jueves, 31 de enero de 2019

La Mula - Por Juan Pablo Donoso

Tal vez sea la última película dirigida y protagonizada por Clint Eastwood. Afortunadamente, está muy lejos de ser su “canto del cisne”, como ha ocurrido con artistas anteriores.

Basada en un caso real nos cautiva de comienzo a fin.

Su carrera empezó a brillar como héroe de exitosos spaghetti westerns y luego como rebelde detective, bajo la mano de expertos directores. Y, al parecer, de ellos adquirió el oficio para más tarde empezar a dirigir sus propias obras, tratando temas delicados con inteligencia y versatilidad. Por sólo recordar algunos: Bird (1988),Los Imperdonables (1992), Los Puentes de Madison (1995), Río Místico (2003), Million Dollar Baby (2004), Cartas desde Iwo Jima (2006), Gran Torino (2008), J. Edgar (2011) y cuatro posteriores hasta llegar a La Mula.

Earl Stone es un anciano solitario de 90 años, veterano de Corea, que en su vida ha cultivado diversos hobbies, descuidando a su esposa (Dianne Wiest), hija (Alison Eastwood) y nieta (Taissa Farmiga). El drama comienza cuando le embargan su casa, donde cultivaba lirios con exquisito esmero.

Una red de traficantes le propone trasladar cargamentos de droga en su camioneta de un estado a otro a cambio de una buena suma de dinero. La condición era simplemente trasladar bolsas, sin saber su contenido, sin hacer preguntas, dejar el vehículo estacionado, y volver más tarde a recogerlo junto a un sobre con el pago.

Como su tarea era sólo manejar, y poco a poco elevar su condición económica, siguió prestando el servicio sabiendo que era riesgoso, pero también aprovechando que nadie sospechaba de su ancianidad.

La eficacia de sus viajes despertó la codicia entre los cabecillas de mafia, y con ello también comenzaron a controlarlo.

Obviamente, las brigadas policiales fueron estrechando el círculo hasta dar con él.

La médula del relato radica en la psiquis de este anciano solitario, cuyo egoísmo cosechó el desprecio de su familia, y que ahora, cuando ya tiene más dinero, reconoce su culpa y se siente incapaz de recobrar el tiempo perdido. Aunque lo perdonan, ya es demasiado tarde.

Es una de las mejores actuaciones de Eastwood: encorvado, de andar dificultoso, con voz velada, el actor asume su verdadera edad. Y es muy posible que su autenticidad en este rol coincida con lo que ha sido su propia vida: deslumbrante estrellato, mucho dinero, al menos 8 hijos reconocidos con diversas parejas, y una vejez en la que tal vez lamente la falta de mayor calidez familiar.

La cinta tiene un ritmo pausado, aunque mantiene un suspenso latente. Los secundarios, con algunos buenos actores, están al servicio del personaje principal. Dos hermosas escenas: de Earl con su esposa moribunda, y otra con el sabueso que lo perseguía (Bradley Cooper). Esta vez la riqueza del rol protagónico impide un mayor lucimiento en los demás.

CLINT EASTWOOD, ADEMÁS DE DIRIGIR SIEMPRE BIEN, ENTREGA UNA MAGISTRAL INTERPRETACIÓN DE SU PERSONAJE. AMENA, MADURA Y CONMOVEDORA.

Ficha técnica


Título Original: The Mule 
Drama policial, suspenso WarnerBros Chile EE.UU. – 1,56 hrs. 
Fotografía: Yves Bélanger 
Edición: Joel Cox 
Música: Arturo Sandoval 
Diseño Prod.: Kevin Ishioka 
Guionista: Nick Schenk y Sam Dolnick 
Actores: Clint Eastwood, Dianne Wiest, Bradley Cooper, Andy García, Taissa Farmiga 
Director: Clint Eastwood

Jefa por accidente - Por Juan Pablo Donoso

Un banquete para los admiradores de Jennifer López. Además de su atractivo tan latino, se luce como inteligente, cálida y digna de admiración profesional.

Una comedia de férreas amistades femeninas que se sustenta más en el ingenio y la bondad que en una típica historia de romance.

Por un error de identidad, una simple vendedora de tienda, de 45 años, es contratada como ejecutiva de una gran empresa comercial en Nueva York.

Se demostrará a sí misma y a sus amistades que – aun sin estudios universitarios – basta ser ingeniosa, observadora y honrada para sacar adelante buenos negocios.

Los chascos y riesgos de ser descubierta cubren dos tercios de la película. Sólo en el tercer tramo el relato sufre un giro inesperado – muy de tragicomedia yanqui – que sumerge a los personajes en un dilema familiar más profundo.

Como se espera, y para que sea taquillera, tiene un final feliz que deja a todos contentos.

El guion es ágil, previsible y tiene frescura. Lo apoyan con eficacia las actrices secundarias, en especial Liah Remini como su amiga y confidente (El Rey de Queens – TV – 1998-2007): comedianta que añorábamos volver a ver en nuevos filmes o programas.

Especial para disfrutarla durante un vuelo en avión. Pero debe ser un vuelo largo porque se estira más de lo necesario en su tercera parte.

COMEDIA GRATA, LIVIANA, CON BUEN RITMO Y SIMPATICOS ACTORES.

Ficha técnica

Título Original: Second Act 
Comedia y maternidad Diamond Films EE.UU. – 1,43 hrs. 
Fotografía: Ueli Steiger 
Edición: Jason Gourson 
Música: Michael Andrews 
Diseño Prod.: Richard Hoover 
Guionistas: Justin Zackham, Elaine Goldsmith-Thomas 
Actores: Jennifer Lopez, Vanessa Hudgens, Leah Remini 
Director: Peter Segal

Nacido para ser Rey - Por Juan Pablo Donoso

Quienes crean que es una película más de aventuras infantiles, se llevarán una muy grata sorpresa.

Es inteligente, graciosa y legendaria.

Así como ofrece niveles de lectura para diversas edades, el relato combina también realidades de hoy con leyendas ancestrales para recordar valores eternos de la humanidad.

Lo que comienza con Alex, un niño británico de 12 años, huérfano de padre y víctima de matonaje en su colegio, se irá expandiendo hasta transformarlo en el nuevo Rey Arturo de la Mesa Redonda en nuestros días.

Alex, como premio del Destino, encuentra y libera la espada mágica en el bloque de cemento de un edificio en demolición. A partir de entonces deberá cumplir los mandatos del Código de Honor de los Caballeros medievales.

Algunos de sus mismos condiscípulos se reencarnarán en combatientes, asesorados por un joven Mago Merlín, para luchar contra las fuerzas subterráneas de la perversa bruja Morgana que, bajo las raíces de Tintagel, en Cornualles del Norte, Inglaterra, esperaba el momento de liberar sus huestes infernales, y recuperar la espada Excalibur.

Los pasos bélicos a seguir serán guiados por un alto y exótico alumno que ingresa al colegio (Angus Imrie/Patrick Stewart). Es, en realidad, el viejo Merlín que viene a hablarles en idioma actual habitando el cuerpo casi dancístico de un muchacho capaz de lograr prodigios batiendo sus manos.

El resto son las aventuras y batallas para las que, felizmente, los efectos especiales se justifican y deslumbran con fantasía.

La calidad de esta película debemos atribuírsela a todo el equipo técnico y creativo. En primer lugar a su guionista y director Joe Cornish (Ataque Extraterrestre – 2011) y gran admirador de Terry Gillian: de ahí su ingenio para dotar ensueños con humor. Luego destacamos al niño protagonista Louis Ashbourne Serkis quien, con sobriedad y maravillosa expresión de sus ojos, lleva el peso de esta fábula. Sin duda heredó el talento de sus padres Andy Serkis (Gollum en el Señor de los Anillos) y Lorraine Ashbourne (Una Razón para Vivir – 2017).

Cada joven del grupo está bien diferenciado y cumple una clara misión de acuerdo a su personalidad, carácter e inmadurez.

Este bello filme conjuga indistintamente los planos de la realidad con los de la utopía sin que se contrapongan entre ellos. Por el contrario, se complementan al servicio de la premisa central: la verdad, el coraje, y la solidaridad llevan al ser humano a las cumbres de la nobleza y la magia.

UNA FÁBULA INTELIGENTE Y GRACIOSA QUE REACTUALIZA LOS VALORES DEL REY ARTURO Y SUS CABALLEROS DE LA MESA REDONDA.

Ficha técnica

Título Original: The Kid who would be King 
Aventuras, familia, fantasía Fox Inglaterra, EE.UU. – 2 hrs. 
Fotografía: Bill Pope 
Edición: Jonathan Amos, Paul Machliss 
Música: Electric Wave Bureau 
Diseño Prod.: Marcus Rowland 
Actores: Louis Ashbourne Serkis, Dean Chaumoo, Tom Taylor, Rhiana Dorris Rebecca Ferguson, Patrick Stewart 
Guionista y Director: Joe Cornish

Escape Room - Por Juan Pablo Donoso

Es posible que muchos adolescentes enganchen con esta película, deliberadamente efectista y absurda.

Ignoramos si, al verla, los jóvenes secretarán más adrenalina que los personajes. Porque de eso se trata: de torturar a esas pobres personas encerradas en un juego cruel que, o los matará o recibirán como premio sólo US$ 10.000 (¡!).

Reconocemos que desde el comienzo, y hasta el final, optaron por un estilo de encuadres, luz y edición muy incómodos. Y lo lograron. Tal vez para que compartiéramos el malestar de las víctimas.

Seis personas – dos mujeres – y cuatro hombres reciben una invitación para participar en un juego de “escape room” – sala de escape – que ya se practica en nuestro país. Los jugadores deben hallar la salida descifrando adivinanzas y claves que van apareciendo entre los objetos y muebles del salón.

Por suerte en Chile sólo pierden puntos. En la película los que fallan mueren...

Truculenta, mal actuada, previsible casi siempre, diálogos ramplones con frases clichés, con muchos efectos especiales que, a ratos, nos transmiten sensación de vértigo cuando cuelgan de precipicios. Ritmo ágil para camuflar las concesiones de un guion caprichoso. Se agradece la carencia de sangre y vísceras por doquier de otros filmes similares.

PARA MANTENER TENSOS A ESPECTADORES JÓVENES QUE EXIGEN POCA LÓGICA.

Ficha técnica

Título Original: Sin Salida 
Misterio, ciencia ficción Andes Films 
Fotografía: Marc Spicer 
Edición: Steve Mirkovich 
Música: John Carey, Brian Tyler 
Diseño de Prod.: Edward Thomas 
Guionistas: Bragi F. Schut, Maria Melnik 
Actores: Taylor Russell, Logan Miller, Jay Ellis 
Director: Adam Robitel

miércoles, 30 de enero de 2019

La Mula - Por Carlos Correa

Un anciano, otrora exitoso en el cultivo y venta de flores, ve cómo el paso del tiempo deshace su negocio y lo lleva a la quiebra. Culpa de “Internet”, dice Earl Stone, interpretado por Clint Eastwood en una película que también lleva su firma como director.

