miércoles, 30 de mayo de 2018

Los versos del olvido - Por Juan Pablo Donoso

Los temas centrales son la Vejez, la Soledad, la Muerte, la Tortura, la Compasión, la Memoria, el Olvido y, finalmente, el triunfo de la Dignidad por medio de la Liberación.

Parece realista pero es alegórica.

Por su carácter semi-onírico es difícil evaluarla como un todo coherente. Fondo y forma se contraponen, y a la vez se complementan.

El tejido entre lo conceptual y los delirios poéticos dificultan una conclusión definitiva. Cada espectador deberá sacar sus propias conclusiones.

Más allá de la vivencia concreta del Anciano Sepulturero, como personaje de carne y hueso, hay un afán de bañar todo en un mensaje metafórico. ¿De qué? Tal vez de denuncia política, de lamento solitario, de frustrado instinto paterno, de un anhelo atávico de reconciliación con la naturaleza, (en especial con las ballenas), y/o un ansia de conservar la memoria de los horrores que otros olvidan o desean sepultar.

De todo esto hay en el filme. Se barajan unos con otros, ligados por un narrador dialogante que en vez de centrar el mensaje, lo hace aún más evanescente. El autor iraní Khatami sólo nos propone una interpretación de lo visto.

El argumento básico es muy sencillo: el viejo cuidador de un cementerio/morgue siente el impulso espiritual de dar sepultura al cadáver de una muchacha desconocida que falleció víctima de la tortura policial. Su cuerpo quedó olvidado en uno de los compartimentos de la morgue.

Nuestro anciano – el actor español Juan Margallo – falsificará archivos olvidados en la vieja bóveda subterránea para legalizar la inhumación de la muchacha desconocida.

Fue preso político y testigo de cómo tapaban con cal a los fusilados. Otro obrero, cuando joven (Luis Dubó), ayudó a los entierros, pero sufre de amnesia. El anciano, en cambio, tiene memoria eidética. Mientras cava la fosa para la muchacha desconocida, un zapador, en off, nos dice “Olvidar el olvido es el verdadero olvido”.

Para evitar perderse en el laberinto de archivos polvorientos, el anciano utiliza un hilo de Ariadna, para “recordar” el camino de retorno.

El cementerio pronto será clausurado y reemplazado por uno nuevo. El barrio que rodea la necrópolis también es antiguo, con viejas vecinas solitarias, donde pululan perros y gatos holgazanes. Hasta los funcionarios burocráticos están como anestesiados: muy suaves y casi susurrantes en su “indolente amabilidad”. (Amparo Noguera y Julio Jung).

Durante el lento proceso de sepultura, reviviremos intentos de prepotencia policial por acallar cualquier testimonio de brutalidad, intercalado con diálogos solidarios y amigos ciegos.

Aunque fue filmada en Chile, podría ambientarse en cualquier país de Latinoamérica. De adrede carece de música.

UN BELLO DISCURSO QUE PARECE SIMPLE PERO QUE ENCIERRA NIVELES DE DENUNCIA Y REFLEXIÓN. 

Ficha técnica   

Título Original: Oblivion Verses 
Distribuidora Storyboard Media 
Drama Francia, Alemania, Holanda, Chile – 1,32 hrs. 
Fotografía: Antoine Héberlé 
Edición: Florent Mangeot 
Diseño Prod.: Jorge Zambrano 
Actores: Juan Margallo, Tomás del Estal, Manuel Morón, Amparo Noguera, Luis Dubó, Julio Jung, Willy Semler 
Guionista y Director: Alireza Khatami

Premio Mejor Guion, sección Orizzonti del Festival de Venecia.

Historias de Ultratumba - Por Juan Pablo Donoso

En su género de terror esta película, tal vez por ser inglesa y contemporánea, tiene un estilo diferente. Se dice que originalmente fue una obra teatral. Como cine, con los efectos especiales, pareciera ser más eficaz que en un escenario.

A este tipo de filmes se los llama “pormanteau”: con un mismo narrador se nos entregan varios casos o historias distintas.

Se esgrimen, por lo menos, cinco anécdotas mancomunadas en un personaje central llamado Phillip Goodman (Andy Nyman). Es un psicólogo escéptico de los fenómenos paranormales. Se especializa en desenmascarar en público a los que lucran haciéndose pasar por médiums, y que traen mensajes de personas fallecidas para consuelo de sus deudos.

Goodman se inspiró en otro antiguo y famoso revelador de fraudes.

Un día recibe una carta de ese admirado maestro quien, ya anciano y enfermo, lo cita con urgencia. Al visitarlo, le confiesa que ahora él ha llegado a creer en 3 de esos fenómenos, y lo conmina a investigarlos.

