lunes, 12 de octubre de 2020

La Leyenda de la Fortaleza de Suramis - Por Juan Pablo Donoso

Aquí hay más argumento. Pero su proporción es mínima comparada con la belleza audiovisual en que viene envuelto.

El tema es simple: todas las fortalezas de los reinos de Georgia son imponentes e infranqueables. Menos una, la de Suramis. Cada vez que la terminan de construir, por misteriosas razones un terremoto la derrumba, dejándola reducida a escombros.

La antigua leyenda folclórica decía que ese fuerte estaba bajo el hechizo de una poderosa maldición. Sólo un supremo sacrificio podría mantenerlo en pie: había que sepultar a un niño vivo en sus paredes.

La bella aldeana Vado baila para el Príncipe. Éste le concede la libertad e independencia a su esposo Durmishkhan. Cuando Vado profetiza que sólo un niño encriptado salvará el fuerte, el marido huye solitario a tierras lejanas para proteger así a su descendencia.

Será un viaje largo y lleno de peripecias. Para sobrevivir se cambiará de patria y de religión: se hará musulmán. Contraerá un nuevo matrimonio y tendrá un hijo muy querido llamado Zurab. Como en todas las películas de Parajanov, éste será el eterno niño “observante”, y testigo de los prodigios y desgracias que ocurran.

Como es de suponer, luego de tantos avatares por ciudades y desiertos, el destino traerá a Zurab de vuelta a la aldea de su padre, y bajo la ignorancia de la ahora consagrada profetiza Vado, será precisamente a él quien deban tapiar vivo entre los muros de la nueva Fortaleza de Suramis que, supuestamente, se yergue intacta hasta nuestro días en esa región.

El Fuerte - cristiano - sería la metáfora de la Patria, siempre vulnerable a los ataques invasores de los imperios islámicos de Ottoman y Safavid. Así, es la religión el máximo emblema del patriotismo, ideal político que diferencia a los georgianos de los demás pueblos eslavos.

Este filme es más que un bellísimo bordado de símbolos. Valiéndose del folclor balcánico y caucásico, le otorga al sacrificio una nueva connotación. En el lamento reflexivo de las torturas que el mismo Parajanov sufrió en la cárcel se guarda - también encriptada como el niño en los muros - una lealtad visceral hacia el origen de su pueblo, sus costumbres, paisajes, sonidos, tradiciones milenarias, y sentido metafísico de la eternidad espiritual.

Es la más poderosa e hipnótica de sus obras realizada después de su liberación.

Si bien trae demasiados recovecos, con múltiples personajes y escenas básicamente estéticas para llegar a la conclusión del relato, la disfrutamos de comienzo a fin gracias a su alucinante hermosura visual y auditiva.

YouTube y Qubit.

JUNTO A BRESSON Y TARKOVSKY, PARAJANOV DEMUESTRA QUE TODO VALE CUANDO HAY UNA VISIÓN ARTÍSTICA INTEGRAL. 

Ficha técnica

Título Original: Ambavi Suramis tsikhitsa
1985 Drama, leyenda URSS - 1,23 hrs. 
Fotografía: Yuriy Klimenko, Sergo Sikharulidze 
Edición: Kora Tsereteli Música: Jansug Kakhidze 
Diseño Prod.: Aleksandr Dzhanshiyev, Besarion Gelashvili 
Guion: Vaja Gigashvili , Daniel Chonqadze (novela) 
Actores: Veriko Anjaparidze, Tamari Tsitsishvili, Dudukhana Tserodze 
Director: Sergei Parajanov, Dodo Abashidze (co-director)

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