El nonagenario protagonista se ve de improviso sin rumbo. Una cuota de amargura, decepción y orgullo lo impulsan a aceptar un trabajo que parece sencillo; manejar centenas de kilómetros para transportar mercancías. Lo que Earl desconoce es el tipo de carga y el peligro que conlleva este nuevo oficio. Tampoco tiene nociones acerca de los códigos del trato, no sabe usar un celular ni menos enviar mensajes. Earl es un outsider de la cultura moderna y no le es ningún problema, porque la detesta con toda la libertad que le otorgan los largos años recorridos.

Sin embargo el negocio resulta rentable y lucrativo. Los primeros encargos le dan una utilidad monetaria que le permiten saldar algunas deudas familiares e incluso logra proporcionar ayudas sociales como por ejemplo al club local de veteranos de guerra del que forma parte. Pero la relación con su familia no solo tiene que ver con el dinero. Ha estado ausente de la mayoría de los acontecimientos importantes, por ello su ex esposa no lo tolera, su hija no le habla y solo encuentra un hilo de compasión en su joven nieta que está por contraer matrimonio.

Con muy pocos elementos, Clint Eastwood se basa en un artículo de prensa que da cuenta de la historia real de Leo Sharp, un veterano de la Segunda Guerra Mundial que a sus noventa años se convirtió en traficante de drogas del Cártel de Sinaloa. El guion escrito por Nick Schenk fluye de la mano del director, sin vacíos, con un ritmo exacto, con las pausas apropiadas y con los momentos precisos de tensión que el relato necesita para construir la historia.

La película trasunta humanidad. Habla del ocaso de la vida, de la familia, de las frustraciones y las perdidas, las oportunidades y decisiones tomadas; todo lo que constituye un extenso, difícil y complejo camino recorrido. Eastwood se ve realmente anciano. No advertimos si es por el personaje, si es por sus 88 años o bien una mezcla de estos y otros factores. Lo que sorprende es que sin duda es él quien está detrás de la cámara, actúa y es responsable de un proyecto que, como nos tiene acostumbrados, es de impecable factura, algo propio del sello que lo caracteriza.

El protagonista demuestra su experiencia no solo por su aspecto físico. Viene de vuelta, literalmente. Es justamente la expresa ausencia de temor la que le permite ser generoso y bondadoso. Nunca deja de ser el personaje que ha sido. Muy por el contrario, disfruta de la compañía femenina sin ningún pudor y tal vez por ello, las tres mujeres más importantes de su vida le recuerdan permanentemente que su lazo afectivo prácticamente no existe y que no merece ninguna oportunidad ni menos su perdón.

Por cierto la historia no se completa sin la presencia policial. Dinero y drogas asegura que alguien esté detrás de la operación, y por ello el agente Colin Bates -Bradley Cooper- está decidido a desbaratar la red, encontrar al “Tata” y con ello acercarse un poco más a la organización central.

El atípico narcotraficante está preso de las circunstancias. Lo sabe tan bien que a modo de predicción es capaz de dedicarle un consejo y enseñanza al joven agente. “La familia es lo más importante... me dediqué más al trabajo que a mi familia por tratar de ser alguien... alguien que no fuera el fracaso que soy en el hogar...” Cierto, son palabras o frases que hemos escuchado más de una vez, pero vuelven a cobrar sentido al escucharlas en pantalla, sobre todo en boca de Clint Eastwood y dirigidas a Bradley Cooper. Dos desconocidos en la historia, pero grandes amigos en la vida real. Profesor-alumno, maestro-discípulo; una estrecha relación que Cooper honra con su excelente primer trabajo como director en “Nace una estrella”, donde la mano sabia de su mentor es nítida y cristalina. Tan transparente como el experimentado Eastwood lo transmite con “La Mula”.

Ficha técnica 

Título original: The Mule
Año: 2018
Duración: 116 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Imperative Entertainment / Warner Bros. / Bron Studios / Malpaso Productions. Distribuida por Warner Bros.
Género: Drama | Vejez. Basado en hechos reales. Drogas
Guion: Nick Schenk (Artículo: Sam Dolnick)
Música: Arturo Sandoval
Fotografía: Yves Bélanger
Reparto: Clint Eastwood, Bradley Cooper, Michael Peña, Taissa Farmiga, Laurence Fishburne, Ignacio Serricchio, Alison Eastwood, Dianne Wiest, Diego Cataño, Robert LaSardo, Lobo Sebastian, Andy García, Clifton Collins Jr., Manny Montana, Jill Flint, Noel Gugliemi, Loren Dean, Katie Gill, Daniel Moncada, Victor Rasuk, Devon Ogden, Ashani Roberts, Lee Coc, Rey Hernandez, Joe Knezevich, Derek Russo
Dirección: Clint Eastwood

Jefa por accidente - Por Carlos Correa

Una nueva película de la versátil Jennifer Lopez llega a nuestras pantallas. Esta vez interpreta a Maya Davilla, una mujer madura y dedicada que ha desarrollado una gran experiencia como encargada de ventas de un supermercado de barrio en Nueva York. Al verse negada su posibilidad de ascender tomando el cargo de Jefa del Área por no tener estudios universitarios en economía, Maya deslumbra al CEO de una de las más grandes corporaciones de Estados Unidos y se ve enfrentada a un desafío no menor: demostrar que su experiencia es una herramienta tanto o más poderosa que los honores que confieren los diplomas y postgrados.

Con temáticas actuales y variadas, la cinta se desarrolla en torno a varios tópicos. ¿Cuánto vale realmente o cuán verdaderamente reconocida es la experiencia laboral al compararla con los diversos estudios y títulos?. La falta de oportunidad, la pobreza juvenil y las decisiones producto de ello, también juegan un rol importante en la historia. Y por cierto expone directamente la creación de mentiras en el mundo digital, que presentan a una persona diferente muy distante, a veces, de la realidad.

Un tema mayor es subyacente al relato. Presenta la disyuntiva del embarazo adolescente, la decisión entre el realizar un aborto o la entrega en adopción del bebé, lo que naturalmente tiene vínculos importantes con el presente de Maya que radican en sus decisiones, las oportunidades y el reencuentro.

Siempre en tono de comedia y sin abandonar una cierta ligereza que permite el estilo, el desafío laboral al que Maya es impulsada involucra también a otros personajes, los “descartados” por el sistema, ya sea por su timidez, por su forma de abordar el trabajo o por ser decididamente unos “nerds” que poco tienen que aportar a una exitosa compañía. Sin embargo, estos profesionales trabajan con mucha pasión y esfuerzo pues, tal como la protagonista, también deben ser capaces de demostrar con hechos y acciones su real valía.

Los engaños y las trampas no suelen llevar a nada bueno. Las soluciones son aun más complicadas. Por ello el reconocimiento oportuno -o tardío, como en este caso- de la falta de honestidad o de consistencia puede efectivamente entregar una nueva oportunidad, un valioso “Second Act”, como señala el nombre original de la película.

Ficha técnica

Título original: Second Act
Año: 2018
Duración: 103 minutos
País: Estados Unidos
Productora: STX Entertainment. Distribuida por GEM Entertainment / Film, TV House
Género: Comedia. Drama. Romance | Trabajo/empleo. Familia. Comedia dramática
Guion: Justin Zackham, Elaine Goldsmith-Thomas
Música: Michael Andrews
Fotografía: Ueli Steiger
Reparto: Jennifer Lopez, Vanessa Hudgens, Leah Remini, Freddie Stroma, Milo Ventimiglia, Treat Williams, Charlyne Yi, Dave Foley, Annaleigh Ashford, Larry Miller, Dan Bucatinsky, Natasha Romanova, Kelly P. Williams, Elizabeth Masucci, Alan Aisenberg, Angel Christian Roman, John James Cronin, Ruben Navarro, Dalton Harrod
Dirección: Peter Segal

Nacido para ser Rey - Por Carlos Correa

Esta entretenida película, escrita y dirigida por Joe Cornish, logra rejuvenecer la historia del Rey Arturo y los Caballeros de la Mesa Redonda incorporando actualidad y modernidad.

Alex Elliot -Louis Ashbourne Serkis- y su amigo Bedders -Dean Chaumoo- asisten a la escuela primaria en Inglaterra. Son grandes amigos, tanto que Alex no duda en defender a su compañero de un buyling realizado por dos antipáticos estudiantes que quieren con ello demostrar que son los lideres de la masa estudiantil. Vemos discriminación y violencia que deben ser sobrellevadas por los estos dos sencillos escolares que están más cerca del anonimato.

Todo cambia cuando Alex descubre una espada enterrada en una roca de una excavación y la saca. Se trata de “Excalibur”, la más famosa de las armas medievales. Con esa acción algo mágico sucede y comienza la cuenta regresiva de una historia que pone en peligro el orden mundial pues la malvada Morgana -Rebecca Ferguson- está a punto de volver a la vida para tomar venganza y apoderarse del mundo entero luego de su destierro a las profundidades más oscuras de la tierra.

La cinta posee una narración dinámica y está llena de pequeños detalles que acompañan el relato y le dan profundidad y contexto a su contenido. Es interesante observar cómo cobran vigencia los códigos de lealtad y esos códigos de caballeros que se transforman en valores actuales importantes que deben ser respetados para poder conseguir los objetivos.

“El mundo no cambia, nosotros debemos cambiar” es uno de los enunciados más nobles de un fino argumento que se enfoca hacia el actuar correctamente, donde la disputa entre el bien y el mal tiene múltiples escenarios en los que la fantasía y la magia son utilizados para ejemplificar gráficamente la historia y donde todos los elementos confluyen para construir esta fábula que se gana su propio espacio .

La química de sus protagonistas es también un punto alto no solo por lo que cada uno representa en diversidad y opciones, sino que también por la forma en que dialogan y se complementan en las diferentes situaciones que deben enfrentar.

“The Kid Who Would Be King” es una gratísima sorpresa que vale la pena observar y que sin duda tiene el camino abierto para continuar la historia de la mano de estos nóveles y carismáticos “caballeros”.

Ficha técnica


Título original: The Kid Who Would Be King
Año: 2019
Duración: 120 minutos
País: Reino Unido
Productora: Coproducción Reino Unido-Estados Unidos; 20th Century Fox / Working Title Films / Big Talk Productions
Género: Fantástico. Aventuras | Comedia juvenil
Guion: Joe Cornish
Fotografía: Bill Pope
Reparto: Louis Serkis, Dean Chaumoo, Tom Taylor, Rhianna Dorris, Angus Imrie, Rebecca Ferguson, Patrick Stewart
Dirección: Joe Cornish

Escape Room - Por Carlos Correa

Asistimos a un relato cuya fórmula ya conocemos. Seis personas de diferente procedencia reciben una misteriosa invitación para participar en una “Escape Room”. El premio es de US 10.000 y deberán poner a prueba todas sus habilidades.

