jueves, 7 de marzo de 2019

Border - Por Juan Pablo Donoso

Ejemplo de cómo un tema lúgubre puede ser poético sin caer en concesiones efectistas. Un riesgo - ¡y triunfo! - artístico que merecía afrontarse. Aclamada en Cannes y Karlovy Vary.

El ambiente es incómodo, oscuro, y tenebroso. Sin embargo nos cautiva desde el comienzo hasta el final. Se debe a la inteligencia de sus metáforas, y a las estupendas actuaciones principales.

Se llama “border” porque sus criaturas navegan la frontera entre lo humano y la monstruosidad mitológica.

Sería nefasto relatar el argumento; nos limitaremos sólo a entregar los ingredientes y el punto de partida.

Tina es una funcionaria aduanera de los barcos que viajan entre Suecia y Finlandia. Es una treintona horriblemente fea. Pero tiene el talento de olfatear, como si fuera perro, a los pasajeros que contrabandean productos prohibidos.

Es tal su deformidad facial que los viajantes abominan de su aspecto en voz alta.

En las noches y horas libres habita una choza en un bosque, se baña desnuda a la luz de la luna, es virgen y alberga a un vagabundo para evitar la desolación.

La Policía recurre a su capacidad sobrehumana de rastrear delincuentes pedófilos hasta sus domicilios. Es su oficio y lo cumple a cabalidad.

El giro de la trama se produce cuando detecta a un pasajero fuera de lo común y, por tanto, muy sospechoso. La investigación revelará que Vore es igualmente anómalo como ella. Y surgirá una mutua atracción afectiva y erótica.

La realidad es que tanto Tina como Vore son descendientes de “troles”, es decir, criaturas mitológicas, y humanoides, del folklore escandinavo, que moran en cavernas y regiones boscosas desde tiempos ancestrales.

Ella fue adoptada por el cuidador de un asilo cuando quedó huérfana de padres deformes. Lo llamará “papá” hasta conocer el origen de sus progenitores.

De ahí en adelante la historia emprende el proceso afectivo y sexual anti-natura de la pareja, mientras ella continúa con su labor policial, y él – ¡embarazado de ella! - vuelve a Finlandia a continuar su crianza de insectos y gusanos comestibles.

Una de las metáforas más evidentes de este relato dantesco, es que engendros como éstos pueden tener sentimientos más nobles que tantos humanos quienes, pareciendo normales, son aberrantes y perversos en el alma.

Queda abierta la posibilidad que estos seres de aspecto tan horrible lleguen a reemplazar a quienes se dicen éticos y civilizados.

Es inevitable aplaudir el maquillaje prostético de los troles, y en especial la actuación de Eva Melander (Tina), muy hermosa en la vida real.

UNA FÁBULA DE HORROR Y FEALDAD QUE ENCIERRA MENSAJES DE LUZ Y SABIDURÍA. SÓLO PARA PÚBLICOS SELECTOS.

Ficha técnica


Título Original: Gräns 
Drama, fantasía, romance Suecia, Dinamarca – 1,50 hrs. 
Fotografía: Nadim Carlsen 
Edición: Olivia Neergaard-Holm, Andres Skov 
Música: Christoffer Berg, Martin Dirkov 
Diseño Prod.: Frida Hoas 
Guion: Ali Bassi, John Ajvide Lindqvist (cuento) 
Actores: Eva Melander, Eero Milonoff, Jörgen Thornsson 
Director: Ali Abassi

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