Y nuestro escéptico Goodman emprende la tarea. Se enfrentará a tres personas cuyas experiencias fantasmagóricas son inexplicables. Hasta el mismo viejo maestro demostrará ser víctima de los espectros.

Cada investigación comienza de manera lógica y racional; y cada uno queda en suspenso en el momento más culminante. A medida que avanzan los casos, aumenta el misterio y los realizadores nos van sumergiendo en un lenguaje más esotérico. Y el epítome del surrealismo se alcanza en el mismo final de la película, cuando nuestro psicólogo es la peor víctima de lo que pretendía denunciar.

Andy Nyman es también guionista y director de la cinta. La atmósfera de misterio creciente se logra gracias a que sus actores dominan ese oficio flemático tan propio de los británicos. Destacamos la actuación del joven Alex Lawther (El Código Enigma – 2014) quien nos contagia la angustia de un muchachito moquillento al borde de la locura, al ser asediado por las fuerzas de lo inexplicable.

Lo dicho de ninguna manera impedirá disfrutar del proceso espeluznante que cada caso va generando, ni de quedar al final con la certeza de haber vivido una experiencia surrealista, propia de los laberintos más extraños de la mente..

El filme nos previene del peligro de involucrarse demasiado con las fuerzas del más allá. Y peor aún jactarse de que son inexistentes.

RELATO DE TERROR – MUY INGLÉS – QUE DELIBERADAMENTE DEJA CABOS SUELTOS PARA QUE EL MISTERIO NOS ACOMPAÑE HASTA LA CASA.

Ficha técnica

Título Original: Ghost Stories 
BFDistribution Terror, misterio Inglaterra – 1, 38 hrs. 
Fotografía: Ole Bratt Birkeland 
Edición: Billy Sneddon 
Música: Haim Frank Ilfman 
Diseño de Producción: Grant Montgomery 
Actores: Andy Nyman, Martin Freeman, Paul Whitehouse 
Directores y guionistas: Jeremy Dyson, Andy Nyman

Los versos del olvido - Por Carlos Correa

Este largometraje, ópera prima del cineasta iraní Alireza Khatami, presentado y premiado en la sección “Orizzonti” -nuevas tendencias y vanguardias estéticas- del Festival de Venecia del año 2017, narra la historia de un veterano cuidador de una morgue situada al interior de un cementerio. Este anciano, que posee una memoria prodigiosa y sin embargo es incapaz de recordar nombres, es interpretado por el actor español Juan Margallo, quien hace un excelente trabajo desarrollando un personaje cuyo relato son mayormente gestos y acciones, más que diálogos, seguidos muy de cerca por la aguda cámara de Khatami. Su trabajo es ayudar a los visitantes del camposanto en la ubicación de las tumbas y mostrar los cadáveres aún no identificados a quienes vienen en busca de los cuerpos de sus seres queridos. En el relato es acompañado por una anciana que busca incansablemente a su hija desaparecida -Itziar Aizpuru-, un enterrador -Tomás del Estal- que recoge las historias de los difuntos y el conductor de una carroza fúnebre -Manuel Morón-, que no se ha podido liberar de su pasado. Esta rutina se interrumpe de pronto por la llegada de un batallón policial con varios cuerpos que ocupan temporalmente la morgue y que modifican el escenario que el veterano cuidador debe enfrentar.

La cinta es abstracta. No hay tiempo ni lugar reconocible, aunque las locaciones son chilenas y participan en roles secundarios los excelentes actores nacionales Julio Jung, Amparo Noguera, Gonzalo Robles, Willy Semler y Luis Dubó. El director consigue dotar a la película de una atmósfera muy especial y en esto es clave la dirección de arte del chileno Jorge Zambrano junto a la fotografía del francés Antoine Héberlé.

En la presentación del filme, Alireza Khatami menciona que su infancia transcurre entre la guerra entre su país, Irán, e Irak, y que posteriormente pudo descubrir situaciones similares en otros lugares. "Recordar es un acto de resistencia", expresa el director, y tal vez es por ello las licencia narrativas que asume, y lo onírico de algunas secciones del filme. En palabras de uno de los productores, Giancarlo Nasi, “nos gusta hacer cine para cruzar los límites del arte y llevar los límites del cine siempre más allá, hacer cosas atrevidas y novedosas... crea un mundo en el que todo está permitido”.

El punto de inflexión es el descubrimiento que realiza el viejo sepulturero del cuerpo de una joven desconocida, abandonada presumiblemente por error por parte de quienes invadieron el lugar anteriormente. Ante ello, y a la luz de los sucesos, decide hacer lo posible por darle un entierro digno y es en este tránsito en el que transcurre la segunda mitad de la historia.