La película comienza anticipando algo del relato pero sin ningún contexto. Luego vuelve atrás para presentarnos a los protagonistas, sus rutinas y, muy por encima, cómo es que llegan a aceptar el desafío.

El comienzo descriptivo dista bastante de ser una presentación de los participantes. Poco o nada podemos inferir de ellos y menos de lo que están a punto de vivir. El guion es simple y en extremo predecible, sobre todo cuando el juego comienza, con unos primeros acertijos interesantes -y muy propios del género- para luego pasar a otros sumamente rebuscados y al límite de lo absurdo e improbable.

La poca empatía que despiertan los protagonistas es evidente, incluso antes que naturalmente comiencen, uno a uno, a abandonar el juego. Como la historia se desarrolla mínimamente, sucede lo mismo con sus personajes a los que apenas alcanzamos a visualizar. Se trata de conectarlos con su pasado, tal vez con algo en común, pero aquello no resulta suficiente para sostener un peso adecuado en la narración que, en la medida que avanza, se hace cada vez más plana y carente de interés.

Con bastante material prestado de otras producciones -“El juego del Miedo”, “Lost”, entre muchas otras- la película se enreda en sí misma, se ahoga en su propia sala de escape y no funciona como esperamos. Tilt and Game Over.

Ficha técnica

Título original: Escape Room
Año: 2019
Duración: 100 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Original Film. Distribuida por Columbia Pictures
Género: Thriller
Guion: Maria Melnik, Bragi F. Schut
Música: John Carey, Brian Tyler
Fotografía: Marc Spicer
Reparto: Taylor Russell, Deborah Ann Woll, Logan Miller, Tyler Labine, Jay Ellis, Nik Dodani, Adam Robitel, Kenneth Fok, Jessica Sutton, Vere Tindale, Cornelius Geaney Jr., Yorick van Wageningen, Jamie-Lee Money, Paul Hampshire, Pete Sepenuk, Dan Gruenberg, Gino Lee, Russell Crous
Dirección: Adam Robitel

jueves, 24 de enero de 2019

La Favorita - Por Juan Pablo Donoso

Para distintos espectadores puede resultar decepcionante, repulsiva o fascinante. Y todos tienen buenos motivos. Porque así de controversiales son la obras del director griego Yorgos Lanthimos (El Sacrificio del Ciervo Sagrado, 2017 – Langosta, 2015 y otras).

Por su talento fue miembro del equipo que diseñó las ceremonias de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Y es difícil quedar indiferente al ver sus filmes. Maneja temas y personajes en situaciones morbosas con hipnótica habilidad.

Si esta película recibe nominaciones y premios, lo será por las estupendas actuaciones de sus actrices, la ambientación de época (escenarios, utilería y vestuarios), y los refinados tratamientos ópticos de cámara (fish-eye) e iluminación. Pero el argumento – por muy histórico y político que sea – sólo acusará el eterno duelo psico-glandular de tres mujeres celosas y posesivas.

Hay quienes critican que falta un final para la historia. Sin embargo, así es la realidad. Sería mentiroso pedir una resolución dramática a un fenómeno hormonal tan femenino como eterno e irracional.

Majestuoso testimonio de cómo las mujeres, con inteligencia, pueden manejar una comunidad (familia o país) y, a la vez, ser incapaces de controlarse a sí mismas sentimental y anímicamente.

De cómo pueden transformar a los hombres en peleles – MANI-pularlos a su antojo - mientras ellas se debaten en un caos de celos, ambición y territorialidad.

Vemos cómo la maternidad frustrada (Reina Ana Estuardo de Gran Bretaña, siglo 18) puede generar lesbianismo, enfermedades psicosomáticas (gota y desmayos) – manías (criar conejos como hijos) y hacerlas confundir el amor con la posesión tiránica (imagen final).

Extraño sincretismo en la música incidental. Agrega, de adrede, el monótono latido de un molino de agua como símbolo uterino y majadero.

Filmada en Hertfordshire y Hampton Court Palace. Costó US$ 15.000.000.

FASTUOSO SARCASMO AL PODER FEMENINO DESQUICIADO.

Ficha técnica

Título Original: The Favourite Biografía – tragicomedia 
FOX Irlanda, Inglaterra, EE.UU. -1,53 hrs. 
Fotografía: Robbie Ryan 
Edición: Yorgos Mavropsaridis 
Vestuario: Sandy Powell 
Diseño Prod.: Fiona Crombie 
Guionistas: Deborah Davis, Tony McNamara 
Actores: Olivia Colman, Emma Stone, Rachel Weisz 
Director: Yorgos Lanthimos

Cómo entrenar a tu Dragon 3 - Por Juan Pablo Donoso

Estupendo capítulo final de una saga que comenzó en 2010, siguió en 2014, y ahora culmina superando a sus antecesoras.

Una gran epopeya, admirable realización, mucho sentimiento y una épico y emotivo final.

La empresa Dreamwoks se supera en pixar con cada nuevo paso.

Siendo una historia con tantos antecedentes, y cuyos personajes se suponen conocidos, los primeros 20 minutos requieren que nos familiaricemos con ese universo de fantasía. Pero luego nos envuelve y cautiva.

El joven vikingo Hiccup (Hipo) es el soberano de un reino en lo alto de una montaña, donde sueña con crear una utopía en que humanos y dragones puedan convivir en paz, amor y armonía.

Más, hay un malvado astuto llamado Grimmel, cuya ambición es cazar dragones y mantenerlos cautivos. Hipo y su amigo dragoncito – Desdentado – deberán traspasar el horizonte y llevar a todos los dragones a una isla secreta donde los reptiles estarán a salvo.

En medio de todos los combates entre saurios buenos contra colmilludos malvados, aparecerá una coqueta dragoncita blanca, muy seductora, a la cual nuestro negro Desdentado deberá conquistar.

La larga secuencia de flirteo resulta graciosa y encantadora. Sirve de intervalo entre las batallas de soldados de ambos bandos. Mientras, en paralelo, nuestro héroe Hipo tiene una hermosa colaboradora llamada Astrid con la cual también se va consolidando un vínculo amoroso.

Hay mucha acción, bellísimos dibujos, e ingeniosos ángulos de cámara para seguir las aventuras. Los personajes secundarios contribuyen distendiendo el conflicto mediante el humor: a tal punto que el malvado Grimmel debe liberar a una joven vikinga, que tenía como rehén, debido al descocado nivel de locura y disparates de la muchacha.

La cinta entera es una hermosa coreografía que rinde homenaje a la amistad entre criaturas muy diferentes – pero de emociones semejantes – y con un tierno epílogo deja abierta la esperanza de que todos los seres puedan hermanarse cuando den prioridad a los instintos de amor y convivencia.

MARAVILLOSA ANIMACIÓN PARA NIÑOS Y ADULTOS QUE, SIN SER PREDICANTE, TOCA TEMAS SOCIALES Y SOLIDARIOS.

Ficha técnica


Título Original: The Hidden World 
Animación, aventuras, romance Andes Films EE.UU. – 1,44 hrs. 
Fotografía: Gil Zimmerman 
Edición: John K. Carr 
Música: John Powell 
Supervisión Técnica: Brent Hutchins, Peter Litvack, Tyler Shelton 
Guionistas: Dean DeBlois, Cressida Cowell (basada en sus libros)
Director: Dean DeBlois

Van Gogh: en las Puertas de la Eternidad - Por Juan Pablo Donoso

Un acercamiento muy personal del realizador neoyorkino Julian Schnabel a la psiquis de Vicente Van Gogh. Sólo viéndola así podremos disfrutarla. (Schnabel: Ganador del Oscar, Cannes y Globo de Oro por La Escafandra y la Mariposa -2007).

Sería fatal compararla con otras películas sobre este tema, por muy interesantes que fueran (Loving Vincente – 2017). Al igual que con las pinturas del holandés, en esta hay que dejarse llevar por las opciones estéticas, sonoras, visuales y biográficas que Schnabel escogió. Aunque sean incómodas.

Las técnicas adoptadas: permanente cámara en mano, un piano que insiste en determinadas notas y acordes, pantalla que en paisajes rurales desenfoca deliberadamente una franja inferior, y textos que se reiteran en un sinfín obsesivo, serían la forma de enfatizar la soledad y sensación de ridículo ante los ojos del mundo.

Una prolija recreación de época: en escenarios internos y exteriores, utilería, vestuarios, y una alternancia entre la penumbrosa iluminación con velas en contraste con el sol deslumbrante de los campos.

Es la antinomia con que el mundo externo colapsa brutalmente con el caos emotivo, e incontrolable, que tortura el equilibrio mental y religioso del pintor.

Muy reveladores son dos diálogos: con un anciano internado junto a él en la sala de baños del manicomio (Niels Arestrup), que podría ser más sabio que muchos filósofos, y con el sacerdote católico (Mads Mikkelsen) sobre el paralelo con la soledad e incomprensión que sufrió Jesucristo en su época.

¿Quién estaba más loco o era más visionario? ¿Bastaba la camisa de fuerza para controlar los gritos del subconsciente desbordándose sobre las telas en colores y formas rabiosas?

Willem Dafoe: absolutamente compenetrado en su personaje.

Insistimos en que si bien como biografía es fidedigna, los momentos fueron escogidos y escarmenados teniendo en mira la premisa del filme: Vincent por dentro, deslumbrado, tratando de congeniar consigo mismo y con quienes lo rodeaban.

Como carece de conflicto clásico, es el espectador quien debe armar el rompecabezas para configurar su interpretación sobre cómo fue el personaje, y qué nos quiso comunicar el guionista/director con este tratamiento audiovisual (incluyendo exquisitos silencios).

Se pueden elaborar muchas versiones fílmicas y teatrales sobre la vida de Van Gogh. Esta es sólo una de ellas y debemos evaluarla dentro de sus propias pautas creativas.

Valoramos que un hombre que ha sido pintor, como Schnabel, intente desde esa óptica traducir los conflictos esquizofrénicos, espirituales, y obsesionados por la luz como Van Gogh.

UNA OBRA BIOGRÁFICA MUY HERMOSA EN LA FORMA, Y MUY PERSONAL EN EL IMPULSO CREATIVO INTERIOR.

Ficha técnica

Título Original: At Eternity´s Gate 
Biografía, drama 
Diamond Films Suiza, Inglaterra, Francia, EE.UU., Irlanda – 1,51 hrs. 
Fotografía: Benoît Delhomme 
Edición: Louise Kugelberg, Julian Schnabel 
Música: Tatiana Lisovkaia 
Diseño Prod.: Stéphane Cressend 
Guionistas: Jean-Claude Carrière, Julian Schnabel, Louise Kugelberg 
Actores: Willem Dafoe, Rupert Friend, Oscar Isaac 
Director: Julian Schnabel

Atentado en el Estadio - Por Juan Pablo Donoso

Mucha acción y suspenso para los que necesiten descargar adrenalina viendo hazañas inverosímiles.

