jueves, 2 de enero de 2020

El Caso de Richard Jewell - Por Juan Pablo Donoso

Una vez más - a los casi 90 años - Clint Eastwood nos entrega una estupenda película.

En su trayectoria como director - 41 filmes - se ha caracterizado por escoger temas importantes, de profundo valor humano, y con una realización siempre virtuosa, entretenida y excelentes actuaciones.

Hay en sus relatos una constante contraposición entre la virtud y la corrupción; entre la pureza de sus víctimas y la perversidad de sus malhechores; entre la fragilidad de sus héroes versus la estupidez de los poderosos.

Tal vez estos extremos provienen desde los comienzos de su carrera actoral, cuando se consagró en los famosos spaghetti westerns de los años 60 en Italia, bajo la dirección de Sergio Leone (El Bueno, el Malo y el Feo -1964) y con su otro maestro, Don Siegel en EE.UU. (Harry el Sucio - 1971).

Su temática reincide en denunciar vicios y prepotencias, haciéndolos sucumbir bajo el peso de héroes débiles pero llenos de fuerza espiritual.

Así lo vimos en La Mula (2018), Gran Torino (2008), Million Dollar Baby (2004), ampliando su registro directoral con gestas bélicas como Cartas desde Iwo Jima (2006); y con fina madurez romántica en Los Puentes de Madison (1995). Es inmensa la variedad de su espectro, que va desde lo político (J. Edgar - 2011), lo biográfico musical (Bird - 1988), y los crímenes siniestros de Río Místico - (2003) entre tantos otros siempre sensibles por su elegante franqueza.

Ahora nos narra el caso verídico de Richard Jewell (1996), un sencillo guardia de seguridad que, por salvar la vida de cientos de personas en un evento masivo en Atlanta, fue acusado de ser él mismo el terrorista del atentado.

El candor e idealismo de Jewell sufrirá bajo los embates de la prensa sensacionalista, de la soberbia del FBI, y de la farándula que, habiéndolo ensalzado al comienzo como un héroe, lo estigmatiza después como un bestial asesino, con la misma liviandad.

El guion de Billy Ray va relatando el proceso con claridad y realismo. La edición permite a los personajes traslucir la gama de sus ambiciones: desde los más honestos e inocentes hasta los más cínicos y egocéntricos.

La dirección de actores es de alto nivel. Destacamos a Paul Walter Hauser (Yo Soy Tonya - 2017), como el bonachón Jewell. Es admirable su parecido físico con el verdadero Richard Jewell. Su desempeño lo hace nominable al Oscar. Con similar brillo lo siguen Sam Rockwell (3 Anuncios de un Crimen 2017), su abogado; Kathy Bates (Titanic - 1997), su madre, y Olivia Wilde (La Vida Misma 2018), como la periodista insaciable de triunfo a cualquier precio.

DESCARNADA DENUNCIA DE UNA INJUSTICIA CIVIL, NARRADA CON PULSO PRECISO, IRÓNICO Y HUMANITARIO. EXCELENTE.

Ficha técnica


Título Original: Richard Jewell 
Drama social, suspenso Warner Bros. EE.UU. - 2,11 hrs. 
Fotografía: Yves Bélanger 
Edición: Joel Cox 
Música: Arturo Sandoval 
Diseño Prod.: Kevin Ishioka Guion: Billy Ray 
Actores: Paul Walter Hauser, Sam Rockwell, Brandon Stanley 
Director: Clint Eastwood

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