jueves, 20 de diciembre de 2018

Roma - Por Juan Pablo Donoso

Para nosotros, en Chile, el tema es familiar. Fernando Debesa marcó un hito en la historia de nuestro teatro con su clásico MAMA ROSA, hace más de 60 años.

El laureado director mexicano Alfonso Cuarón -Gravedad (2013), Y Tu Mamá También (2001), Harry Potter, el Prisionero de Askaban (2004) – al igual que Debesa revive con este filme un periodo de su juventud, y le rinde un homenaje a la fiel niñera indígena que los acompañó.

Para imbuirnos en ese mundo – una familia acomodada de clase media a comienzo de los años 70 – y dejar que el ambiente y sus personajes hablen por sí mismos, recurre al más fiel tratamiento del cine neorrealista. Aquel que iniciaron De Sica, Rosellini, Rossi, Fellini, Godard, Antonioni y otros.

Con riguroso blanco y negro, y tomas muy largas, acompañamos a la joven empleadita Cloe en los quehaceres rutinario de ese hogar donde atiende a cuatro niños pequeños. Logra así más cercanía con sus personajes y con la realidad político-social del momento.

Y con esa cámara indiscreta somos también testigos del romance de aquella indiecita con un muchacho marginal, fascinado con ser un revolucionario de la guerrilla urbana. Y de su consecuente embarazo.

La anécdota es deliberadamente cotidiana y sin estridencias. Pero la realización es tan respetuosa que nos envuelve en sus emociones, y nos transporta a ese México de entonces: 1970/71.

Estupenda reconstitución de época. Continuidad cuidada al extremo. Nadie parece estar actuando. Las calles, los autos, los transeúntes y parejas del viejo rotativo parecieran captadas por algún noticiario de la TV.

Cuarón, además de ser el guionista y director, fue también director de fotografía y editor. Y en todos estos rubros demostró, una vez más, su talento y maestría: amor por los detalles y simbolismo espontáneo. Equilibra la magia de los sentimientos con la crudeza de los hechos exteriores.

En lo estético, hay una marcada reiteración con detalles de aguas y espumas, ya sean al limpiar los pisos de la mansión, en las granizadas, en los barriales suburbanos, en el líquido amniótico y, finalmente, en la playa junto al mar.

La escena del parto, y el contacto de la madre con su criaturita, logran un clímax irresistible. Otro tanto consigue Cuarón con el heroísmo de la indita Cloe, que sin saber nadar, rescata a sus jóvenes patrones de la resaca de las olas.

Denuncia al cobarde machismo frente al coraje de sus mujeres. Ellas dicen: “Al final, siempre estaremos solas”.

Al seguir la historia olvidamos que hubo un guionista, realizador, e incluso actores. Pero se nos revelan cuando leemos en los créditos finales la inmensa cantidad de personas que colaboraron, tras la cámara, para lograr tan admirable naturalidad y fluidez.

UN BELLO HOMENAJE AL HEROÍSMO DE LAS HUMILDES SIRVIENTAS QUE, SÓLO POR AMOR, INMOLARON SUS VIDAS Y PENAS A TANTAS FAMILIAS PUDIENTES LATINOAMERICANAS.

Ficha técnica


Crónica familiar México – 2,15 hrs. 
Diseño Prod.: Eugenio Caballero 
Actores: Yalitza Aparicio, Marina de Tavira, Diego Cortina Autrey 
Fotografía, Edición, Guionista y Director: Alfonso Cuarón 
33 Premios y Nominaciones en los mayores Festivales del Mundo.

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