Esta co-producción entre Francia, Alemania, Holanda y Chile, no es tan sencilla de presenciar. Y tal vez aquello es justamente su mayor valor. A través de un relato aparentemente lineal, el guion permite que busquemos hilos y ramas, que volvamos atrás y vayamos adelante e incluso que incómodamente seamos nosotros mismos los que le demos sentido a la historia. Eso es interesante y se transforma en un trabajo que se disfruta mucho más luego de terminar de verla, momento en el que los elementos retratados y las imágenes comienzan a llegarnos como preguntas, sensaciones y recuerdos.

“Los versos del olvido" tiene algo que es difícil de describir. Es un movimiento constante, una búsqueda, un impulso vital que nace desde lo más íntimo del protagonista. Este “perpetuum mobile” no lo deja tranquilo, lo ahoga y lo obliga a mantenerse alerta, algo que Margallo interpreta de forma notable. Solo hay una frase que tal vez nos puede dar una pista; “olvidar el olvido, ese es el verdadero olvido", algo que naturalmente parece imposible tomando en cuenta la memoria persistente del anciano y que nos recuerda que hay cosas que verdaderamente, por más esfuerzo que hagamos, no se pueden olvidar.

Ficha técnica
Título original: Oblivion Verses
Francia-Alemania-Holanda-Chile, 2017
Duración: 78 minutos
Calificación: Todo espectador +7
Productores: Frédéric Bellaïche, Joost de Vries, Fabian Massah, Giancarlo Nasi, Leontine Petit, Catharina Schreckenberg, Vincent Wang, Dominique Welinski
Dirección de fotografía: Antoine Héberlé
Dirección de arte: Jorge Zambrano
Montaje: Florent Mangeot
Elenco: Juan Margallo, Tomás del Estal, Manuel Morón, Itziar Aizpuru, Julio Jung, Amparo Noguera, Gonzalo Robles, Willy Semler, Luis Dubó
Dirección y guion: Alireza Khatami

Amor de medianoche - Por Carlos Correa

Katie -Bella Thorne- es una joven de 17 años que debe permanecer al interior de su casa durante el día debido a una rara enfermedad, la xerodermia pigmentosa (XP), que provoca que la mínima luz solar directa sobre la piel sea mortal. Su padre, comprensiblemente sobreprotector la mantiene encerrada y con el menor contacto posible con el mundo exterior. Solo su mejor amiga de infancia ha podido ingresar en un círculo prácticamente impenetrable, todo esto hasta que una casual coincidencia hace que Katie no pueda evadir a Charlie -Patrick Schwarzenegger-, su amor platónico desde la infancia, quien queda inmediatamente encandilado con ella.

Este drama juvenil del director Scott Speer, con guion de Eric Kirsten y Kenji Bando, está basado en una película japonesa del año 2006 que tenía algo más de relato autobiográfico que de ficción. Los personajes en esta versión son perfectos, la enfermedad mortal y el amor, ideal. Es sin duda un relato previsible, incluso cuando sobreviene el conflicto principal del filme, sin embargo es muy difícil no emocionarse con una historia bien construida y que cumple con lo que se propone.

Tangencialmente observamos temáticas interesantes y que son tremendamente actuales. La amistad adolescente, la popularidad de algunos y la discriminacion hacia otros, el deporte y la música como factores diferenciadores y algunas críticas contra el sistema, son abordados por el metraje sin necesariamente profundizar. La cinta es un drama romántico y no se aparta de ese patrón, sin embargo cuando logra mayor intensidad es justamente al momento de exponer realidades que no se pueden fragmentar, ni evadir, ni pasar por alto. La confianza y la verdad están en entredicho y aquello es el detonante del desarrollo de la tragedia, que aunque es evidente, logra ser intensa.

“Midnight Sun”, es decir sol de medianoche, su título original, nuevamente es mejor que la traducción comercial con la que llega a Chile esta cinta del 2017. ¿Y por qué mi majadera insistencia en este tipo de aspectos formales? Porque el título original no se queda en el drama sino que da lugar a la esperanza, abre el espacio hacia algo diferente, hacia lo que no está escrito ni representado. Se refiere más al valor agregado que nosotros podemos darle a la historia dependiendo el punto de vista en el que estemos situados. Este ejercicio, más racional que emocional, permite destacar lo relevante y disminuir lo accesorio, pues muchas veces lo que realmente importa está oculto bajo capaz de barnices que impiden incluso que podamos observarlo desde perspectivas distintas, fuera del centro en nosotros mismos, es decir, fuera de la comodidad de simples espectadores. Es un desafío para tratar de mirar lo positivo de este relato y quedarnos así con un mejor recuerdo de él.

