jueves, 14 de marzo de 2019

La misma sangre - Por Carlos Correa

Una sencilla e incluso rutinaria reunión familiar termina con una tragedia. Adriana -Paulina García- muere producto de un desafortunado accidente doméstico. Su esposo Elias -Oscar Martínez- es quien la encuentra y también quien le comunica la noticia a su hija Carla -Dolores Fonzi- que ya había regresado a su casa junto a su marido y a su hijo. Sin embargo hay cosas extrañas que no cuadran y que no dejan tranquilo al esposo de Carla, Santiago -Diego Velázquez-, quien observa conductas extrañas de su suegro y descubre algunos antecedentes que le hacen dudar que el impactante acontecimiento haya sido solo un desafortunado accidente.

La premisa de la historia es interesante y la trama atrapa, especialmente en la primera mitad del relato. Y claro, es una película policial y familiar, a pesar que el primer aspecto está mucho menos profundizado que el segundo. El ritmo pausado del metraje se traduce en un desarrollo lento. En su último tercio tampoco se apura, pero las situaciones que se desencadenan resultan apremiantes y exigen una pronta resolución.

El director Miguel Cohan trabaja con un guion de su autoría junto a Ana Cohan sobre una idea original de ambos elaborada en conjunto con Walter Rippel. La película tiene una excelente fotografía y logrados encuadres, con algunos primeros planos muy potentes y caracterizaciones muy bien desarrolladas, destacando especialmente las actuaciones sólidas de Oscar Martínez, Paulina García y Dolores Fonzi.

La historia es relatada con saltos temporales que permiten transitar dos veces por los hechos principales. Aquella técnica permite tener la visión de las dos caras de la moneda y obliga a adoptar una posición y un juicio al respecto. Muchas de las acciones transcurren en la comunicación no verbal de los actores. Los escasos diálogos son en general cotidianos. La profundidad la entrega el sentimiento, todo aquello que no se dice pero que se expresa en gestos y detalles. Es emotiva desde el silencio.

El retrato que la cinta muestra de la vida matrimonial de los protagonistas, sus variados problemas, el cansancios de los años, la frustración y la soledad que conduce al engaño, expone la necesidad de separar caminos, una decisión que es tomada por Adriana. Sin embargo la no aceptación de la realidad por parte de Elías, sus temores, sus apremiantes problemas económicos y los negocios poco exitosos configuran una realidad compleja y difícil de sobrellevar para él. Como contraparte, el matrimonio de Carla y Santiago, bien conformado, es puesto a prueba y comienza a tambalear producto de la desconfianza y la incredulidad que el trágico suceso agrega a sus vidas

A pesar de algunos cabos sueltos en el guión, como el desprendido inicio, la incógnita del personaje interpretado por Luis Gnneco y el desenlace que lleva al título de la cinta, junto al escaso desarrollo de los personajes secundarios -aquellos importantes roles de soporte- que carecen del dibujo necesario para contener a los protagónicos, la película logra avanzar. La idea original se impone a su desarrollo y la reflexión queda abierta, a pesar de un final que se muestra en deuda y que no está a la altura de su buena factura.

Ficha técnica

Título original: La misma sangre
Año: 2019
Duración: 113 minutos
País: Argentina
Productora: Coproducción Argentina-Canadá-Chile; AZ Films / Wildhorse Studios / Cimarrón / Rizoma Films
Género: Thriller. Drama | Familia
Guion: Ana Cohan, Miguel Cohan (Idea: Ana Cohan, Miguel Cohan, Walter Rippel)
Música: Luca D'Alberto
Fotografía: Julián Apezteguia
Reparto: Oscar Martínez, Dolores Fonzi, Paulina García, Luis Gnecco, Diego Velázquez, Malena Sánchez, Norman Briski, Emilio Vodanovich
Dirección: Miguel Cohan

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