Es una fórmula comercial absolutamente probada y corregida durante los últimos 40 años en el cine.

Sus modelos anteriores han sido las sagas de DURO DE MATAR (Bruce Willis), otras con Arnold Schwartzenegger, y muchas con Sylvester Stallone.

Descarados recursos y clichés que imitan casi textualmente el mismo argumento de MUERTE SÚBITA, con Jean-Claude Van Damme (1995). Sólo que ahora sucede en un partido de futbol en vez de un campeonato de hockey sobre hielo.

Lo novedoso es el nuevo superhéroe – Dave Bautista – quien, a diferencias de los anteriores, aporta una presencia poco glamorosa. Es como un enorme simio, cabeza rapada, toscas facciones, de turbios antecedentes, pero de tierno corazón.

Ex combatiente de Afganistán ha venido desde EE.UU. a Inglaterra a visitar a la familia de su hermano fallecido y a su pequeña sobrinita. Justo cuando la lleva a ver el campeonato West Ham en Europa contra Rusia (¡!), un grupo de terroristas eslavos amenaza dinamitar el estadio con sus 35,000 personas adentro.

El resto será la complejísima epopeya para evitar la masacre masiva, rescatar a la pequeña Danni raptada como rehén, trepar por los techos, ir eliminando a los miembros de la banda, balancearse de cuanto cable eléctrico pueda, y librar el combate final cuerpo a cuerpo con el perverso Askady, líder revolucionario que buscaba a su hermano traidor de la causa (Pierce Brosnan), camuflado entre los espectadores.

Para los aficionados a la lucha libre el nombre de Dave Bautista resulta familiar. Ganador del WWE Royal Rumble (2005) y del Campeonato Mundial en WrestleMania 21 cuando venció al Triple H (Paul Levesque) en aquel máximo evento. “Sé que parezco un feo gorila, pero tal es mi contextura y así la asumo”.

Al igual que su predecesor, La Roca (Dwayne Johnson), ahora que tiene dinero fortalece su carrera cinematográfica como estrella y titán de proezas, e incluso como productor de esta película.

Para atraer cartel publicitario incluyen en el reparto al ex 007, Pierce Brosnan, quien tal vez sólo por un buen salario cumple un rol opaco y rutinario. Y agregan la simpatía del emergente actor Amit Shah, de origen pakistaní, para aportar las notas cómicas en medio de tanto combate y brutalidad.

ACCIÓN Y SUSPENSO EN UNA FORMULA DE ÉXITO COMPROBADA. SE PROMUEVE A DAVE BAUTISTA COMO NUEVO SUPERHEROE: MUY FEO PERO EFICAZ.

Ficha técnica

Título Original: Final Score 
Acción, suspenso 
BFDistribution Inglaterra – 1,44 hrs. 
Fotografía: Emil Topuzov 
Edición: Robert Hall 
Música: James Edward Barker, Tim Despic 
Diseño Prod.: Matthew Button 
Guionistas: Jonathan Frank, David T. Lynch Actores: Dave Bautista, Pierce Brosnan, Ray Stevenson Director: Scott Mann

miércoles, 23 de enero de 2019

La favorita - Por Carlos Correa

“La Favorita” es una película fina para degustar con calma. ¡Pero ojo! Un paladar sensible podría llevarse una primera impresión equivocada y anular las capas más importantes del trabajo del excelente director Yorgos Lanthimos.

¿Por qué? Básicamente, porque esta propuesta del cineasta griego es irreverente, desopilante y por momentos incluso obsena.

En una primera capa, que podría resultar chocante, vemos los secretos e intrigas de “Palacio” a comienzos del Siglo XVIII en Inglaterra. Y la forma de mostrarlo es directa, sin anestesia. La Reina Ana -Olivia Colman está realmente divina en su rol-, su mano derecha, Sarah Churchill -Rachel Weisz transformada en una arpía de tomo y lomo- y una familiar lejana recién aparecida, Abigail Masham -Emma Stone soberbia e irreconocible respecto a sus papeles recientes-, conforman un trío femenino que resulta portentoso. Con una recreación de época cuidada, sorprendente y llena de detalles exquisitos, Lanthimos escarba con profundidad y asertividad en las relaciones humanas y de poder.

La banda sonora de la película es una verdadera delicia. No es menor el protagonismo que el director entrega a la viola, en especial con el vigoroso Concierto de Vivaldi -con la característica versión de “Ars Antigua” más cercana al estilo, eso si, de “Europa Galante”- y sobre todo con el Quinteto con Piano de Robert Schumann, con ese segundo movimiento oscuro y a la vez revelador, intrigante y cautivador.

Yorgos Lanthimos posee el talento para elaborar “La Favorita” componiendo una narración lírica. Ya lo vimos en la inquietante y abrumadora “El sacrificio del siervo sagrado”. Acá se aleja de ese estilo temático y el director transforma su relato en un juego que por momentos, y literalmente, podemos percibir como una “tomadura de pelo”, “Real”. Sin embargo, es necesario profundizar un poco más porque recién allí aparecen las otras capas con una gran profundidad presente en cada una de ellas, lo que se transforma en un desafío que debemos aceptar si queremos realmente seguir adelante.

Este bocado de fino humor absurdo, de relaciones -en toda la dimensión de la palabra- y un verdadero tratado sobre los espacios del poder es para disfrutarlo sin complejos. El sarcasmo está a flor de piel, tanto como la caída en desgracia o la aparente bonanza de sus protagonistas. Podemos tomarlo en serio o no. Política, amor carnal, pasión, lujuria y desenfreno, todo está en un mundo creado especialmente para recorrerlo sin ningún pudor. Lo que no podremos eludir es que Lanthimos ya nos ha tendido su red. Y no solo nos atrapa sino que al concluir parece que la historia continuara su curso natural. Y claro, sabemos que la realidad supera la ficción, por lo que cualquier coincidencia con alguna actualidad mundial de estos días es solo eso, una “infeliz” y “desdichada” coincidencia.

Ficha técnica

Título original: The Favourite
Año: 2018
Duración: 121 minutos
País: Reino Unido
Productora: Coproducción Reino Unido-Irlanda-Estados Unidos; Element Pictures / Scarlet Films / Film4 Productions / Waypoint Entertainment. Distribuida por Fox Searchlight
Género: Drama | Comedia negra. Siglo XVIII
Guion: Deborah Davis, Tony McNamara
Fotografía: Robbie Ryan
Reparto: Olivia Colman, Emma Stone, Rachel Weisz, Nicholas Hoult, Joe Alwyn, James Smith, Mark Gatiss, Jenny Rainsford, Tim Ingall, Basil Eidenbenz, Timothy Innes, Jack Veal, James Melville, Hannah Morley, John Locke
Dirección: Yorgos Lanthimos

Cómo entrenar a tu dragón 3 - Por Carlos Correa

Con el paso de los años la grata sorpresa inicial de la película “Como entrenar a tu dragón”, en su primera versión el año 2010, ha ido disminuyendo. Y es natural. Ya la segunda parte presentada el 2014 tiene un dejo de nostalgia que, si bien nos recuerda la original, denota la búsqueda de un camino diferente a explorar. El cierre de la trilogía, con esta tercera parte, dista mucho de aquel convincente comienzo, sin embargo y sin deslumbrar, se hace cargo de las expectativas que todos tenemos de esta esperada secuela.

En Berk la vida pacífica entre vikingos y dragones se desarrolla con normalidad. De hecho, Hipo, el joven y audaz jefe, hace esfuerzos por liberar a más y más dragones y llevarlos a casa para cuidarlos y defenderlos de sus temibles atacantes y raptores. La pequeña aldea está abarrotada y eso los hace vulnerables por lo que necesariamente deben buscar opciones para trasladarse. No es sencillo, la costumbre es fuerte y salir de la propia zona es más complicado aún. “Chimuelo”, el tierno y a la vez temible dragón furia nocturna, también comienza a mirar hacia afuera pues aparece en su entorno una coqueta dragoncilla, furia luminosa, que desvía su mirada y capta su atención. La cinta basa entonces su historia en el crecimiento, en la maduración, en el amor y la libertad; en la elección de caminos y opciones que contribuyan al bien común de la comunidad y también a lograr lo mejor para cada uno de sus habitantes.

La película funciona perfecto como fábula animada. Si bien el problema central -la convivencia de vikingos y dragones- ha desaparecido, son ahora los conflictos interiores de los protagonistas los que cobran mayor relevancia. La validación de Hipo ante sus pares, su amor por Astrid y el peso heredado de cuidar a los suyos, hacen mella en las acciones del joven protagonista. Por otra parte, el adorable Chimuelo, que ve conquistado su corazón, percibe en el horizonte una dimensión hasta ahora invisible e ignorada.

DreamWorks desarrolla, una vez más, una animación descollante. No es novedad, pero esta vez han adicionado unos planos aéreos que son exquisitos y que adquieren un realismo que impresiona.

¡La música es de lo mejor! La partitura de John Powell es un verdadero concierto que construye un protagonismo maravilloso en múltiples secuencias y escenas, desde las fragosas batallas hasta los momentos más sutiles, suaves y románticos.

Justamente por tener un guion más reposado y maduro, asistimos a momentos que realmente son hermosos. Imperdible es el coqueteo inicial de la pareja de dragones -con la graciosa ayuda de Hipo, por supuesto- y un plano adicional con una coreografía aérea que debe estar dentro de lo mejor de la trilogía. Se agradece el tiempo destinado a estas escenas, la ausencia de premuras y tal como en las entregas anteriores, el cuidado por cada detalle de la historia, lo que incluye un tratamiento de los personajes secundarios con la dosis justa de humor y muchos guiños al mundo adulto que sacan carcajadas de la audiencia.

“How To Train Your Dragon: The Hidden World” es para disfrutarla en familia y llega como una certera conclusión. Es de esperar que si la idea continúa, explore otros caminos y su línea abra nuevos escenarios para no caer en la tentación de explotar el recurso al punto de destruirlo con demasiadas repeticiones. DreamWorks Animation lo sabe y tiene experiencia en estas lides. Solo queda esperar y estar atentos al futuro, que bien podría ir hacia ese “mundo invisible” que hace mención el título original de la cinta.