Ficha técnica

Título original: Midnight Sun
Año: 2017
Duración: 91 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Wrigley Pictures / Boies / Schiller Film Group. Distribuida por Open Road
Género: Romance. Drama | Drama romántico. Enfermedad. Remake
Guion: Eric Kirsten, Kenji Bando
Música: Nate Walcott
Fotografía: Karsten Gopinath
Reparto: Bella Thorne, Patrick Schwarzenegger, Quinn Shephard, Tiera Skovbye, Jaeda Lily Miller, Kiefer O'Reilly, Allyson Grant, Dean Petriw, Ava Dewhurst, Rob Riggle, Ken Tremblett, Jenn Griffin, Paul McGillion
Dirección: Scott Speer

sábado, 26 de mayo de 2018

Desobediencia - Por Carlos Correa

El director chileno Sebastián Lelio dirige este drama que tiene como protagonistas a Rachel Weisz y Rachel McAdams. Ronit -Weisz-, fotógrafa en Nueva York, se entera de la muerte de su padre, Rav Kruschka. Decide volver a su casa, en Londres, para los tradicionales ritos funerarios judios de una familia ortodoxa de la que ella había huido años atrás. Su repentina e inesperada llegada toma a todos por sorpresa. Dovid -Alessandro Nivola-, el próximo rabino de la comunidad y protegido de su padre, está casado con Esti Kuperman -McAdams-. Ellos tres eran grandes amigos de jóvenes, pero no solo eso, las dos mujeres tuvieron en esa época algo bastante más en común que solo su amistad.

Ambientada en la Inglaterra del siglo XX, Lelio compone el guion de esta cinta basado en la novela de Naomi Alderman junto a la escritora Rebecca Lenkiewicz. Y el director imprime su sello, aún cuando en algunos momentos es difícil reconocer su mano debido a un relato algo plano y lineal. Donde si podemos ver a Sebastián Lelio es en todos aquellos planos en que los personajes femeninos son seguidos de cerca por una cámara dispuesta a captar los más mínimos detalles de la femineidad, algo que se ha transformado en marca registrada del realizador chileno.

La película es íntima y entrega su mayor profundidad en las actuaciones de Weisz y McAdams. Prácticamente todo el hilo conductor recae sobre sus hombros y todo lo demás gira alrededor del ritmo entregado por ellas. La religión, la moral, la presión social y el “deber ser”, son temáticas subyacentes a la historia central que vincula a las dos protagonistas, sin embargo están presentes permanentemente como un contrapunto intenso -y visiblemente expuesto- a la química que logran ambas actrices en la configuración de sus roles.

Acá las figuras masculinas son anexas, aunque no menos importantes, en la filmación. Lelio se encarga de dejarnos muy claro los roles que cada uno de los personajes tiene en el rodaje. Las secuencias más logradas e íntimas son sin duda las femeninas. Las demás, o corresponden a entornos argumentales de contexto o a aquellas situaciones que condicionan de alguna forma el actuar de la comunidad, la de los mencionados papeles masculinos y las decisiones que van tomando las dos protagonistas.

Hay en el metraje un estilo distinto a lo observado en anteriores cintas de Lelio. Es posible que ciertos condicionamientos lo hubiesen obligado a seguir caminos diferentes o a tomar otras decisiones. No obstante aquello, el pulso del cineasta está presente, su intención es perfectamente clara y el lenguaje de su “fascinación por lo femenino”, dicho en palabras del propio director, es algo que está en la esencia del trabajo y es sin duda los más valioso de un drama que conmueve por la temática filmada pero que no logra alcanzar un vuelo narrativo cercano y a la altura de “Gloria” o “Una mujer Fantástica”, los dos últimos premiados y exitosos largometrajes del ya consolidado Sebastián Lelio.

Ficha técnica

Título original: Disobedience
Año: 2017
Duración: 114 minutos
País: Reino Unido
Productora: Coproducción Reino Unido-Estados Unidos-Irlanda; Braven Films / Element Pictures / Film 4
Género: Romance. Drama | Drama romántico. Homosexualidad
Guion: Sebastián Lelio (Novela: Naomi Alderman)
Música: Mathew Herbert
Fotografía: Danny Cohen
Reparto: Rachel Weisz, Rachel McAdams, Alessandro Nivola, David Olawale Ayinde, Mark Stobbart, Cara Horgan, Sophia Brown, Lasco Atkins, Bernardo Santos, Dominic Applewhite, Omri Rose, Liza Sadovy, Dave Simon, Trevor Allan Davies, Cristian Lazar
Dirección: Sebastián Lelio

Pablo, Apóstol de Cristo - Por Juan Pablo Donoso

Sin ser beatífica es profundamente humana, histórica y espiritual.

Narra los últimos días de San Pablo (Saulo de Tarso) en la cárcel Marmentina de Roma.

Su antiguo amigo y compañero de apostolado, el evangelista Lucas, al saber que Pablo se hallaba prisionero y condenado a muerte, aprovechando su condición de médico, logró visitarlo muchas veces y escribir su biografía en el Nuevo Testamento.

