Aunque es tema repetido en filmes de muchos países - la buena familia que se instala en un hogar maldito con fantasmas perversos - en este caso hay un prolijo trabajo de guion, personajes variados y bien definidos, actores de buen rendimiento profesional, y un tratamiento fotográfico con adecuada iluminación y excelentes movimientos de cámara: exactos, cómodos y siempre al servicio de la historia más que a su propio lucimiento.
Predomina el buen gusto: carencia de estruendos musicales y - mejor aún - de los consabidos “screamers” (súbitas apariciones monstruosas para saltar en el asiento).
La participación de 4 guionistas permitió un desarrollo inicial de la trama lo más lógico posible. Un ascenso progresivo que va gradualmente generando misterios, dosificando escalofríos ante pequeñas sorpresas, que van revelando un mundo lleno de secretos y aberraciones ocultas.
Cada personaje tiene un carácter empático sustentado en su historia de vida. Ninguno sobra y cada cual tiene una motivación verosímil. Así, los fenómenos sobrenaturales resultan más aterradores, inexplicables y menos gratuitos.
La historia se cuenta a través de los ojos de Amparo, muchacha adolescente, hijastra de Manolo, el padre de familia. Han vendido su propiedad en el campo para comprar un departamento en Madrid. Esperan mejorar su nivel de ingresos. Pero en este hogar habita la presencia siniestra de un atormentado propietario anterior.
A la luz de los acontecimientos cada vez más traumáticos se irán revelando las causas sobrenaturales del tormento para esta indefensa familia.
La gracia del argumento es que por muy aterradores que sean los efectos, siempre hallan un vínculo humano y terrenal para haber alcanzado tan demoníacos niveles.
La joven actriz Begoña Vargas, como Amparo, carga el mayor peso actoral junto a su madre Candela - Bea Segura - por secretas culpas anteriores. Y con ello sumergen al resto de su familia en un torbellino de venganzas fantasmales.
Es grato reencontrarnos con figuras españolas tan paradigmáticas como Concha Velasco (Teresa de Jesús 1984), y admirar las caracterizaciones satánicas de Jaime Botet, ese actor de 2 metros de altura - víctima del síndrome de Marfán - en su doble rol de administrador y también del espectro monstruoso.
TERROR Y SUSPENSO EFECTIVOS GRACIAS A UN BUEN GUION, ACTUACIONES SINCERAS Y EXCELENTE REALIZACIÓN TÉCNICA. RECOMENDABLE EN SU GÉNERO.
Ficha técnica
Terror, suspenso, familia - 2020 España y Francia - 1,44 hrs.
Fotografía: Daniel Sosa Segura
Edición: Andrés Federico González
Música: Frank Montasell, Lucas Peire
Diseño Prod.: Carlos Dorremochea
Guion: Ramón Campos, Gema R. Neira, David Orea, Salvador Molina
Actores: : Begoña Vargas, Bea Segura, Concha Velasco
Director: Enrique Pintó
BFDistribution
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