viernes, 12 de febrero de 2021

Tigre Blanco - Por Carlos Correa

Disponible en Netflix. 


Balram Halwai -Adarsh Gourav-, un joven proveniente de Laxmangarh, una de las aldeas más pobres de India, tiene un sueño. Tras abandonar la escuela por falta de recursos económicos, se traslada a Delhi donde aprende a conducir y trabajar como chofer para el hijo del terrateniente opresor de su pueblo, Ashok -Rajkummar Rao-, y su mujer Pinky -Priyanka Chopra Jonas-, quienes acaban de regresar de Estados Unidos.

La vida de Balram no ha sido fácil. Su habilidad, reconocida desde pequeño, le permite ser astuto y ambicioso. Siente el llamado de las cosas y también es capaz de proyectar su futuro. Al elegir a su “amo”, sabe que es una apuesta y que de ganar, aquello le permitiría ascender. Por lo mismo, no duda en chantajear al chofer principal para conseguir su puesto, aunque guarda celoso respeto por sus nuevos patrones.

Balram tiene interiorizado que debe ser un sirviente. Se lo han inculcado desde pequeño pero su alma se rebela ante esa realidad, porque hacia afuera, parece aceptarlo e incluso desearlo por sobre cualquier otra opción. En verdad es amable, pero de vuelta, el trato que recibe es denigrante. Comúnmente le pegan, lo desplazan o lo ignoran, acrecentando en él un resentimiento interno que se acumula grano a grano.

Basada en el Best Seller del New York Times, escrito el año 2008 por Aravind Adiga y adaptada para el cine por el mismo director Ramin Bahrani, la historia es relatada por Balram en primera persona. Mucho texto en “off” entrega detalles sociales y también sobre lo que el joven elucubra sobre su condición. El ritmo es ágil y la acertada edición permite que saltemos de una situación a otra sin mediar pausas ni demasiadas consideraciones.

Cuando la trama comienza a densificarse, la película expone sus mejores momentos. Alude a las condiciones de pobreza y marginación de la mayoría de la población y la falta de oportunidades para superar aquello. También pone de relieve la corrupción de los ricos, el abuso de poder y el ambiente corrosivo en el que se desenvuelven quienes toman decisiones políticas públicas. La vida de un pobre vale poco o nada. El poder es lo importante, el estatus y la condición es lo que domina. El resto es servidumbre y está atrapada en un gallinero del que no pueden ni siquiera intentar escapar.

“Tigre Blanco” avanza implacable hacia un desenlace inesperado. Un accidente fatal deja al descubierto los valores reales que suscriben los patrones de Balram: su obligada confesión da cuenta que es alguien desechable, útil, siquiera servil. Este hecho, si bien no condiciona el metraje, abre los ojos del muchacho para cambiar su eje moral y por ello sus futuras acciones.

La cinta no abunda en detalles pero logra configurar el ambiente tóxico e inhumano que presenciamos. Basta visualizar la diferencia de las habitaciones de la gran familia en comparación con el “rincón” donde duerme el protagonista. Las diferencias son ostentosas, intimidantes, horrorosas. La sumisión de la pobreza es inconcebible y Balram Halwai lo tiene más que claro; debe sobreponerse, salir de allí y alcanzar la cima. ¿A cómo dé lugar? Tal cual, de cualquier forma. Todo es válido.

El trabajo del director Ramin Bahrani es fluido y muy concreto. Apoyado por una partitura producida por Danny Bensi y Saunder Jurrians, la cámara recorre diversos lugares y se inmiscuye en los recovecos de relaciones desiguales. Con certeza retrata a sus protagonistas sin entrar en detalles inoficiosos. Solo lo justo y necesario para dar el toque exacto y luego cambiar de escenario o circunstancia. Para Bahrani todo es un ir y venir, tan líquido como la sociedad que presenta en pantalla, donde el margen interpretativo es lo suficientemente ancho para abarcar una realidad muy difícil de comprender. La película gira en torno a las intenciones personales y profundos valores. Comprende una mutación esencial en el protagonista y también denota una crítica social importante.

Se dice que solo un Tigre Blanco nace por cada generación. Esta es la metáfora usada en esta oportunidad, donde la historia de un joven vulnerable y pobre alcanza un éxito imposible. Lo que queda en el camino son sus argumentos y sus acciones, ya que por supuesto el fin no justifica los medios. ¿Reprochable? Absolutamente, pero tanto como la inmundicia impía de quienes abusan para lograr puestos de poder y ganancias absolutas desechando a los demás. Por eso, dice Balram, que existen solo dos castas: “hombres con panzas grandes y hombres con panzas pequeñas.” Y es aún más claro con la declaración final: “soy solo alguien que ha despertado mientras el resto sigue dormido”.

Ficha técnica


Título original: The White Tiger
Año: 2021
Duración: 131 minutos
País: India
Productora: Co-production India-Estados Unidos; Netflix, Lava Media, Noruz Films (Distribuidora: Netflix)
Género: Drama | Pobreza
Guion: Ramin Bahrani (Libro: Aravind Adiga)
Música: Danny Bensi, Saunder Jurriaans
Fotografía: Paolo Carnera
Reparto: Adarsh Gourav, Priyanka Chopra, Rajkummar Rao, Perrie Kapernaros, Abhishek Khandekar, Nalneesh Neel, Aaron Wan, Vedant Sinha, Solanki Diwakar, Ram Naresh Diwakar, Mahesh Pillai, Harshit Mahawar
Dirección: Ramin Bahrani

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