Bajo el imperio de Nerón los cristianos eran sacrificados en el Coliseo o quemados en las calles como antorchas vivientes. Cuando Nerón incendió Roma acusó a los cristianos de hacerlo y, en especial, a Pablo como instigador.

La película, filmada en Malta, acontece en escenarios muy similares a los de la época. Hay todavía construcciones, calles, túneles y jardines bien conservados. Y la fidelidad visual se extiende a los vestuarios y a la iluminación con antorchas y claroscuros interiores.

A diferencia de otras súper gestas bíblicas, en esta abundan los diálogos por sobre las acciones. Pero son tan inteligentes y sensibles que mantienen el interés y provocan reflexión. Si bien exhiben ámbitos en que los cristianos se mantenían hacinados y sucios en hogares humildes, además de escenas callejeras y salones palaciegos, en todo momento se respira el aire de intimidad y pavor de ser perseguidos y capturados.

Por carecer de glamour, está más cerca de un “film-noir” (de antihéroes) que de una hazaña heroica comercial. Así, logra un objetivo aún más noble: seducir por medio de la emoción humilde y el coraje de la fe en el legado de Jesús.

Las actrices responden a sus roles con realismo muy femenino, tanto las pobres y desarrapadas como las damas de la nobleza. Y los actores secundarios se integran con naturalidad al ambiente poco sofisticado y casi insalubre de las calles.

El peso del drama lo llevan los tres personajes principales: Lucas (Jim Caviesel – Jesús en La Pasión de Cristo 2004), Pablo (James Faulkner – Game of Thrones y Downtown Abbey) y el oficial romano Mauricius (Olivier Martínez – carismático actor francés poco conocido entre nosotros).

Cabe destacar la partitura musical del polaco Jan A.P. Kaczmarek (Oscar 2004 por Descubriendo la Tierra de Nunca Jamás), que combina la indefensión de esos aterrados cristianos con la omnipotencia del Imperio.

¿Cómo habrían sido los futuros cristianos sin el aporte de Pablo quien, víctima de las torturas, mantuvo su fe demostrando que la gran Maldad sólo puede combatirse con una mayor Bondad? Y cuánto debemos a Lucas por haber documentado sus últimos días en los Hechos de los Apóstoles.
Es lamentable la poca publicidad para este filme en comparación con las grandes fantasías futuristas. Entre el público de la sala había más juventud de la esperada. Y a pesar de todo el pop-corn consumido, fue sorprendente verlos aplaudir emocionados al final. La siguieron con atención, captaron el mensaje y salieron enriquecidos con un tipo de cine diferente y poderoso.

UNA GRAN PELÍCULA: SABIA, AUTÉNTICA E INSPIRADORA. LAMENTABLEMENTE MAL PROMOVIDA.

Ficha técnica

Título Original: Paul, Apostle of Christ 
Sony Drama, historia, religión EE.UU. – 1,48 hrs. 
Fotografía: Gerardo Madrazo 
Edición: Scott Richter 
Música: Jan A.P. Kaczmarek 
Diseño Prod.: Dave Arrowsmith 
Guionistas: Terence Berden, Andrew Hyatt 
Actores: Jim Caviezel, James Faulkner, Olivier Martínez 
Director: Andrew Hyatt

En Cuerpo y Alma - Por Juan Pablo Donoso

Virtuoso tratamiento para contar una historia de amor casi imposible.

Su directora y guionista húngara - Ildikó Enyedi – cuando obtuvo el Premio Sydney 2017 con esta película declaró: “A mis 62 años este galardón me confirma la confianza en el poder del cine y en la magia de la comunicación humana”.

Y el tema central es el milagro de amor entre dos personas minusválidas en “cuerpos y almas”.

La madurez de la directora logra poner en imágenes un caso que bordea el realismo mágico. Y lo instala en un matadero de reses con toda la crudeza y sangre que semejante lugar posee.

El relato corre por cinco rieles paralelos que difícilmente podrían llegar a integrarse:

a.- El lento y delicado cortejo de un ciervo macho con su hembra en un bosque nevado.

b.- El brutal ambiente de un desolladero, donde ningún operario se inmuta ante la mirada indefensa de cada novillo.

c.- Endre, un ejecutivo de aquella industria, hombre ya maduro, paralítico de un brazo, solitario y desencantado.

d.- María, funcionaria joven, recién ingresada, experta en calidad de producción, afectada de Asperger. Por lo tanto, agreste y aislada.

e.- Coincidencia parasicológica en que ambos funcionarios sueñan cada noche con el mismo galanteo progresivo de los ciervos invernales.