Ficha técnica

Título original: How To Train Your Dragon: The Hidden World
Año: 2019
Duración: 104 minutos
País: Estados Unidos
Productora: DreamWorks Animation / Mad Hatter Entertainment
Género: Animación. Aventuras. Comedia | Dragones. Vikingos. Secuela. 3-D
Guion: Dean DeBlois (Libros: Cressida Cowell)
Música: John Powell
Fotografía: Animation
Reparto: Animation, Jay Baruchel, America Ferrera, Cate Blanchett, Gerard Butler, Jonah Hill, Kristen Wiig, Justin Rupple, Christopher Mintz-Plasse, Craig Ferguson, Kit Harington, F. Murray Abraham
Dirección: Dean DeBlois

martes, 22 de enero de 2019

Van Gogh: en la puerta de la eternidad - Por Carlos Correa

Muchas obras cinematográficas han incursionado en la vida del revolucionario pintor francés post impresionista, Vincent Van Gogh. Hace poco, una propuesta llamada “Loving Vincent”, compuesta por más de 64.000 pinturas transformadas en fotogramas y desarrollada íntegramente en su característico estilo, nos asombró. En esta oportunidad, el director Julian Schnabel decide filmar el tiempo que el pintor pasó en Arles y en Auvers-sur-Oise, Francia, momentos en los que Van Gogh toma conciencia de su inestabilidad emocional a la vez que pinta, tal vez, lo más destacado de su trabajo. En palabras del director, "es una película sobre la creatividad y los sacrificios que tuvo que hacer Vincent para crear las espectaculares obras maestras que hoy en día son mundialmente reconocidas. No es la historia oficial, es mi versión. Una versión que espero que nos acerque más a él".

Sin duda es una visión particular y de autor. Schnabel intenta describir lo que posiblemente veía el pintor -que lo describe él mismo como aterrador-, influenciado quizá por el aislamiento y la soledad. En un viaje constante, Van Gogh parece buscar un camino que no encuentra rumbo. Esta búsqueda permanente lo lleva a la incomprensión e incluso a la reclusión, algo que de ninguna manera disminuye el vital impulso que siente por compartir su arte con la humanidad.

La cinta tiene un desarrollo bastante cadencioso. La cámara de Julian Schnabel es también en extremo nerviosa; tirita y salta permanentemente. Tiene además, un curioso efecto dado que se logra percibir que alguien está filmando, o al menos como espectadores tomamos conciencia que una persona sostiene la filmación. La partitura, firmada por Tatiana Lisovkaia, tiene momentos bellos, sin embargo en ocasiones asume una responsabilidad en la conducción que se ve truncada por cortes abruptos que no se condicen con el ritmo del relato. El protagonismo del piano en las secuencias de desarrollo tiende a anular la progresión de la tensión dramática -que muchas veces las cuerdas suelen reflejar mejor- lo que, sumado a algunas decisiones que resultan clave, me parece que no logra encuadrar correctamente la música con la imagen.

La excelente interpretación de Willem Dafoe dota a la cinta de una solidez especial y particular. Él debe soportar la historia, conducir, guiar, observar y decidir cada paso del camino que recorre el protagonista. Su transformación, reflejada en intensidad y en luces de locura, es transmitida de forma notable por Dafoe, logrando dar cuenta de la interioridad del artista, de su genio, de sus conflictos y contradicciones, de sus sueños y frustraciones.

A pesar de no profundizar en su amistad con Paul Gauguin, interpretado por Oscar Isaac, la complicidad de ambos pintores le permite al guionista y director inferir sobre la reconocida mutilación de su oreja izquierda y también sobre los misteriosos hechos de su muerte, abriendo otra tesis al respecto.

“At Eternity's Gate” es una película interesante de visitar pero incómoda en su forma y en su desarrollo. Pasando esas capas encontramos al artista y vemos claramente por qué Willem Dafoe gana merecidamente el premio al mejor actor en el reciente festival de Venecia.

Ficha técnica

Título original: At Eternity's Gate
Año: 2018
Duración: 106 minutos
País: Reino Unido
Productora: Coproducción Reino Unido-Francia-Estados Unidos; Iconoclast / Riverstone Pictures / SPK Pictures / Rocket Science / Rahway Road Productions. Distribuida por CBS Films
Género: Drama | Biográfico. Pintura. Siglo XIX
Guion: Jean-Claude Carrière, Julian Schnabel, Louise Kugelberg
Música: Tatiana Lisovkaia
Fotografía: Benoît Delhomme
Reparto: Willem Dafoe, Rupert Friend, Oscar Isaac, Mads Mikkelsen, Mathieu Amalric, Emmanuelle Seigner, Niels Arestrup, Anne Consigny, Amira Casar, Vincent Pérez, Lolita Chammah, Stella Schnabel, Vladimir Consigny, Arthur Jacquin, Solal Forte, Frank Molinaro, Alan Aubert, Vincent Grass, Clément Paul Lhuaire, Laurent Bateau, Montassar Alaya, Didier Jarre, Thierry Nenez, Johan Kugelberg, Alexis Michalik
Dirección: Julian Schnabel

Glass - Por Carlos Correa

M. Night Shyamalan tiene tantos seguidores como detractores. Para estos últimos su filmografía no es suficiente, sin embargo para los primeros sus cintas son un verdadero deleite. ¿Qué provoca extremos tan opuestos? No es una pregunta fácil de responder porque el cineasta filma en un nivel alto, naturalmente sobre la media. Además, los guiones son de su autoría y en cada uno de ellos observamos una propuesta que, más o menos cercana a nosotros, lo caracteriza. Asimismo, Shyamalan posee un fuerte vínculo con lo sobrenatural y le resulta extremadamente sencillo narrarlo, incluso cuando las conexiones son difusas, complejas y en ocasiones algo “tiradas de las mechas”.

“Glass” es su última creación y nos sorprende con una película que concluye una inesperada trilogía de la que forman parte “El Protegido” y “Fragmentado”. De hecho, en esta secuela final los protagonistas son las 24 personalidades de “La Bestia” -James McAvoy despliega su amplio abanico de histrionismo en un papel desbordante-, David Dunn -un Bruce Willis con dos revoluciones menos pero igual de intrigante- y el enigmático Elijah Price, “Mister Glass” -Samuel L. Jackson brillante-, tres figuras que compiten por si solas en la pantalla y que se perfilan a sus anchas en el universo de Shyamalan.

El argumento no es tan importante. Es más, puede resultar confuso y por momentos, al comienzo, tedioso. Las conexiones son complicadas y las luces entregadas no develan los trazos importantes de la historia. Incluso, podría decaer bastante nuestra atención en la primera hora del metraje si estamos demasiado alertas a entender cada giro y cada paso. Es mejor no preguntarse qué significa lo que vemos o hacia dónde se encamina la historia para así dejarse sorprender por la mano suave del director que, a partir del segundo tercio, comienza una construcción sólida de un relato que lleva su firma por donde lo miremos.

M. Night Shyamalan no solo maneja los tiempos de forma notable sino que tiene un dominio de los planos que resulta envidiable. Nada parece anteponerse al reto del director pues cada cuadro y cada imagen resalta sin sobre exponerse demasiado. Es cierto que contar con los actores que están a cargo de los tres protagónicos es un lujo, sin embargo la mano conductora se aprecia especialmente en las secuencias largas, en aquellos planos aparentemente sin sentido que luego de unos minutos se explican naturalmente.

“Glass” no es una película brillante. Tampoco es una luz resplandeciente que destaque de sobremanera en el ya largo recorrido de su autor. El tema es que M. Night Shyamalan resulta ser un imperdible. Siempre es una propuesta y tal vez siempre esperamos y exigimos mucho más de lo que nos ofrece. Y es lo que sucede con los realizadores que logran transmitir su estilo y para ello configuran un sello especial. En este caso, ese sello es potente y tremendamente interesante. Tal vez por ello genera controversia, opiniones extremas y debate asegurado, es decir, un hecho de arte en toda su dimensión.

Ficha técnica

Título original: Glass
Año: 2019
Duración: 129 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Blumhouse Productions / Blinding Edge Pictures / Universal International Pictures (UI) / Buena Vista International / Perfect World Pictures. Distribuida por Universal International Pictures (UI)
Género: Intriga. Thriller | Sobrenatural. Superhéroes. Secuela
Guion: M. Night Shyamalan
Música: West Thordson
Fotografía: Mike Gioulakis
Reparto: James McAvoy, Bruce Willis, Samuel L. Jackson, Sarah Paulson, Anya Taylor-Joy, Spencer Treat Clark, Shayna Ryan, Charlayne Woodard, Luke Kirby, Rob Yang, Brian Donahue, Adam David Thompson, Marisa Brown, Kyli Zion, Diana Silvers, M. Night Shyamalan, Nina Wisner, Serge Didenko, Russell Posner, Leslie Stefanson, Kimberly S. Fairbanks, Rosemary Howard, Johnny Hiram Jamison, Marc H. Glick, Brick Mason, Bostin Christopher, Ukee Washington, Brian Anthony Wilson, Tobias Segal, Tom DiNardo, Timothy Chivalette, Tim Duquette
Dirección: M. Night Shyamalan

domingo, 20 de enero de 2019

Demonio de medianoche - Por Carlos Correa

1953. Un extraño suceso paranormal involucra a tres niños. Es un juego con múltiples reglas que comienza a medianoche y concluye a las 3.33 am. Poco sabemos pero de aquel suceso solo sobrevive Anna. En la época actual, Alex cuida a su abuela en una vieja mansión. Es la misma casa antigua del juego y su abuela enferma es … Anna. Por primera vez en todos estos años Alex sube al ático buscando un espejo ¿…? y por supuesto encuentra una extraña caja envuelta misteriosamente. Llega Miles, su amigo, abren la caja y … ¡sorpresa! El juego aparece y, como no, deciden comenzar.

Esta cinta del director Travis Zariwny no logra nunca despegar. El relato es plano, la historia predecible y las actuaciones apenas encuadran las tomas oscuras que intentan producir algo de temor. El guion es muy flojo y sus diálogos decepcionantes. Solo algunos breves movimientos de cámara acompañados con efectos especiales destacan dentro de muchos planos más bien regulares y que no logran traspasar ninguna emoción hacia los espectadores.

Es curioso que la recién estrenada por Netflix, “Bird Box” comparta una premisa similar a esta cinta, pero desarrollada totalmente diferente, es decir, satisfactoriamente desarrollada. El “demonio” o aquello a lo que los protagonistas temen con mayor fuerza, no es a una criatura en especial, a un fantasma o a un muerto que ha vuelto a la vida. Su mayor miedo es justamente aquello a lo que más temen -altura, fuego, ahogo, entre otros- y ello es lo que finalmente los atormenta y los hace abandonar.

Es una lástima que un argumento central que tiene variadísimas posibilidades, no se desarrolle de mejor manera, sobre todo aprovechando las bondades de la producción actual, los talentos de muchos actores jóvenes y sobre todo malogrando las enormes posibilidades de difusión que tenemos en nuestros días. Y ensayando una posible respuesta, nos reafirma que lo básico es contar con una narrativa que cautive, que transforme una historia en una experiencia y que su filmación nos logre transportar a otro lugar. Nada de esto ocurre en “The Midnight Man” la que lamentablemente falla en todos sus puntos de análisis.

