miércoles, 28 de agosto de 2019

Presidente bajo fuego - Por José Blanco Jiménez

El escocés Gerard Butler ha protagonizado muchísimas películas, incluso de corte romántico, pero ha quedado marcado con el personaje del espartano Leónidas que se enfrenta a los persas en las Termópilas (300, de Zack Snyder, 2006). No es un superhéroe, sino un héroe que no tiene poderes y se vale sólo de su inteligencia y de su fuerza muscular.

Ėse es precisamente Mike Banning, el que ya ha salvado dos veces al Presidente de los Estados Unidos en Ataque a la Casa Blanca (Olympus Has Fallen, de Antoine Fuqua, 2013) y Londres bajo fuego (London has Fallen, de Babak Naiafi, 2016). Siguiendo con los juegos de palabras, ya no son el Olimpo ni Londres los que caen, sino un “ángel”, esto es el mismísimo Banning que – acusado de atentar contra el Presidente y el gobierno – deberá enfrentarse a sus ex amigos del Servicio Secreto y al FBI. La historia tiene un desarrollo previsible a través de grandes persecuciones, balaceras y el infaltable enfrentamiento final cuerpo a cuerpo con puñal en mano.

Hasta ahí la fábula. En cuanto al relato, todo está en cómo desarrollar un argumento tan frágil. Pero resulta que Banning tiene todavía alguien a quien recurrir: su padre, que lo abandonó cuando era niño y al que siempre le ha seguido la pista. Lo interpreta Nick Nolte y es el elemento simpático de la película, aunque muy caricaturesco.

Calificar todo lo dicho de “increíble” me parece inútil, porque hay que aceptar que el cine es así. La camioneta me recordó el trineo con motor que Steven Seagal (en uno de sus bodrios cinematográficos) encuentra en un nevado despoblado para salir del paso. Sin contar con que se va al traste la presunción de inocencia, porque todos dan por culpable al protagonista, menos el herido Presidente (un Morgan Freeman, que parece divertirse con su rol), que impone su autoridad para permitirle actuar.

El director Ric Roman Waugh trabajó como stuntman y se nota. Banning es un taumaturgo capaz de ejecutar todo tipo de acrobacias a pesar de sus heridas de guerra y de estar aplastado por sus recuerdos. El resto de los actores son verdaderas maquetas: Danny Huston es un “malo” predecible; Tim Blake Nelson un vicepresidente de opereta; Jada Pinkett Smith, con 1,52 metros, una inclaudicable jefa del FBI (¿pretendían generar una nueva Jodie Foster?); Lance Reddick, el correcto recepcionista de John Wick, intenta dar ambigüedad a su personaje de agente de seguridad. Y – por si algunos no se han dado cuenta – la esposa de Mike ya no es Radha Mitchell, sino Piper Perabo. A decir verdad, yo no me había dado cuenta.

En suma: entretención de cliffhanger al más puro estilo de los años ’50, con efectos especiales del siglo XXI, que incluyen un ataque con drones y la destrucción de un gigantesco recinto hospitalario.

¿Y el “jovencito”? Se le puede ver también en un “bonus track” de dudosa comicidad.

(Angel Has Fallen. USA, 2019)

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