Por Musia Rosa
Película que cierra el legado autoral artístico del chileno Raúl Ruiz, es su última película, la que logró terminar junto a su mujer, la cineasta Valeria Sarmiento, y es aquella donde nos obliga a sonreírle a la nostalgia, a los recuerdos tristes, maravillosamente tristes, que afloran hacia el final de la vida y que el los entrega en su habitual estilo, atemporal, fantástico y al mismo tiempo real.
En su especial forma de narrar, nos presenta un grupo humano, sencillamente humano, que va y viene entre la vida y la muerte porque “estamos viviendo de prestado”, frase que se dice en un momento del relato fílmico y que parece ser el concepto filosófico central del filme.
Entre el mirar y pasar por puertas, ventanas y espejos del interior de una oficina y una residencial, vemos a los personajes tramar y sospechar hechos que ocurrirán inevitablemente, en un marco casi onírico de las imágenes, donde pasado y presente se funden y hasta el túnel de la muerte con su luz final aparece simbólicamente señalando la trascendencia de esta vida, y todo se ensambla perfectamente con los objetos, las palabras, la música incidental, los boleros y los colores, no exentos de un humor también especial.
El cine de Raúl Ruiz ha sido apreciado y galardonado en el mundo entero como excepcional. Es un cine que más que entenderlo hay que sentirlo, porque su verdad, no está en las maravillosas imágenes que vemos y nos conducen, sino, precisamente, detrás de ellas.
Ficha técnica
Año: 2012
Calificación: todo Espectador + 7
Género: Drama
Duración: 107 minutos
Elenco: Sergio Hernández, Marcial Edwards, Valentina Vargas, Camila Rodríguez, Christian Vadim.
Fotografía: Inti Briones
Música: Jorge Arraigada
Director: Raúl Ruiz
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