring.
Esta vez se trata de un campeón que, al ser provocado en una ceremonia, se trenza a golpes con un rival y accidentalmente alguien le dispara a su esposa matándola. Con esto el iracundo campeón se derrumba emocional y económicamente, perdiendo incluso la tutela de su adorada hijita, y debe recomenzar desde abajo su carrera hasta recuperar su título.
Los elementos destacables son la actuación de Jake Gyllenhaal y de Oona Laurence su pequeña hija. Ambos transmiten con fuerza y verdad sus emociones y tormentos.
Los combates alcanzan, como ya es habitual, un alto nivel de calidad técnica cinematográfica. Y el clímax cumple con dar la dosis de adrenalina que los espectadores esperan.
Sin embargo, en las escenas más íntimas y personales, el interés decae por la obviedad y lentitud de algunos diálogos, y por la tibia empatía que esto genera con el conflicto y sus personajes.
EXCELENTE CARACTERIZACIÓN DE GYLLENHAAL EN UN CLICHÉ DE BOXEADORES, AGIOTISTAS, Y HEROÍSMO SOBREHUMANO.
Ficha técnica
Título original: Southpaw
Género: Drama, boxeo
País: EE.UU.
Duración: 124 minutos
Guionista: Kurt Sutter
Actores: Jake Gyllenhaal, Rachel McAdams, Oona Laurence, Forrest Whitaker
Director: Antoine Fuqua
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