La realizadora Enyedi va entrelazando estos cinco elementos de manera pausada y minuciosa, formando una trenza narrativa que, sin escatimar la crudeza de las imágenes, con la misma finura del cortejo de los ciervos, va desnudando los “cuerpos” y las “almas” de estos dos personajes hasta llevarlos a un nuevo amanecer.

Contraste de la pureza natural de los ciervos con el ambiente de los mataderos de reses; del humor vulgar e insensible de algunos matarifes con la fragilidad de las emociones humanas, en especial, de las más vulnerables al tacto y a los elementos externos, como María.

Todo esto, y más, lo teje Ildikó Enyedi, en base a actuaciones serenas y sutiles, a protocolos masculinos, y a un tratamiento de primeros planos y detalles de objetos, manos y pies que podrían parecer innecesarios, pero que envuelven el mensaje en un todo poético, descarnado y romántico.

Demuestra cómo a veces sólo el misterio de los sueños nos devuelve la pureza instintiva de la naturaleza. Y pone la fragilidad del ser humano frente al poder sanador de los sueños.

INSPIRADA PELÍCULA HÚNGARA SOBRE LOS ESTADOS MÁS SUTILES DEL CUERPO Y LAS ALMAS. PARA VERLA CON CORAJE Y RESPETO.

Ficha técnica

Título Original: Teströl és lélekröl 
Cine Arte Patricia Ready 
Drama, romance Hungría – 1,56 hrs. 
Fotografía: Máté Herbai
Edición: Károly Szalai 
Música: Adam Balazs 
Diseñador Prod.: Imola Láng 
Actores: Géza Morcsányi, Alexandra Borbély, Zoltán Schneider 
Director y Guionista: Ildikó Enyedi

miércoles, 23 de mayo de 2018

Han Solo: Una historia de Star Wars - Por Carlos Correa

Para quienes hemos seguido “Star Wars” desde sus primeros episodios a fines de los años setenta, probablemente aquellos iconos sean siempre nuestros máximos referentes. Sin embargo, en mi caso particular, estoy gratamente sorprendido del rumbo que ha tomado la saga una vez que Walt Disney Studios adquirió los derechos de distribución de la historia. Antes de ello nos encontrábamos admirando los originales y observando, tal vez críticamente, las historias presentadas en la trilogía anterior al Episodio IV, “Una nueva esperanza”, el primero en ser presentado por su creador George Lucas en pantalla grande. Disney Studios corrió el riesgo y movió el límite. No solo diseñó una trilogía final -que ya lleva dos exitosas entregas y concluirá con el futuro Episodio IX- sino que expandió la historia con ramificaciones. “Rogue One” fue una de ellas, una exitosa cinta que se ubica entre los Episodios III y IV. Ahora es el turno de otra “historia de Star Wars”. Se trata de “Solo”, que se remonta a la juventud del famoso personaje inmortalizado por Harrison Ford y que está en el corazón de la saga y en el alma de todos quienes somos fans de la historia de la Guerra de las Galaxias.

Han -Alden Ehrenreich-, joven e impulsivo, quiere buscar nuevos horizontes. Vive en Corellia, planeta situado a corta distancia de Coruscant, la capital de la Galaxia, sueña con ser un gran piloto y junto a su novia Qi’ra -Emilia Clarke- tienen todo arreglado para huir. Sin embargo un contratiempo de último momento no les permite escapar juntos. Luego de tres años, el intrépido protagonista no ha podido cumplir su sueño y quiere regresar por su amada, pero se ha convertido en un simple soldado que está envuelto en guerras de trincheras y en un crudo día a día. Un oscuro traficante llamado Tobías Beckett -Woody Harrelson- le da una chance de poder conseguir un dinero extra para llevar a cabo sus planes los que se ven interrumpidos porque el destino vuelve a juntar a estos dos jóvenes idealistas. La diferencia, esta vez, es que Qi’ra es la asistente y mano derecha de Dryden Vos, uno de los criminales más violentos e implacables de este rincón galáctico, por tanto las aventuras y desventuras de los jóvenes toman un rumbo muy distinto a lo planeado -o no planeado- originalmente.

El relato de la historia es interesante pues conocemos algunos detalles importantes del origen de la amistad de Han Solo con su fiel acompañante Chewbacca y también sobre otro icono de la saga principal que es el “Millenium Falcon”, la famosísima nave que a esta altura es ya una leyenda. También podemos apreciar antecedentes de la rebelión contra el imperio que de manera incipiente se está conformando y comenzando a dar sus primeros pasos.