Ficha técnica

Título original: The Midnight Man
Año: 2016
Duración: 95 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Coproducción Estados Unidos-Canadá; Bridge Finance Company / Midnight Productions / Scooty Woop Elite
Género: Terror | Remake
Guion: Travis Zariwny (Historia: Rob Kennedy)
Música: Olaf Pyttlik
Fotografía: Gavin Kelly
Reparto: Gabrielle Haugh, Lin Shaye, Robert Englund, Logan Creran, Grayson Gabriel, Emily Haine, Summer H. Howell, Callie Lane, Keenan Lehmann, Louise Linton, Abigail Pniowsky, Meredith Rose, Michael Sirow, Kyle Strauts, Luca Villacis
Dirección: Travis Zariwny

sábado, 19 de enero de 2019

Demonio de Medianoche - Por Juan Pablo Donoso

Intenta ser de terror y sólo consigue ser tonta, oscura y desagradable.

Para que una historia infunda miedo debe sustentarse en algo cotidiano y familiar que, de manera lógica, se interne en lo misterioso, cruel y maligno.

En esta película los personajes comienzan con una torpeza y siguen cometiéndolas hasta el final. Las cosas suceden sólo porque el realizador decidió que fuera terroríficas.

Unos adolescentes – sabiendo que hay un juego tétrico que mata a quienes lo practican – lo inician igual mezclando recursos de Ouija y Caja de Pandora. Por supuesto que invocarán al siniestro espíritu del Monstruo de la Medianoche quien, después de permanecer muchos años encerrado en una caja de zapatos, de puro aburrido aprovechará de salir a ventilarse, y a matar a quienes le temen.

Para que esto nos dé miedo, sucederá en una vieja casona oscura, siempre de noche, cuya propietaria es una abuela demente, astuta, y antigua compinche del Monstruo sanguinario.

Como se trata de un “juego” habrá que descifrar unas instrucciones. Esperar que los relojes den ciertas horas, encender unos velones que se apagan a cada rato y contar hasta 10.

Es inútil evaluar el argumento y las motivaciones de sus personajes. Por más que culpen a tragedias de antaño, todo se siente forzado, gratuito y que pudo ser evitable.

Los méritos serían la fotografía claroscura (a veces demasiado oscura) y la presencia de dos actores maduros que han actuado en mejores filmes anteriores: Lin Shaye (Dead End – 2003) y Robert Englund (Freddy vs.Jason – 2003).

Es mejor olvidar al Demonio de la Noche - Kyle Strauts (Supergirl – 2018) – a quien nunca le vemos el rostro y sólo escuchamos su voz aguardentosa y tono cascarrabias.

FALLIDO INTENTO DE TERROR POR TORPEZA DEL ARGUMENTO. OJALÁ ALGUIEN SE ASUSTE UN POCO.

Ficha técnica

Título Original: The Midnight Man EE.UU.. Canadá – 1,35 hrs. 
Fotografía: Gavin Kelly 
Edición: Kyle Tekiela 
Música: Olaf Pyttlik 
Diseño Prod.: Melanie Rein 
Guion: Rob Kennedy,Travis Zariwny
Actores: Summer H. Howell, Keenan Lehmann, Meredith Rose 
Director: Travis Z(ariwny)

jueves, 17 de enero de 2019

La Muerte de Superman - Por Juan Pablo Donoso

Animación de ritmo ágil, inteligente al narrar las complicadas aventuras y, en especial, nostálgica por reunirnos con tantos superhéroes de nuestra infancia.

El tipo de dibujo, los textos y las expresiones faciales, tratan de ser lo más fieles posibles a los trazos de las viejas revistas de sus creadores: el autor Jerry Siegel, y el dibujante Joe Schuster a partir de 1938. Conservan los contornos negros de la tradicional tinta china de aquellas publicaciones infantiles.

Si bien el adalid sigue siendo Superman, en esta epopeya se le unen casi todos los titanes de la Liga de la Justicia: Batman y Robin, la Mujer Maravilla, Cyborg, Flash, Aquaman, Hombre de Acero, etc.

Entre todos, incluyendo al eterno antagonista Lex Luthor, deben enfrentar al súperdestructor alienígena llamado Doomsday (Día del Juicio). Y reconocer su derrota frente a su poder maligno y extraordinario.

Doomsday (también proveniente de la editorial DC Comics), fue creado por Dan Jurgens en noviembre de 1992 como uno de los más grandes rivales de Superman, hasta el punto de asesinarlo entonces. A lo largo de sus apariciones en las historietas, es retratado como «la Máxima Máquina de Destrucción» cuyo único deseo es demoler todo lo que se ponga enfrente.

Mide 2,70 mts. Tiene rostro infernal. Pesa 910 kgs. Con gran fuerza y resistencia es, además, «inmortal». Cuando alguien logra asesinarlo, resucita y sólo puede volver a morir de manera distinta. Por esto los héroes lo «neutralizan», es decir, buscan la manera de incapacitarlo para evitar que continúe destruyendo al mundo.

Junto a los indefensos habitantes de Metrópolis y a los amigos periodistas del Daily Planet, somos testigos de cómo este monstruo va pulverizando la ciudad y aniquilando los poderes propios de cada uno de los héroes de la Liga. El combate final será con nuestro querido Superman quien, como lo anuncia el título de la película, también muere luego de matar al monstruo.

El relato alcanza un clímax que – sólo dentro de sus coordenadas irreales – se nos hace verosímil.

¿Quién resucitará primero, y dónde? Eso lo responderá la secuela llamada EL REINO DE LOS SUPERHOMBRES, que ya también se estará exhibiendo en nuestros cines.

Son tan agresivos y sangrientos los combates que por 1ª vez suceden dos hechos insólitos: 1) los eternos enemigos – Superman y Lex Luthor – deben asociarse para combatir al despiadado alienígena Doomsday, y, 2) la astuta reportera Lois Lane se entera - ¡por fin! - que el pazguato Clark Kent es Superman (¡!)

Aparte de lo entretenido de la gesta, y lo grato de sus dibujos, nos surgen naturales preguntas: ¿Para qué matar a Superman? ¿Qué daño le ha hecho a los historietistas? La única explicación sería que les gusta hacerlo renacer, o resucitar, como si fuera otro Mesías. Entonces, valga su misión entre nosotros: salvar personas indefensas que piden su ayuda… aunque sean incapaces de reconocerlo cuando pasan por su lado cada día por las calles.

PARA DISFRUTAR CON LOS NOSTÁLGICOS SUPERHÉROES DE LOS COMICS DE NUESTRA INFANCIA. AMENA Y BIEN REALIZADA. 

Ficha técnica

Título Original: The Death of Superman 
Animación, aventuras Cinemark – Warner Bros. EE.UU. y Corea de Sur – 1,21 hrs. 
Música: Frederik Wiedmann 
Diseño Prod.: Lee Hoon Jae, Youn Jun Ju, Tae Hee Kim, Jae-Myung Yoo 
Guionista: Peter Tomasi Voces: Jerry O'Connell, Rebecca Romijn, Rainn Wilson 
Directores: Jake Castorena, Sam Liu

jueves, 10 de enero de 2019

Creed II: Defendiendo el Legado - Por Juan Pablo Donoso

Un nuevo y merecido éxito para la fórmula que Sylvester Stallone sabe manejar con inteligencia y dinero (US$ 50.000.000).

Si bien sabemos de antemano cuáles son los ingredientes y recursos básicos de toda la saga de ROCKY (1,2,3,4,5 y 6), reconozcamos que este héroe deportivo tiene aún más cuerda que ofrecer a su público que sus también triunfales RAMBOS.

El personaje de Rocky Balboa, con su intelecto simple, bonachón y desvalido, incita un mejor desarrollo dramático para los secundarios que lo rodean, y que son también personas sencillas.

A diferencia de RAMBO, su gentileza sociable y tenacidad nos conquista a nosotros y también a quienes lo acompañan.

Como ya en el 6° capítulo (ROCKY BALBOA – 2005) agotó su veta física y el campeón se retira del boxeo, en el futuro, como entrenador, seguirá contagiando su mística a jóvenes luchadores.

Así nace CREED: CORAZÓN DE CAMPEÓN (2015), en que un ya cansado Rocky estimula a un nuevo pugilista negro – Apollo Creed – quien, a pesar de su talento, termina muerto sobre el ring a manos de un feroz gigante soviético tramposo llamado Ivan Drago.

Ahora, en CREED II:DEFENDIENDO EL LEGADO (2018), será el hijo de Apollo, Adonis, a quien acompañaremos en una cruenta escalada revanchista, que deberá enfrentarse con otro gigante ucraniano, ni más ni menos que con Viktor, el hijo de Ivan Drago.

La escaleta y el clímax son los mismos de siempre. El mérito de esta versión está en el acento que pusieron los guionistas en los valores familiares, en el mayor reposo y ternura de los motivos, y con ello la posibilidad de lograr mejores actuaciones. Stallone, como el Rocky viejo, entrega matices más profundos; lo mismo logra Michael B. Jordan, el joven e indeciso Adonis y, muy en especial Tessa Thompson, su esposa sorda y embarazada (Thor: Ragnarok – 2017).

Y en esa misma línea aplaudimos el patetismo que le dieron a los rivales, el ahora anciano Ivan Drago (Dolph Lundgren) y su hijo el gigantón Viktor (Florian Munteanu) quien, casi como un pelele, viene a lavar el desprestigio de su padre en ROCKY IV. Ellos inspiran más compasión que los protagonistas estadounidenses.

Esta secuela, gracias al trasfondo dramatúrgico de sus personajes, enaltece lo que sería un eslabón más en la industria de películas de acción y violencia deportiva.

UNA FÓRMULA COMPROBADA CUYAS SECUELAS, CUANDO TIENEN FONDO HUMANITARIO, SEGUIRÁN EXCITANDO AL PÚBLICO Y ENRIQUECIENDO A SUS PRODUCTORES.

Ficha técnica


Drama deportivo Warner Bros. Pictures EE.UU. – 2,10 hrs. 
Fotografía: Kramer Morgenthau 
Edición: Dana E. Glauberman, Saira Haider, Paul Harb 
Música: Ludwig Göransson 
Diseño Prod.: Franco-Giacomo Carbone 
Guionistas: Cheo Hodari Coker, Sylvester Stallone, Juel Taylor
Actores: Michael B. Jordan, Sylvester Stallone, Tessa Thompson, Dolph Lundgren 
Director: Steven Caple Jr.

Egon Schiele - Por Juan Pablo Donoso

Lento y minucioso acercamiento a los últimos años del pintor austríaco Egon Schiele.

