martes, 28 de diciembre de 2021

Spider-Man: sin camino a casa - Por Carlos Correa

¿Esta nueva entrega de Spider-Man cumple con las expectativas? Absolutamente. ¿Por qué? Es vertiginosa, amena y entretenida, presenta un desarrollo condensado y ampliado a la vez, trabaja, separa y vuelve a unir la historia; en resumen, una película estupenda. 

Veamos. Comienza justo en el momento en el que queda la cinta anterior, vale decir en el preciso momento en que la identidad de Spider-Man es descubierta, ¿se acuerdan? Y claro, ahora con Spider-Man desenmascarado, Peter Parker -Tom Holland-, queda absolutamente vulnerable y pasa a ser la figura número uno del mundo, la más buscada y, tal vez, la más acosada.

El asunto es que a Parker no solo lo delatan, sino que, además, lo incriminan por las muertes ocurridas en Londres, por eso debe defenderse junto a su novia MJ -Zendaya-, su mejor amigo Ned -Jacob Batalon-, y su tía May -Marisa Tomei-. Como Peter no tolera este giro radical en su vida, recurre al Dr. Stephen Strange -Benedict Cumberbatch-, para solicitar ayuda. La idea es revertir la situación, o al menos mitigarla; le pide que ejecute un hechizo que permita que las personas se olviden que Parker es Spider-Man.

Dr. Strange lleva a cabo la acción pero Peter le pide modificar la fórmula, una y otra vez, para excluir a quienes no les debería afectar -su círculo cercano-, lo que ocasiona que el hechizo se corrompa a pesar de los esfuerzos de Strange por contener la situación. El resultado, con tantas modificaciones y ya fuera de todo control, es un efecto dominó en el Multiverso, una situación que hace que varias realidades paralelas se asocien permitiendo traspasos entre ellas y facilitando el retorno de villanos ya vistos en anteriores entregas de la saga. El desafío ahora es múltiple: lidiar con estos villanos, devolverlos a sus universos de origen y recuperar la esencia de Spider-Man: su identidad secreta.

Jon Watts filma un guion de Chris McKenna y Erik Sommers que no da tregua alguna. Comprensible tanto para novatos, entendidos o fans, el hilo conductor es capaz de atar algunos cabos mientras despliega otros con mayor elaboración. La construcción es inteligente y creativa, posee un ritmo trepidante, y depara sorpresas en cada recoveco de su sinuoso camino. Por favor, sugiero encarecidamente no saber de spoilers o anticipos antes de verla, porque parte importante de esta película es dejarse, de verdad, sorprender.

Las secuencias y efectos especiales son formidables, nada que decir. Quiero destacar una secuencia que me llamó mucho la atención y que corresponde a la de los espejos, un conjunto que contiene un grado de abstracción multidimensional de proporciones, algo que si bien hemos visto en otras cintas, no ha sido parte del contexto de anteriores películas de Spider-Man. Qué decir de la edición, excelente; el montaje, preciso; los detalles, infinitos -nos hace pensar que debemos ver la película más de una vez-; en otras palabras, el Multiverso en plena evolución y desplegado ambiciosamente.

Desde el punto de vista de la historia, estamos ante algo que parecía imposible -conocer quién es este arácnido superhéroe-, y que afecta la esencia del protagonista, es decir, una situación que simplemente descoloca. Aun así, tenemos algunas certezas y conocemos a los personajes gracias a su versión anterior, por lo que no es complejo entrar rápidamente en el nuevo argumento y ser absorbidos por el relato.

Un aspecto a destacar es que esta película pone un énfasis mayor en la humanidad de Peter Parker. Es cierto que están todas sus fortalezas y despliegue escénico en las múltiples batallas y peleas, pero, en esta ocasión, nuestro héroe se ve enfrentado a un mundo que desconoce por completo y que es mucho más emocional. ¿Qué hacer? ¿Es opción pedir ayuda? ¿Cómo protege a quienes más quiere? ¿Podrá revertir la situación en la que se encuentra?

En el medio del camino -o como dice el subtítulo, en este denominado “sin camino a casa”-, con poquísimos éxitos y demasiadas amenazas, surge la sentencia que señala que ante un gran poder se tiene una gran responsabilidad. Es posible que la frase o incluso su sentido pueda ser considerada moralista, pero discurrir sobre hacer lo correcto es lo menos que se puede plantear cuando los valores y contravalores se pelean en un escenario tan incierto como líquido.

Como síntesis, ¿qué es finalmente lo importante? ¿Cuál es el foco, y en su fuero más íntimo, lo que busca en definitiva Peter Parker? Las respuestas emergen de los lazos humanos, la preocupación por los seres queridos y la transformación -positiva o negativa- de las personas. Parker no solo persigue la misión que tiene Spider-Man en la sociedad sino que principalmente intenta descubrir su propio rol en la vida, y es tal vez por eso que tendremos “hombre araña” para rato, porque justamente es en esa humanidad en la que se sustenta toda la parafernalia mágica que naturalmente viene por añadidura.

Y no se vayan al final, por favor, vienen dos escenas post créditos que son interesantes, la última especialmente, y que sirven de bisagra para lo que seguramente veremos muy pronto en nuevas entregas de Marvel. No dejen de ver esta película en el Cine, es imperdible, y justifica plenamente el éxito de taquilla que tiene sus funciones repletas con días de anticipación.

Ficha técnica

Título original: Spider-Man: No Way Home
Año: 2021
Duración: 148 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Pascal Pictures, Marvel Studios, Columbia Pictures. Distribuidora: Columbia Pictures, Sony Pictures Entertainment (SPE)
Género: Fantástico. Acción. Ciencia ficción | Superhéroes. Secuela. Cómic. Marvel Comics
Guion: Chris McKenna, Erik Sommers. Cómic: Steve Ditko, Stan Lee
Música: Michael Giacchino
Fotografía: Mauro Fiore
Reparto: Tom Holland, Zendaya, Benedict Cumberbatch, Marisa Tomei, Jacob Batalon, Jon Favreau, Angourie Rice, Alfred Molina, Jamie Foxx, J.K. Simmons, Thomas Haden Church, Rhys Ifans, Harry Holland
Dirección: Jon Watts

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