miércoles, 16 de mayo de 2018

Tully - Por Juan Pablo Donoso

Aunque la publicitan como comedia, está lejos de serlo. Es un homenaje al difícil proceso de maternidad responsable.

El relato se introduce en la intimidad familiar de Marlo, esposa embarazada a punto de dar a luz, y madre de dos niños: Sara, niñita ordenada y Jonás, un pequeño indomable con síntomas de autismo. Con la gravidez de la criatura por nacer, con el marido viajando por motivos de trabajo, esta madre debe luchar con las autoridades del prekinder de su hijo para evitar que lo expulsen por indisciplina, y luego cambiarlo a un establecimiento especial.

Vendrá el parto, se sumarán las tareas de amamantar al bebé, mudar sus pañales, pasar las noches en vela, y seguir con los otros deberes del hogar. El estrés la tiene al borde del colapso.

Ante semejante cuadro, sus cuñados le aconsejan contratar a una niñera nocturna para permitirle, al menos, recuperar el sueño reparador. Y quien asume la tarea es Tully, una muchacha joven, atractiva y, tal vez, demasiado eficiente. Marlo desconfía al comienzo de tanta eficacia y amabilidad. Y nosotros, como espectadores, recordamos pavorosos filmes anteriores como La Mano que Mece la Cuna, donde la encantadora empleada termina siendo una pécora maldita.

Y es aquí donde la película toma un giro inesperado. Lo que en un comienzo Marlo temió como una amenaza a su autoridad, de manera gradual, se transforma en el apoyo que tanto necesitaba para el cuidado de los niños y del hogar.

Tal es la línea gruesa del argumento. La gracia del filme está en los detalles cotidianos, en la caracterización de la ya consagrada Charlize Theron (Oscar 2003 por Monster) quien debió engordar 20 kilos para encarnar a Marlo, y la joven Mackensie Davis (Blade Runner 2049) cuya natural simpatía y femineidad transforma lo que era fatalmente rutinario en algo fresco y luminoso.

El encanto de la película está en el proceso bien escrito por la guionista Diablo Cody (¡qué nombre perturbador!) que deslizándose por los canales subterráneos de la mente de tantas mujeres en situación similar, logra que empaticemos con ellas, y presenciemos el milagro de una sanación que sólo se logra con lenguaje uterino.

Es tal la finura del mensaje redentor que al finalizar la exhibición nos llegamos a preguntar si Tully realmente existió, o fue el alter ego de Marlo que llegó a socorrerla como un hada imaginaria. Pero los realizadores se encargan de dejar en claro que Tully era real, y que como ella hay seres que llegan providencialmente a nuestras vidas cuando menos los esperamos.

El incidente melodramático cerca del final nos incita a pensar que Tully fue sólo una fantasía. ¿Fue deliberado?

ESPECIAL PARA MADRES Y ESPOSAS ABATIDAS POR LA RUTINA Y LA DEPRESIÓN.

Ficha técnica


Drama familiar EE.UU. – 1,35 hrs.
Fotografía: Eric Steelberg
Edición: Stefan Grube
Música: Rob Simonsen
Diseño Prod.: Anastasia Masaro
Guionista: Diablo Cody
Actores: Charlize Theron, Mackenzie Davis, Ron Livingston
Director: Jason Reitman

No hay comentarios.:

Publicar un comentario