lunes, 22 de julio de 2019

Los papeles de Aspern - Por José Blanco Jiménez

Las obras de Henry James (1843-1916) han tenido gran éxito como guiones cinematográficos. Era un niño cuando acompañé a mi mamá para ver La heredera (Washington Square, de William Wyler, 1949) que ella ya había visto cuando era adolescente. Protagonizada por Olivia de Havilland, que el 1º de julio de 2019 cumplió 103 años y que ganó el Premio Oscar por su interpretación, era una película dramática que yo valoricé en su relato, pero que no podía entender en todo su alcance. Años más tarde volví a verla y me impactó el mensaje feminista que expresaba. El padre de la protagonista era Ralph Richardson, padre de Joely que – en el rol de Tina - protagoniza Los papeles de Aspern. Por su parte, Vanessa Redgrave, madre de Joely, es su tía Juliana en esta película del debutante Julien Landais, publicista de marcas afamadas.

Además de Retrato de una dama, Las alas de la paloma y Daisy Miller, es Otra vuelta de tuerca la novela que ha tenido más versiones para la pantalla grande y chica, sin olvidar la ópera de Benjamin Britten.

The Aspern Papers tiene una versión teatral de Jean Pavans (que, a su vez, se basa en la de Michael Redgrave, padre de Vanessa) y sé de una película italiana con Alida Valli (de Eduardo de Gregorio, 1982), pero – después de ver esta reciente producción - quise leer de inmediato el texto literario (posibilidad que Internet ofrece).

Es así como puedo concluir que se respeta sólo el esqueleto de la fábula y se atiborra el relato con secuencias para la galería, como el prólogo en Viareggio de 1822 (atención al detalle del anillo), flashbacks con desnudos innecesarios, un triángulo de naturaleza homosexual y dos pizpiretas en una fiesta veneciana. Según mi parecer, todo esto es gratuito, porque el libro es un cotejo casi claustrofóbico a tres bandas en el que cada uno tiene muy claros sus objetivos, sin que falte el desenlace insospechado.

Para mí, lo más importante en la novela es que Jeffrey Aspern (especie de Lord Byron inspirado por epístolas reales de Shelley) está presente por omisión: se le evoca y su única presencia real es un pequeño retrato. En cambio, en esta película llega a transformarse en un “doppelgänger” del protagonista (incluido el chaquetón verde a lo Werther y el uso del cuchillo para defenderse), interpretado por el irlandés Jonathan Rhys Meyers, un sobreactuado figurín de Versace y Hugo Boss, que está muy lejos del Match Point de Woody Allen (2005).

Las damas, en cambio, están perfectas y aprovechan al máximo un guión débil que resiente de su origen teatral. Las otras protagonistas son las presuntas cartas, que en la novela son sólo recordadas y de las cuales aquí conocemos incluso su contenido, lo que levanta el velo de misterio que las envuelve.

No creo que sea un capricho que el final me recuerde precisamente a La heredera. En todo caso, el filme resulta un buen acicate para darse el tiempo de leer buenos libros.

(The Aspern Papers. Gran Bretaña/Alemania, 2018)

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