La película es entretenida. La verdad, supera mis expectativas. Escenas muy bien logradas, vertiginosas, llenas de acción, efectos especiales clásicos, vigor y emoción en un relato que, aunque puede ser bastante lineal y predecible, conduce apropiadamente esta travesía galáctica de 135 minutos. Las actuaciones satisfacen aunque no han estado exentas de polémica, sobre todo lo que dice relación con Ehrenreich, su joven protagonista. Tampoco pasa inadvertido el brusco cambio de dirección producido el año 2017, cuando Ron Howard debió tomar el proyecto luego del despido de la dupla Lord-Miller. Con todo, el resultado es una cinta trepidante, con nuevos bríos juveniles y una puerta abierta hacia la independencia del protagonista hacia su propia historia.

Dejo para el final un aspecto que es esencial para cualquier cinta de “Star Wars” o de las historias que se desprendan de ella. Basada en los temas originales de John Williams, la partitura de John Powell está muy bien compuesta transformándose, también, en un elemento fundamental del metraje.

Muy bien por estas nuevas historias de “Star Wars”. Hay movimiento, creatividad, recursos e ilusión. Podrán gustarnos más o menos, lo que es subjetivo e indudablemente opinable, sin embargo da cuenta que esta “Guerra de las Galaxias” está más viva que nunca y es fuente de inspiración -y también de recursos- para nuevas producciones y relatos que nos lleven a lo sucedido “hace mucho tiempo en una galaxia muy muy lejana”.

Ficha técnica 

Título original: Solo: A Star Wars Story
Año: 2018
Duración: 135 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Lucasfilm / Walt Disney Pictures / Allison Shearmur Productions / Imagine Entertainment
Género: Ciencia ficción. Aventuras | Star Wars
Guion: Lawrence Kasdan, Jon Kasdan (Personaje: George Lucas)
Música: John Powell
Fotografía: Bradford Young
Reparto: Alden Ehrenreich, Emilia Clarke, Donald Glover, Woody Harrelson, Thandie Newton, Phoebe Waller-Bridge, Warwick Davis, Clint Howard, Paul Bettany, Richard Dixon, Joonas Suotamo,  Sarah-Stephanie, Deepak Anand, Slim Khezri, Ian Kenny, Douglas Robson, Omar Alboukharey, Sean Gislingham, Nathaniel Lonsdale
Dirección: Ron Howard

martes, 22 de mayo de 2018

Isla de Perros - Por Carlos Correa

Megasaki City, veinte años en el futuro, Japón. Con la contagiosa gripe canina en aumento, el alcalde Kobayashi decide exiliar a todos los perros de la ciudad en una ficticia isla deshabitada usada solo como como un vertedero gigante de basura. El relato sigue a cinco perros que han sido llevados al lugar -Chief, Rex, Boss, Duke y King- y al pequeño Atari Kobayashi, sobrino del alcalde, que en un desvencijado aparatado volador tipo Junior-Turbo Prop XJ750 llega en busca de su fiel perro Spots, el primero de los canes en ser enviado allí al comenzar la cuarentena decretada. Ante el revuelo de esta noticia, el alcalde decide intervenir para traer de vuelta a su sobrino y dejar la isla a su suerte, sin embargo debe enfrentar un movimiento en favor de los perros llamado “Pro Dog”, liderado por la valiente joven Tracy Walker.

Wes Anderson, en su segunda cinta de animación realizada con la técnica de stop-motion, da forma a una historia original coescrita por él mismo, junto a Roman Coppola, Kunichi Nomura y Jason Schwartzman. Anderson, fiel a su lenguaje narrativo, mantiene en esta cinta varios de sus sellos característicos. La película es deliciosa y está repleta de infinidad de detalles, frases y gestos que cautivan a la audiencia desde la primera escena. La elaboración animada es fantástica y el ritmo, otro pulso del director, es implacable.

El relato de este exilio perruno, la actitud dictatorial del alcalde y la rebelión ante la arbitraria medida, divide a los habitantes de la ciudad y marcan un contrapunto importante con las secuencias que protagoniza el grupo de perros en la isla, tanto en su interacción con el joven Atari, como cuando se deben defender de los ataques que reciben con drones y robots. Es notable la caracterización de personalidades en los canes y los estereotipos que configuran a los humanos, todo ello, por supuesto, sazonado en justa medida por el talentoso director.

“Isle of Dogs” tiene un humor inteligente y sin abusos. Posee fina delicadeza en la configuración de cada escena junto con detalles gráficos de elocuente imaginación. Además, funciona perfecta como parábola para los tiempos actuales. Anderson encandila con pequeños giros y sorprende con fragmentaciones que entregan a la película un toque particular y único. Otro aspecto notable es la música incidental de Alexandre Desplat, una partitura variada, rítmica y sencilla que no solo ambienta sino que proporciona al relato diversos grados de tensión que van de la mano y en perfecta unidad con las secuencias visuales.

¡Gran película! Para disfrutar tal vez más de una vez, porque la cantidad de información y preciosuras es extensa. Anderson confirma con esta cinta animada su excelente mano de realizador, honesto y fiel a una narración particular que logra atención y emoción.