Fue uno de más provocativos artistas vieneses de comienzos del siglo 20. Aunque también pintó paisajes, en óleo y acuarela, su tema reincidente fueron los desnudos femeninos de las mujeres que lo amaron en su corta existencia: su hermana, su primera musa Gerti, y la joven Wally, de 17 años, que aparece en su más famoso cuadro La Muerte y la Doncella. Falleció a los 30 años de influenza.

Su estilo renovador coincidió en Francia con el post-impresionismo, con el fauvismo (Matisse, Braque y Rouault) y el cubismo. Mientras en Alemania nacían los fundamentos del expresionismo y del arte abstracto, sus colegas austríacos – Gustav Klimt, por ejemplo - sacudían a la burguesía de manera más sutil e insolente.

El principal mérito del director Dieter Berner es recrear el ambiente bohemio de la época, donde el desenfado de sus artistas oscilaba entre el caos existencial, la pobreza y el erotismo, buscando la forma de expresarlo en sus pinturas.

Pero Berner (Liebemacht – 2013), denotando un buen pulso en la dirección de actores y manejo atmosférico, en esta película falla en centrar la médula dramática del relato. Nunca sabemos si su objetivo es más biográfico, psicológico, o exponencial del fenómeno creativo de la época.

Es por ello que, si bien nos enteramos de quién fue Schiele como pintor y de sus mujeres, sus personajes en general nos resultan algo lejanos, esquemáticos y sólo expositivos.

El protagonista austríaco, Noah Saavedra, además de agradable actor es un modelo con cercanas raíces chilenas. Y agradecemos conocer el carisma de las actrices Maresi Riegner (Madmoiselle Paradis – 2017) y Valerie Pachner (La Tierra que Piso – 2019), aún desconocidas para nuestro público.

Lamentamos que en los créditos finales nos hayan impedido ver al verdadero Schiele sin vida. Y también nos pareció innecesario el breve epílogo que nada aportó discurso cinematográfico.

PROLIJA RECREACIÓN DE UNA ÉPOCA DEL ARTE POR MEDIO DE LA BIOGRAFÍA DE UNO DE SUS GRANDES PINTORES.

Ficha técnica

Título Original: Egon Schiele:Tod und Mächden 
Biografía, drama, pintura 
Cine-Arte Patricia Ready Austria, Luxenburgo – 1,50 hrs. 
Fotografía: Carsten Thiele 
Edición: Robert Hentschel 
Música: André Dziezuk 
Diseño Prod.: Götz Weidner 
Guion: Hilde Berger, Dieter Berner 
Actores: Noah Saavedra, Maresi Riegner, Valerie Pachner 
Director: Dieter Berner

miércoles, 9 de enero de 2019

El regreso de Mary Poppins - Por Carlos Correa

Cuando escuchamos sobre “Mary Poppins” de inmediato viene a nuestra mente el recuerdo de un clásico que se sitúa en el inconsciente colectivo de varias generaciones. En 1964, Walt Disney sorprendía al mundo con una cinta que combinaba animación con personajes reales y la magistral Julie Andrews encarnaba a una niñera única y especial cuyo propósito era rescatar a la familia Banks. Hoy día, 54 años después, “Mary Poppins” regresa y con ello vuelve la magia a Londres, ahora en 1930, en los tiempos de la gran depresión económica.

Los hermanos Banks, Michael (Ben Whishaw) y Jane Banks (Emily Mortimer) viven juntos en Cherry Tree Lane. También con ellos están los tres hijos de Michael además de Ellen -Julie Walters-, su sirvienta. Afrontan en su hogar un período complicado en la economía doméstica y ademas deben sobrellevar la reciente muerte de la mamá de los pequeños. A este escenario es al que regresa Mary Poppins -Emily Blunt-, con un objetivo similar: cuidar a los hermanos Banks, y de paso a los niños pequeños, por cierto. Y no está sola. Jack, el farolero -Lin-Manuel Miranda- conoce la historia y es pieza vital en esta nueva misión.

La cinta dirigida por Rob Marshall fluye de comienzo a fin. La magia y el encanto dominan la pantalla y la historia se nutre de ingredientes que van componiendo un relato ameno y divertido durante toda la película. La banda sonora, fundamental en un musical de este tipo, está muy bien compuesta por Marc Shaiman, con letras de Scott Wittman. Entrega un ritmo clave al guion que combina muy bien las escenas de diálogos con los episodios musicales que además tienen una muy lograda y particular coreografía, un sello preciso del mismo director.

Las comparaciones son odiosas y por ello es mejor evitarlas, sobre todo cuando la actual versión evoca a su predecesora sin pretender dejarla atrás. Al contrario, la destaca aún más e incluso la homenajea con una propuesta que logra sintonía fina con el guion original sin renunciar a trazar su propio camino. Los elementos de la fábula están perfectos y todo se enlaza armónicamente en una sucesión de colores, fantasía y felicidad.

Párrafo aparte para los protagonistas. Emily Blunt posee una estampa que le permite encarnar a Mary Poppins de forma notable. Canta, baila y se luce en cada una de sus intervenciones, con una prestancia única. Lin-Manuel Miranda es toda una sorpresa. Con un ángel especial, logra una química muy natural con Blunt y juntos soportan gran parte del hilo conductor de la historia. Los secundarios de esta cinta son un lujo. Colin Firth interpreta al Banquero sin escrúpulos, Meryl Streep a la extravagante prima Topsy -un lacierto su secuencia, con una dicción encomiable- y Dick Van Dyke revive mágicamente al tío Bert, en un cierre digno de altura.

“Mary Poppins regresa” resulta adorable. Revitaliza el género haciendo resurgir la historia de 1964 -y de paso nos invita a revisitarla- y por sobre todo nos recuerda que no hay nada mejor que una sencilla fábula para entender -o al menos tratar- que nunca debemos dejar de ser niños, de soñar y volar, de liberar nuestras ataduras y así abrir espacio a nuestra imaginación para maravillarnos con historias mágicas que llenen de color y esperanza nuestra vida.

Ficha técnica

Título original: Mary Poppins Returns
Año: 2018
Duración: 130 minutos
País: Estados Unidos 
Productora: Walt Disney Pictures / Lucamar Productions / Marc Platt Productions
Género: Musical. Fantástico | Cine familiar. Años 30. Secuela
Guion: David Magee (Libro: P.L. Travers)
Música: Marc Shaiman, Scott Wittman
Fotografía: Dion Beebe
Reparto: Emily Blunt, Lin-Manuel Miranda, Ben Whishaw, Emily Mortimer, Nathanael Saleh, Pixie Davies, Joel Dawson, Julie Walters, Colin Firth, Meryl Streep, David Warner, Dick Van Dyke, Angela Lansbury, Jeremy Swift, Kobna Holdbrook-Smith, Christian Dixon, Craig Stein, Bernardo Santos, Bern Collaco, Ian Conningham
Dirección: Rob Marshall

domingo, 6 de enero de 2019

Cold War - Por Carlos Correa

Cine de autor. Esta obra de arte del premiado director de “Ida”, Pawel Pawlikowski, nos introduce en la historia de amor íntima, personal y emocionante de una pareja cuyos vidas están irremediablemente influenciadas por la Guerra Fría. Como un homenaje a sus padres, la cinta -filmada al detalle con precisión y estilo en un blanco y negro puro, lleno de luces, de sombras y de matices que entregan una inmensa variedad de tonalidades- recorre 15 años en solo 88 minutos, que son suficientes para acceder, capa tras capa, a una interioridad que asombra, bajo un manto de fondo que a pesar del paso de los años aun resulta impactante.

Pawlikowski, maestro en la ubicación de cámaras que nos regalan perspectivas originales, no deja nada al azar. Cada cuadro, cada fotograma -un trabajo fotográfico de joyería de Lukasz Zal- está perfectamente coordinado con una banda sonora hermosa y delicada. La música evoca los sentimientos más profundos y el baile se abre a la celebración y a la fiesta, en una apertura inimaginable luego de los apremiantes y angustiosos años de la Segunda Guerra Mundial en Polonia.

El grupo artístico está a cargo de un pianista y director de música junto a una coreógrafa. Ellos deben seleccionar a los mejores exponentes para conformar una compañía que, en un espectáculo de baile y música, consolide una embajada cultural, una carta de presentación al más alto nivel. En la audición, Wiktor Warski, -Tomasz Kot- queda encandilado por una joven cantante, "Zula" Lichoń -Joanna Kulig-, momento en el que pasan a ser ellos dos el centro del relato.

El folklore y el arte popular se hace presente, el talento, el trabajo y el esfuerzo destaca, pero también la política ejerce su marcada influencia. Son tiempos difíciles y ambos tutores discrepan; ¿ceder a las presiones o mantener la independencia artística? Tal vez la decisión sea de vida o muerte y defina las oportunidades futuras. Lo que sí está claro, es que la opción que se elija marca a fuego el camino por venir.

La banda sonora entrega una luz esperanza con la “Fantasie Impromptu” de Chopin, en un momento donde Wiktor y Zula deben tomar opciones. La presión agobia, el sueño de libertad y Paris, la ciudad luz, maravilla. El amor nace y se desarrolla en torno a complejas decisiones. El viaje sin rumbo que la historia relata es un viaje sin final. La inocencia y la pureza de Zula contrasta con el riesgo arrebatado que asume Wiktor. El cambio es lo único seguro. La música de Bach lo retrata, desde la “Chaconne”, en la despedida de Paris, hasta las Variaciones Goldberg, al final de la película; una emocionante historia de adaptación y transformación, un maravilloso viaje a la eternidad.

Ficha técnica

Título original: Zimna wojna
Año: 2018
Duración: 88 minutos
País: Polonia
Género: Romance. Drama | Drama romántico. Años 50. Años 60. Guerra Fría. Música. Baile
Guion: Pawel Pawlikowski, Janusz Glowacki
Fotografía: Lukasz Zal (B&W)
Reparto: Joanna Kulig, Tomasz Kot, Agata Kulesza, Borys Szyc, Cédric Kahn, Jeanne Balibar, Adam Woronowicz, Adam Ferency, Adam Szyszkowski
Productora: MK2 Productions / Apocalypso Pictures / Film4 Productions / Opus Film / Protagonist / BFI Film Fund
Dirección: Pawel Pawlikowski

jueves, 3 de enero de 2019

El gran terremoto - Por Juan Pablo Donoso

Los noruegos siguen incursionando en filmes de catástrofes. Por mucho empeño que le pongan aún están lejos de sus competidores estadounidenses. Todavía pecan de ingenuidad.

Aprovechando la buena racha comercial que tuvo La Última Ola de 2015 dirigida por Roar Uthaugh, y gracias a la inestabilidad tectónica del suelo noruego, se embarcaron ahora con un gigantesco terremoto.

Un alto presupuesto y avanzados trucos computarizados (CGI) fueron insuficientes para enfrentar a un guion débil y absurdo.

Podemos evaluarla en tres aspectos: turismo, suspenso, familia.

