jueves, 25 de abril de 2019

Tarde para Morir Joven - Por Juan Pablo Donoso

Sucesión atmosférica de pequeños momentos familiares, fluida y expectante.

Minimalismo bien logrado, en especial por los detalles más nimios y cotidianos.

Hermoso y poco común tratamiento del color.

Loable fotografía e iluminación de interiores de Inti Briones, sonido impecable, y espontaneidad de los niños.

Logra un osado naturalismo al combinar la correcta composición visual con permitir que los personajes entren y salgan de cuadro de manera aleatoria.

Para evaluar con justicia este filme chileno es imprescindible remitirse a su guionista y directora, Dominga Sotomayor Castillo. Al conocer sus películas anteriores - DE JUEVES A DOMINGO (2012) y MAR (2014) – notamos los factores recurrentes en sus argumentos, y el manejo que hace de sus actores.

La continuidad de sus obras va revelando un estilo definido. Y así podemos evaluarla bajo sus propias claves. De lo contrario, sus relatos perecerán vacíos de contenido, erráticos en la forma, e incluso aburridos.

Dicho esto, ¿qué nos mantiene interesados esperando alguna resolución, en medio de tan aparente banalidad y lentitud?

Honestidad y valentía. Ella se atreve a denunciar por el comportamiento de sus personajes que, por muy cotidianos y reconocibles que parezcan, están todos – jóvenes y adultos – desorientados con respecto a sí mismos, a sus anhelos y a sus emociones básicas.

Aunque son muchos los veraneantes de aquella comunidad, la directora lo ilustra acompañando los instintos, devaneos, y confusiones afectivas de su adolescente principal, la hermosa Sofía (Demien Hernández). La relación con su padre, sus hermanos menores y amistades sólo le aportan mayores contradicciones existenciales.

Sotomayor evita deliberadamente dar soluciones. Deja reaccionar a sus personajes minuto a minuto, con lo que cada día traiga. Hay en esto, sin duda, una expresión de su propia sensación de vida. Y la transmite con oficio a través de sus criaturas.

Y esta sinceridad artística y artesanal le ha valido el Premio a la Mejor Dirección en el Festival de Locarno 2018. Mejor Dirección y Mejor Fotografía en el Festival de Gijón (España) y el premio KNF en el Festival de Rotterdam, del Círculo de Periodistas Holandeses de Cine.

Es una realizadora que aún va puliendo su oficio. Esperamos que llegue pronto a tocar una médula dramatúrgica más electrizante en el futuro. El lenguaje, al menos, ya lo tiene.

Otros ya han alcanzado mayor madurez por estas misma aguas. De Suecia vimos TODOS JUNTOS (2000) de Lukas Moodysson, con los problemas de una comunidad ante la llegada de una esposa golpeada junto a sus hijos pequeños. Y con el símbolo que expone aquí de la perrita Frida que intenta escapar, quedó mejor la metáfora del lobo en FELIZ COMO LÁZARO (2018), italiana, de la realizadora Alicia Rohrwacher, donde un inocente campesino es manipulado por sus patrones.

También el título nos resulta críptico a la luz de los eventos de esta fábula.

LA VIDA ES UN MISTERIO ABSURDO Y ABURRIDO PODRÍA SER EL LEMA DE ESTE FILME.

Ficha técnica

Drama 
Storyboard Media Chile, Brasil, Argentina, Holanda y Qatar – 1,50 hrs. 
Fotografía: Inti Briones 
Edición: Catalina Marín Duarte 
Diseño Prod.: Estefanía Larraín 
Actores: Demian Hernández, Antar Machado, Magdalena Tótoro Antonia Zegers, Alejandro Goic Guionista y Directora: Dominga Sotomayor Castillo

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