sábado, 19 de septiembre de 2020

El practicante - Por Carlos Correa

Un thriller inquietante llega a la cartelera de Netflix. Proviene de España y su protagonista es el versátil Mario Casas.

Ángel -Casas- trabaja como paramédico de urgencia. La película comienza con un accidente de tránsito que tiene lesionados de gravedad y la puesta en escena sitúa al protagonista en su labor cotidiana junto a un sospechoso actuar que genera las primeras dudas. Pasamos entonces a su vida privada, junto a su novia Vane -Déborah François-, en su departamento. Ella trabaja de noche en un call center y estudia Veterinaria. La relación no se ve fluida, Ángel es controlador, celoso, manipulador. Su comportamiento no es normal. En los primeros quince minutos el primer escenario está completo. Ya sabemos los problemas que arrastra la pareja y podemos sumar que sus intentos por tener familia no dan resultado.

Comienza el segundo acto, ahora el accidentado es Ángel. Su frustración y rabia crecen, los celos aumentan y el tener que usar una silla de ruedas no hace más que acentuar los rasgos más oscuros de su carácter. La relación con Vane se descompone aún más. ¿Qué la destruye? El grave accidente parece ser la gota que rebalsa. Ella está cansada, complicada, el maltrato que recibe por parte de Ángel es insostenible. La olla a presión está a punto de estallar. ¿Algún atisbo de salida? A los cuarenta minutos, comienza el acto final.

Esta cinta es dirigida por Carles Torras, y tiene un guion del mismo director junto a David Desola y Hèctor Hernández Vicens. Conocemos el trabajo de Desola como escritor. Su pulso es constante y la propuesta sobre la ideal original de Torras imprime urgencia. Los elementos se ubican estratégicamente y cumplen su propósito. Si bien la historia se anticipa bastante en el trailer o en lo que podemos leer, el guion guarda giros y sorpresas. El hilo del relato es tejido con sagacidad e inquietud, el ritmo es tenso y la composición nos atrapa.

Algunas claves de esta producción están dadas por la excelente partitura de Santos Martínez. Son interesantes las secuencias donde la música nos conduce -donde no hay diálogo, solo imágenes- con un sonido que despierta temor y suspenso adrenalínico. Las imágenes son captadas con mucho detalle, especialmente en el interior del departamento, con una iluminación que también genera una atmósfera especial. Al agregar la canción “Un sorbito de champagne”, el clásico del grupo español Los Brincos, los detalles estéticos se completan como si de un círculo virtuoso se tratara.

Con una innegable inmersión psicológica, la cinta pone en relieve el tema de las relaciones de pareja y lo enfermizas que pueden ser en algunos casos. Si algo caracteriza a dichas relaciones es la falta de confianza y la incomprensión, pero esto se agrava cuando aparecen ciertos rasgos paranoides que se leen a tiempo. En este caso el carácter obsesivo del protagonista es llevado a un extremo, sin embargo parece perfectamente posible y real. ¿Hasta dónde puede llegar una persona herida en su autoestima? Más si posee algún desequilibrio psicológico, puede perfectamente desarrollar una conducta psicópata, compulsiva, incluso criminal. La angustia tal vez es inmanejable y los deseos de venganza pasan a ser el principal motivo de vida. Todo se subordina a un plan que peligrosamente escapa a cualquier control.

Párrafo aparte para Mario Casas. El actor debió perder mucho peso para el papel. ¡Notable! Un ejemplo de ductilidad y a la vez un esfuerzo importante. Se le ve inmerso en la caracterización, crea una personalidad incuestionablemente temible. El relato recae principalmente en su actuación por lo que es fundamental en la construcción global de la historia. Casas acierta gracias a un gran despliegue técnico para el desarrollo de su personaje. Le secunda una angelical Déborah François, produciendo un contrapunto tan marcado como las diferencias entre ambos. El complemento se aprecia de inmediato, aunque la química entre ellos tarda en aparecer.

“El practicante” se siente actual. Transcurre en torno al Año Nuevo de 2020 e incluye unas primeras noticias sobre el COVID-19. Pequeño detalle de la producción, tal vez para hacerla más inquietante aunque no lo necesite. Con suspenso creciente y una resolución más que satisfactoria, esta película constituye una interesante propuesta gracias al buen trabajo de sus guionistas y director, quienes dan forma a un thriller que responde a las expectativas y atrapa de comienzo a fin.

Ficha técnica

Título original: El practicante
Año: 2020
Duración: 94 minutos
País: España
Productora: Distribuida por Netflix España. Netflix, Babieka, Zabriskie Films
Género: Thriller | Thriller psicológico. Celos
Guion: David Desola, Hèctor Hernández Vicens, Carles Torras
Fotografía: Juan Sebastián Vasquez
Reparto: Mario Casas, Déborah François, Celso Bugallo, Raúl Jiménez, Pol Monen, Guillermo Pfening, Maria Rodríguez Soto, Gerard Oms
Dirección: Carles Torras

No hay comentarios.:

Publicar un comentario