1.- Buen valor turístico. Lucimiento de bellísimos paisajes naturales de Noruega, como también aspectos poco conocidos del centro de la ciudad de Oslo.

2.- Las secuencias de suspenso catastrófico final. Pasamos casi la mitad del tiempo encerrados en el hueco de un ascensor, y la otra mitad evitando que la pequeña hijita se deslice por el suelo resbaloso de un rascacielos inclinado. Los momentos del terremoto, la sensación de vértigo colgando a 40 pisos de altura, y la música incidental, nos mantienen en la punta de la butaca. Someten al emblemático edificio Oslo Bowl a los embates telúricos, para demostrar que, a pesar de su solidez, puede quedar gravemente agónico. A tal punto que ignoramos quien pudo sobrevivir allí.

3.- Las lentas vicisitudes familiares. Se alargan los diálogos y secuencias previas al desastre. Mucho y reiterado drama conyugal. Hay un angustiado geólogo, único en deducir que pronto vendrá un gigantesco terremoto y, por supuesto, al que ningún otro experto le cree. La típica niñita desobediente que se escapa hacia el peligro haciendo aún más peligrosa la situación. La existencia de un hijo universitario que sobrevive a la hecatombe escondido bajo el pupitre de la sala de clase acompañado de su joven enamorada: personajes absolutamente prescindibles.

Con una ciudad asolada hasta ese punto, nunca supimos cómo y quiénes pudieron rescatar a nuestros héroes desde las ruinas colgantes de aquel rascacielos.

Con los pronósticos del geólogo, y luego de constatar sus aciertos, cabe preguntarse cuántos turistas preferirán visitar otros países menos peligrosos después de ver esta película.

SÓLO PARA LOS AMANTES DE SUSPENSOS CATASTRÓFICOS, Y QUE PERDONAN LAS CARENCIAS DE LÓGICA. 

Ficha técnica

Título Original:Skjelvet 
Catastrofe, suspenso, drama familiar 
BFDistribution 
Noruega – 1,46 hrs. 
Fotografía: John Christian Rosenlund 
Edición: Christian Siebenherz 
Música:Johannes Ringen, Johan Söderqvist 
Diseño Prod.: Jørgen Stangebye Larsen 
Guion: John Kåre Raake, Harald Rosenløw-Eeg 
Actores: Ane Dahl Torp, Hang Tran, Kristoffer Joner 
Director: John Andreas Andersen

No quiero ser tu hermano - Por Juan Pablo Donoso

Lo mejor es el nivel de profesionalismo técnico, y el empeño de casi todos los actores por darle amenidad a esta parodia social chilena.

Pero sobran kilómetros de textos. Hay exceso de información inicial. Por su obviedad pareciera ser a prueba de tontos.

La idea general del argumento es rescatable como crítica social. Pero arruinada con personajes que sobran (lesbiana incluida), diálogos mal depurados, y escenas al parecer destinadas a darle más duración a la ya larga película. Eso sirve para estirar las teleseries exitosas, pero en cine deja a los actores en ridículo.

Hay escenas que duran casi 4 minutos conversando ramplonerías cuando lo mismo pudieron decirlo con sólo 5 réplicas, y con ello enriquecer los subtextos.

El director y los guionistas parecieran ignorar la importancia y poder de los “subtextos” en dramaturgia.

Hay algunos buenos actores, pero casi todos resultan obvios y exagerados.

Queriendo ser auténticos y simpáticos, terminan sobreactuados. Fingen ser naturales, y eso los arruina. Creen que desbordando garabatos y groserías – hombres y mujeres - lograrán más humor y verdad. Vulgaridad innecesaria.

Un aplauso para Silvita, una empleada gorda que casi no habla; con sólo mirar se roba la única escena en que aparece. ¡Bravo!

¿Habrá alguna comedia cinematográfica chilena en que las actrices principales omitan la – o las – escenas en que hacen pipí frente a cámara, con ruido incluido?

Clichés facilistas para denunciar la superficialidad de los burgueses acomodados, en especial del manoseo genital de señoras supuestamente bien educadas.

El oficio y la sobriedad permiten rescatar a Julio Jung en sus pequeñas intervenciones, a Mariana de Girolamo por su belleza, y breves parlamentos. Se impone más por presencia. El actor principal, Nicolás Poblete, intenta equilibrar el estilo. Y la protagonista Cony – Dayana Amigo – teniendo espléndidos recursos de comedianta, resulta saturada por falta de selección en el relato general.

Trata de ser una tragicomedia, pero falla en ambas cosas.

¿Qué está “en juego” en esta historia? Tal vez descubrir que la hermanita “reventada”, “peste” e “insoportable”, era preferible al resto de los otros personajes de esa sociedad. Esto pudieron decirlo de manera más sutil, concisa, y graduando la “falsa dignidad” de cada uno, precisamente porque es una sátira.

MALOGRADO INTENTO DE PARODIA PARA DENUNCIAR LA FATUIDAD DEL CUIQUERÍO CHILENO. 

Ficha técnica    

Comedia Cinecolor Films Chile – 1,55 hrs. 
Actores: Dayana Amigo, Nicolás Poblete, Lucas Balmaceda, Rodrigo Bastidas, Julio Jung, Pablo Schwarz 
Guionista y Director: Sebastián Badilla

Andamios - Por Juan Pablo Donoso

Inteligente y provocativo filme israelita. Trata del dilema existencial que tiene un adolescente judío en su patria de hoy.

Para algunos espectadores el relato parecerá una sucesión de momentos poco coherentes en la vida de Asher, el joven y rebelde protagonista (Asher Lax).

Pero el mérito del guionista y director (Matan Yair) es ponernos, con su cámara y edición, en la visión de mundo y el caos emotivo de ese muchacho que deberá definir su destino. Tal sería la motivación de su angustia, insolencia, y agresividad.

Su padre – Milo – es un ex convicto, rudo, que con gran esfuerzo creó una empresa de andamios para la construcción de edificios. Su mujer lo abandonó dejándole la tutela de su único hijo. El mayor anhelo del padre es que el muchacho domine el oficio y continúe con el negocio cuando él ya esté incapacitado.

El joven, todavía terminando el colegio, visualiza un destino chato para el resto de su vida. Intuye que existen otros valores, pero ignora cuáles son.

Surge la figura de un profesor de literatura que le abre horizontes de poesía y desarrollo intelectual. Asher se aferrará a este maestro como a un tablón de salvavidas. Y comenzará la pugna neurótica en la mente y el corazón del muchacho entre la imposición realista de su padre, y aquel horizonte expansivo, pero etéreo, que le abre el profesor.

A su vez, el maestro, casado y con un hijo en camino, tampoco ha dominado sus demonios internos, y toma para sí una resolución que desconcierta aún más al discípulo.

La película se niega a proponer soluciones. Se limita, de manera realista, a compartir con nosotros las interrogantes más profundas de jóvenes, padres y maestros en una sociedad hebrea que se debate entre los ideales del espíritu y la lucha por la subsistencia diaria.

¿Cuáles son los “verdaderos andamios” que necesita la sociedad actual?

UN VIAJE NEURÓTICO POR LA PSICOLOGÍA DE MILLONES DE HOMBRES COMUNES EN EL ISRAEL CONTEMPORANEO.

Ficha técnica

Título Original: Scaffolding פיגומים 
Drama familiar Festival de Cine Israelí en Chile Israel y Polonia – 1,30 hrs. 
Fotografía: Bartosz Bieniek 
Edición: Dov Stoyer 
Música: Ishai Adar 
Diseño Producción: Nitzan Zifrut 
Actores: Asher Lax, Ami Smolartchik, Yaacov Cohen 
Guionista y Director: Matan Yair

miércoles, 2 de enero de 2019

Destroyer - Por Carlos Correa

“Destroyer” es una cinta sicológica y oscura. Se trata de Erin Bell -Nicole Kidman-, una detective descuidada y demacrada quien tras el descubrimiento de un crimen a sangre fría, debe comenzar a atar los cabos sueltos que involucran no solo dicho asesinato sino que toda su vida; pasado, presente y futuro.

Relatada con una técnica de superposición de tiempos, la película nos confunde en más de una ocasión. En ello, el guion es astuto a pesar de no tener un ritmo frenético. Impone tensión porque no es evidente y nos obliga a ir un poco más allá, a mirar nosotros mismos para descubrir los puntos de anclaje y con ello componer la historia fragmentada que nos entrega la pantalla. Phil Hay y Matt Manfredi hacen un trabajo preciso en la escritura que la directora Karyn Kusama filma con acierto.

Punto aparte es la transformación que experimenta Nicole Kidman, quien crece cada día más en su nivel de expresión y en el carisma para construir sus personajes. Esta vez es Erin, quien con su mirada, gestos y actitudes quien da cuenta de una vida intensa, frustraciones insalvables y una desesperanza que amenaza con ahogarnos si no estamos bien parados. Y Nicole Kidman está a la altura de los requerimientos, en todo momento, cuando se la muestra en su juventud, infiltrada en una banda criminal y en tiempo presente, donde la vida se le está consumiendo por los recuerdos, las deudas y las opciones de lo que pudo ser y no fue.

Es justamente la tensión interior lo que mejor describe esta cinta. La mayor parte está en manos de Kidman, pero el papel de su hija adolescente es trascendente. Aquí, donde las generaciones se separan irremediablemente o se juntan en la emoción y en el amor, está el centro y el vértice del corazón de la historia. El drama asoma inexorable y la esperanza perdida destruye todo a su paso. ¿Cómo se libra el momento? ¿Cómo se puede seguir adelante luego de decisiones -equivocadas o no- que llevan a puntos de no retorno? Los cuestionamientos morales y las odiseas personales aparecen, no para resolver la encrucijada sino para justamente entregarnos más herramientas que nos permitan apreciar el cuadro con una mirada más amplia.

“Destroyer” cuestiona. Es aguda y por momentos hiriente. Lentamente nos va dando pistas que debemos saber digerir. Nos conduce por caminos desconocidos que en algún momento se cruzan y se vuelven a separar. Nos mueve y sacude para luego dejarnos en un reposo aparente. Es allí donde Kidman nos obliga a despertar y acompañarla en un camino que tiene un final inequívoco, cuyo tránsito se convierte en el mayor logro del relato.

Ficha técnica

Título original: Destroyer
Año: 2018
Duración: 123 minutos
País: Estados Unidos
Productora: 30West / Automatik Entertainment. Distribuida por Annapurna Pictures
Género: Thriller. Acción. Drama | Crimen
Guion: Phil Hay, Matt Manfredi
Música: Theodore Shapiro
Fotografía: Julie Kirkwood
Reparto: Nicole Kidman, Sebastian Stan, Tatiana Maslany, Toby Kebbell, Scoot McNairy, Bradley Whitford, James Jordan, Toby Huss, Jade Pettyjohn, Shamier Anderson, Jan Hoag
Dirección: Karyn Kusama