lunes, 6 de diciembre de 2021

La Casa Gucci - Por Carlos Correa

Basada en el libro escrito por Sara Gay Forden titulado “The House of Gucci: A Sensational Story of Murder, Madness, Glamour, and Greed”, esta cinta dirigida por Ridley Scott presenta el drama criminal en torno al asesinato de Maurizio Gucci, heredero del creador de la moda Gucci, por encargo de su exmujer Patrizia Reggiani. Con guion de Roberto Bentivegna y Becky Johnson, la película abarca los hechos desde el año 1978 y narra la historia de ambos jóvenes, sus primeros pasos y sueños, su matrimonio, sus desencuentros, más todos los entreveros familiares y aquellas situaciones que finalmente dan paso al fatal desenlace. 

Personalmente, el trabajo no me convenció. He tratado, al correr de los días, descubrir por qué y creo que varias son las causas basales de una disconformidad que, en vez de atenuarse, ha ido “in crescendo”.

Un tema es la edición. Al comienzo, conté al menos tres cambios de planos sin continuidad; planos cercanos con ángulos diferentes, donde pasa de uno a otro y parecen escenas distintas. Sumado a lo anterior, el guion resulta fraccionado, lo que quita continuidad a la filmación y hace sentir la excesiva duración del metraje. Hay escenas que no se concluyen, o que les falta algo para ser comprendidas, por lo que me da la impresión que hubo mucho material, tal vez para hacer una película aun más larga, y que se debió recortar por obligación.

Pasando a las actuaciones y a su reparto de lujo, también me surgen algunas observaciones. No descubro química entre los protagonistas. Maurizio -Adam Driver-, y Patrizia -Lady Gaga-, actúan indiscutiblemente bien, correctamente, pero esperaba más. Por ejemplo, ninguno de los dos transmite la transformación interna de su personaje y, cuando aquello se vislumbra, es escaso y poco comprensible. Esto condiciona la película pues es intensa por momentos y plana por otros, en un camino tan sinuoso como irregular. Las intenciones de ambas personas representadas resultaron evidentes, y quizás faltó profundizar más cada entrono familiar, especialmente en Patrizia, lo que la situó en un segundo nivel dentro de los planos de acción.

Y sobre el mundo de la moda, tampoco profundiza demasiado, solo marca estereotipos donde el más evidente es el representado por Paolo Gucci, al que Jared Leto hace brillar con una vibrante caracterización. En contrapunto, dos portaviones de la actuación, Al Pacino y Jeremy Irons, encarnando a los viejos Gucci, aportan, claro está, pero los veo desaprovechados, al igual que el resto del elenco que les acompaña.

Lady Gaga, muy bien, una actriz en crecimiento que entrega intensidad en su papel, transmite fiereza, aunque sin conmover. Representa a una mujer interesada, a todas luces, pero también puede ser genuina en otras, y esa diferencia, que no es sutil, pudo haber sido mejor resuelta. Por su parte, Adam Driver se muestra siempre impertérrito. ¿Cuándo cambia? ¿Cuándo logra observar su entorno? ¿Cuándo se da cuenta de lo que sucede? Nada de eso se muestra, solo acontece. Muta, se transforma, pero no a la vista nuestra, o tal vez lo hizo en algunas de esas escenas que, por duración, no quedaron en el corte final.

Esta historia fascinante, a mi modo de ver, queda a medio camino. Pudo ser más concisa, tener más elementos de thriller, ser menos ligera y más profunda, porque hay muchos temas en juego: familia, lealtad, traición, ambición, despecho, frivolidad, protección, etc. Y un punto clave, cuando Maurizio renuncia a su familia y pide la mano de Patrizia pudo representar un buen inicio, real o ficticio, pero un nuevo comienzo, algo que también fue desaprovechado y un poco pasado por encima.

La música me pareció inapropiada para algunas escenas: la boda por ejemplo, y el Mozart en la Gala de Paolo, francamente una versión descuidada (¿a propósito?). Dos botones de muestra para una banda sonora compuesta por Harry Gregson-Williams que se diluye y se evapora.

Pero no todo es negativo. Tiene una buena producción de ambientes estéticos, aunque sin demasiado glamour. Está bien filmada, hay tomas precisas, junto a una continuidad solo alterada por las comentadas decisiones de edición. El oficio de Scott es innegable, sin embargo algo no me cuadra en el resultado global que nos entrega este afamado director.

En resumen, “House of Gucci” es en esencia contradictoria: tres puntos buenos, tres puntos regulares, y así durante sus extensos 157 minutos. ¿Hay que verla? Sí, no hay duda. ¿Recomendable? Sí, porque aporta historia y está basada en hechos reales. No obstante, raya para la suma, para mí queda al debe, en camino, en desarrollo, y aunque esto no es un pecado tan grande, pasa que cuando las expectativas son mayores, recibimos un baño de realidad para poner las piezas en su lugar, reflexionar y evaluar. Y claro, al final es cosa de gustos también, por lo que su opinión, querido lector, puede ser totalmente distinta a la mía y eso es, en esencia, lo subjetivo que sucede con el arte del cine.

Ficha técnica

Título original: House of Gucci
Año: 2021
Duración: 157 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Coproducción Estados Unidos-Canadá; Metro-Goldwyn-Mayer (MGM), Scott Free Productions, Bron Studios
Género: Drama | Basado en hechos reales. Crimen. Moda. Años 70. Años 80. Años 90
Guion: Roberto Bentivegna, Becky Johnson. Libro: Sara Gay Forden. Historia: Becky Johnston
Música: Harry Gregson-Williams
Fotografía: Dariusz Wolski
Reparto: Lady Gaga, Adam Driver, Al Pacino, Jeremy Irons, Jared Leto, Salma Hayek, Jack Huston, Alexia Murray, Vincent Riotta, Reeve Carney, Gaetano Bruno, Camille Cottin, Youssef Kerkour
Dirección: Ridley Scott

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