viernes, 29 de enero de 2021

Canción sin nombre - Por Carlos Correa

Esta película, Ganadora del Premio Signis en el SANFIC 15, es realmente conmovedora. Basada en hechos reales, la cinta se introduce en el Perú profundo del año 1988 donde se vive un conflicto social y político de envergadura. La historia corresponde a Georgina Condori, una joven andina que da a luz una bebé que desaparece misteriosamente. En medio del caos de la época, Pedro Campos, un joven periodista limeño, toma a su cargo la investigación del caso y emprende junto a ella una desesperada búsqueda.

Ópera prima de su directora Melina León, la película destaca por un magnífico trabajo de fotografía a cargo de Inti Briones. Con un blanco y negro plagado de matices, las escenas resultan intensas y elocuentes. La ausencia de sonido en puntos clave tensa aún más la narración que profundiza en muchísimos de los subtextos que se encuentran insertos en el guion.

Es desgarrador ver caminar a “Geo”. Sube y baja los cerros desde y hacia su casa. Transita junto a su marido rumbo a su informal trabajo de feriante callejera en el centro de Lima, en una travesía propia de un migrante dentro de su propio país. Visiblemente embarazada, el esfuerzo es en ocasiones el doble o el triple. Ella no alcanza a comprender lo que vive, menos entiende la situación política del país junto a las condiciones sociales que rodean esos años durísimos y complejos de Perú a fines de los años 80..

Las temáticas que aborda el relato son extensas. No solo la situación de Georgina es impactante. Hay una vulneración de la pobreza en todos los ambientes. La marginación social, sobre todo la que se muestra en forma explícita con una representante andina, se repite también en otras esferas. Los anuncios de radio ofreciendo servicios gratuitos de maternidad fácilmente son aceptados como lícitos cuando existe necesidad imperiosa de ayuda y no hay mayor información disponible. Este abuso de poder, aprovechando las pocas herramientas de educación de la población más vulnerable, facilita un ilícito que además es encubierto por el poder transversal que entrega una sociedad que se enfrenta a divisiones, violencia y también al terrorismo.

La situación del periodista no es muy distinta. Pedro, si bien trabaja en un diario reconocido, es un llanero solitario. No solo le afecta su situación personal, también sus ideales corresponden a su propia búsqueda de identidad y de verdad. El guion se interna en Pedro, en lo que vive, en su propia represión y lo desnuda a su manera, con una sutil delicadeza.

El marido de Georgina tampoco escapa al conflicto. Vive al día y de los trabajos esporádicos que le ofrecen. Pasa largas temporadas fuera de casa para intentar encontrar el sustento familiar. Por ello, cuando una nueva oferta de trabajo es oscura y difusa, la acepta sin pensar en las consecuencias de acciones que pueden poner en riesgo incluso a su propia comunidad.

La cultura indígena está también siempre presente en el relato con celebraciones, fiestas, música, danza y procesiones; hay un alma subterránea que se encuentra en la base de la historia.

La marginación es brutal, la división horrorosa y el abuso inaceptable. La cinta se basa en hechos reales, en el secuestro de bebés, hecho ampliamente difundido incluso en la prensa de la época. Y no solo se trata de una denuncia sino también una prueba innegable del sufrimiento al que están condenados quienes no suscriben al régimen imperante y de todos aquellos que de una u otra forma no encajan con el sistema.

Con toda razón esta cinta ha tenido éxito en sus primeras presentaciones. Estrenada en la Quincena de realizadores del Festival de Cannes 2019 y también reconocida a su paso en otros festivales, es una película que se transforma en necesaria. Su relato está dibujado perfectamente y el magnetismo que provoca su confección mantiene máxima tensión durante todo su metraje. Sin duda, “Cancion sin nombre” es de las mejores realizaciones del último tiempo en nuestra región y aún puede obtener otros reconocimientos, que sin lugar a dudas, tendrá ampliamente merecidas.

Ficha técnica

Título original: Canción sin nombre
Año: 2019
Duración: 97 minutos
País: Perú
Productora: Coproducción Perú-Suiza-Estados Unidos; Bord Cadre Films / La Vida Misma Films / MGC / Torch Films
Género: Drama | Años 80. Secuestros / Desapariciones
Guion: Melina León, Michael J. White
Música: Pauchi Sasaki
Fotografía: Inti Briones (B&W)
Reparto: Pamela Mendoza, Tommy Párraga, Lucio Rojas
Dirección: Melina León

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