jueves, 19 de septiembre de 2019

El Jilguero - Por Juan Pablo Donoso

La novela homónima de Donna Tartt ganó el premio Pulitzer de ficción 2014. Bien escrita, con amplia gama de personajes, y un drama íntimo que recorre la vida de un joven confundido.

Nos parece que el error de esta película fue ser demasiado fiel a la estructura literaria descuidando la narrativa audiovisual.

El resultado es un filme con excelente fotografía, una ambientación de lujo, algunas espléndidas actuaciones y toda la envergadura propia de un gran presupuesto.

Sin embargo, en vez de crear un filme “basado” en una gran novela, su guionista Straughan y el director John Crowley (Brooklyn, 2015) creyeron que siguiendo la misma estructura literaria repetirían en imágenes el impacto original.

El resultado - con todas sus virtudes actorales y técnicas - fue un película innecesariamente larga, con demasiados episodios secundarios intercalados, atiborrada de raccontos, y con algunos personajes que tal vez fueron gravitantes en el texto y que ahora carecen de justificación. Un ejemplo, la presencia de Nicole Kidman quien, con su talento y prestigio, se diluye en el discurso global.

Al igual que “rosebud” en El Ciudadano Kane, aquí la motivación existencial del niño - y luego adulto - Theo Decker, es el cuadro de un jilguero rescatado de una explosión terrorista en el Museo Metropolitano de Nueva York.

En esa ocasión el niño perdió a su madre, y de entre las ruinas heredó esta pintura como símbolo de su identidad afectiva. Teniendo este tesoro escondido y secreto, fue creciendo de familia en familia, conociendo a su padre semi delincuente, haciendo amigos de turbios orígenes (admirable Finn Wolfhard, como Boris), cayendo en la drogadicción, aprendiendo el oficio de anticuario, y siendo víctima de codiciosos amores femeninos.

Durante la larga exhibición - tan llena de méritos visuales y actorales - nos preguntamos a dónde conducen estos saltos narrativos. Y como la respuesta se nos escabulle, terminamos pensando que al guion le faltó concreción dramática, y sentimos el peso de su longitud.

Sólo después, cuando la rearmamos en la memoria, recién vislumbramos donde tendría la columna vertebral. Y nuevamente admiramos la actuación de Oakes Fegley, como Theo cuando pequeño.

EN UN DESPLIGUE DE LUCIMIENTO AUDIOVISUAL DESCUIDARON CENTRAR EL DISCURSO DRAMÁTICO. POR ESO QUEDÓ ERRÁTICA Y DEMASIADO LARGA.

Ficha técnica

Título Original: The Goldfinch 
Drama Warner Chile EE.UU. - 2,29 hrs. 
Fotografía: Roger Deakins 
Edición: Kelley Dixon 
Música: Trevor Gureckis 
Diseño Prod.: K.K. Barrett 
Guión: Peter Straughan 
Actores: Oakes Fegley, Finn Wolfhard, Ashleigh Cummings, Sarah Paulson 
Director: John Crowley

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