jueves, 14 de noviembre de 2019

Estafadoras de Wall Street - Por Juan Pablo Donoso

Desequilibrada en sus méritos. Atractiva en la forma y defectuosa en el guion.

Describe el caso real - New York Magazine (Jessica Pressler) - de un grupo de bailarinas exóticas de cabaret que, rebelándose contra los jefes explotadores, organizaron una banda para esquilmar a los ejecutivos millonarios de Wall Street.

Aprovechándose de la lascivia de sus clientes, los drogaban, les usaban las tarjetas de crédito, y con el dinero alcanzaron un elevado nivel económico y de elegancia.

La justificación era criar a sus hijos y ayudar a sus familiares ancianos. Se consolaban sabiendo que sus víctimas se enriquecían especulando con el dinero de otros.

Se sentían inteligentes, ingeniosas y altruistas. Una revancha feminista contra la estupidez machista.

Todo anduvo bien durante años, hasta que la droga, los celos y la imprudencia corroyeron los lazos de lealtad del grupo.

Los elementos atractivos de esta aventura son: buenas y comprometidas actrices, fastuosa producción que incluye salones de vida nocturna, desfile innumerable de vestidos y zapatos, una edición ágil, y una abundante selección musical.

En la banda sonora se agradecen, entre las variadas canciones populares, los diez trozos de Estudios de Chopin interpretados magistralmente por L.H. Thomas.

En fin, hay muchos elementos audio-visuales para enriquecer la aventura de estas “robinhoodes” urbanas.

Pero la directora Lorene Scafaria debió pedir asesoría dramatúrgica con el guion.

Como es sólo una progresión de acontecimientos, al carecer de una fuerza antagónica proporcional, se va poniendo monótona y repetitiva: uno tras otro van cayendo en la trampa los bodoques masculinos. Por más que las mujeres interaccionen entre sí, con la maternidad y los lazos familiares, el relato se va transformando en una meseta cuyo desenlace demora demasiado.

Los personajes van perdiendo nuestro afecto, y con excepción de los trozos musicales y el despliegue de ornaménticas, nos importa muy poco en que terminará esta epopeya de jactancia feminista. Ni siquiera hay un ejemplar masculino digno de respeto o empatía. Son todos unos imbéciles desechables.

Jennifer López, a su edad, sigue alardeando sensualidad. Constance Wu aporta su carisma asiático y, aparte de las demás integrantes del clan, se desperdicia aquella enorme actriz Mercedes Ruehl (El Pescador de Ilusiones - 1991).

Es lamentable mostrar un género femenino tan delincuente como el de los hombres que ellas dicen aborrecer.

FEMINISMO LLENO DE GANCHOS GLAMOROSOS PARA CAMUFLAR UN GUION CHATO Y REPETITIVO.

Ficha técnica


Título Original: Hustlers 
Tragicomedia delictual Diamond Films EE.UU. - 1,50 hrs. 
Fotografía: Todd Banhazl 
Edición: Kayla Emter 
Diseño Prod: Jane Musky 
Actores: Constance Wu, Jennifer Lopez, Julia Stiles 
Guionista y Directora: Lorene Scafaria

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