jueves, 6 de junio de 2013

El futuro - Por Juan Pablo Donoso


Atmósfera muy lograda. Su título es esencial para comprender la trama. Un mundo – supuestamente Europa – va decayendo en valores e ideales. Los jóvenes - cuyos padres han fallecido - carecen de perspectivas para mirar el futuro. Están a la deriva. 

La aparición de un ex héroe cinematográfico, ahora anciano y ciego, aporta el encanto marchito de un remedo de ternura, de erotismo exótico, de añoranzas y nostalgias de un cine anticuado que, al menos,  contenía sueños de heroísmo y leyendas mitológicas. 

Bianca, la protagonista, renuncia a estafarlo en señal de gratitud por aportarle aunque fuera la reminiscencia de ensueños y fantasías. 

Según el libro de Roberto Bolaño, “Una Novelita Lumpen”, el futuro se disolvió en el misterioso resplandor de un presente estático que gira sobre sí mismo – día a día – sin avanzar ni tampoco retroceder. 

La vitalidad de la juventud, a la que Bianca pertenece, se reduce a lo biológico del sexo y al oropel masculino del fisiculturismo estéril. 

La decadencia del viejo actor – Rutger Hauer - al menos conserva la atmósfera claroscura de la vieja mansión llena de secretos y ecos de tiempos idos. Para Bianca, aquel anciano merece seguir viviendo y deambulando por las calles, en las tinieblas de su ceguera, porque al menos para ella significó el espectro de un sueño sentimental: herencia que ella llevaría en su corazón en los años que le quedan por vivir.

La cinta denota un alto nivel profesional en la realización: actuaciones sólidas y sugerentes – en especial de la actriz chilena Manuela Martelli – y un lenguaje fotográfico – del argentino Ricardo de Angelis - que logra en muchos momentos crear poesía con la iluminación, especialmente en el variado reflejo de los ojos de la protagonista.

La audición, en su doble lenguaje: musical y sonoro, va narrando en forma paralela su propia historia  de inefable premonición por parte de Bolaño sobre el destino del Occidente europeo. Hay algo en los golpes musicales de la banda sonora que parecieran anunciar un evento próximo, y que gradualmente se desintegra en un constante círculo vicioso inconducente.  

La directora Alicia Scherson y su equipo supieron crear una atmósfera viva, de tal manera que el vacío existencial de sus personajes fuera más que un simple acompañar personajes huecos, como sucede a veces con filmes que sólo se apoyan en las formas y convierten a sus personajes en zombies actorales. Aquí hubo arte logrado y envolvente. Personajes sin destino pero dolorosamente vivos y dignos de compasión.

UNA OBRA DE DOLOR, DECADENCIA Y VACÍO EXISTENCIAL, MUY LOGRADA EN LO ARTÍSTICO Y FIEL AL ESPÍRITU DE ROBERTO BOLAÑO.

Ficha técnica

Dirección y Guión: Alicia Scherson
Actores: Manuela Martelli, Rutger Hauer, Luigi Ciargo, Nicolas Vaporidis
Fotografía: Ricardo DeAngelis
Música: Caroline Chaspoul, Eduardo Henríquez
Producción: Bruno Bettati
Chile, Italia, Alemania y España – 94 minutos

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