Ficha técnica

Título original: Isle of Dogs
Año: 2018
Duración: 101 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Coproducción Estados Unidos-Alemania; American Empirical Pictures / Indian Paintbrush / Scott Rudin Productions / Studio Babelsberg
Género: Animación. Fantástico. Comedia. Aventuras | Stop Motion. Perros/Lobos. Distopía
Guion: Wes Anderson (Historia: Wes Anderson, Roman Coppola, Kunichi Nomura, Jason Schwartzman)
Música: Alexandre Desplat
Fotografía: Animation, Tristan Oliver
Reparto: Animation
Dirección: Wes Anderson

miércoles, 16 de mayo de 2018

Tully - Por Juan Pablo Donoso

Aunque la publicitan como comedia, está lejos de serlo. Es un homenaje al difícil proceso de maternidad responsable.

El relato se introduce en la intimidad familiar de Marlo, esposa embarazada a punto de dar a luz, y madre de dos niños: Sara, niñita ordenada y Jonás, un pequeño indomable con síntomas de autismo. Con la gravidez de la criatura por nacer, con el marido viajando por motivos de trabajo, esta madre debe luchar con las autoridades del prekinder de su hijo para evitar que lo expulsen por indisciplina, y luego cambiarlo a un establecimiento especial.

Vendrá el parto, se sumarán las tareas de amamantar al bebé, mudar sus pañales, pasar las noches en vela, y seguir con los otros deberes del hogar. El estrés la tiene al borde del colapso.

Ante semejante cuadro, sus cuñados le aconsejan contratar a una niñera nocturna para permitirle, al menos, recuperar el sueño reparador. Y quien asume la tarea es Tully, una muchacha joven, atractiva y, tal vez, demasiado eficiente. Marlo desconfía al comienzo de tanta eficacia y amabilidad. Y nosotros, como espectadores, recordamos pavorosos filmes anteriores como La Mano que Mece la Cuna, donde la encantadora empleada termina siendo una pécora maldita.

Y es aquí donde la película toma un giro inesperado. Lo que en un comienzo Marlo temió como una amenaza a su autoridad, de manera gradual, se transforma en el apoyo que tanto necesitaba para el cuidado de los niños y del hogar.

Tal es la línea gruesa del argumento. La gracia del filme está en los detalles cotidianos, en la caracterización de la ya consagrada Charlize Theron (Oscar 2003 por Monster) quien debió engordar 20 kilos para encarnar a Marlo, y la joven Mackensie Davis (Blade Runner 2049) cuya natural simpatía y femineidad transforma lo que era fatalmente rutinario en algo fresco y luminoso.

El encanto de la película está en el proceso bien escrito por la guionista Diablo Cody (¡qué nombre perturbador!) que deslizándose por los canales subterráneos de la mente de tantas mujeres en situación similar, logra que empaticemos con ellas, y presenciemos el milagro de una sanación que sólo se logra con lenguaje uterino.

Es tal la finura del mensaje redentor que al finalizar la exhibición nos llegamos a preguntar si Tully realmente existió, o fue el alter ego de Marlo que llegó a socorrerla como un hada imaginaria. Pero los realizadores se encargan de dejar en claro que Tully era real, y que como ella hay seres que llegan providencialmente a nuestras vidas cuando menos los esperamos.

El incidente melodramático cerca del final nos incita a pensar que Tully fue sólo una fantasía. ¿Fue deliberado?

ESPECIAL PARA MADRES Y ESPOSAS ABATIDAS POR LA RUTINA Y LA DEPRESIÓN.

Ficha técnica


Drama familiar EE.UU. – 1,35 hrs.
Fotografía: Eric Steelberg
Edición: Stefan Grube
Música: Rob Simonsen
Diseño Prod.: Anastasia Masaro
Guionista: Diablo Cody
Actores: Charlize Theron, Mackenzie Davis, Ron Livingston
Director: Jason Reitman

El Despertar de Camila - Por Juan Pablo Donoso

Relato semi-biográfico inspirado en una muchacha chilena llamada Nicole Duarte.

En el filme se llama Camila y en torno a ella gira esta anécdota de dolor, familia y romance.

Desde muy joven se sabía hermosa, atractiva y triunfadora. Un día, en la piscina de su casa sufre un accidente vascular encefálico que la dejó hemipléjica.

Después de un largo período de inconciencia, su familia de buen pasar económico, se aboca a darle todos los medios de rehabilitación. Pero su ánimo depresivo la torna amarga y antisociable.

En tales condiciones de invalidez se niega a acompañar a sus padres y hermanos en un viaje de vacaciones al extranjero. Permanecerá en la parcela familiar a cargo de Berta, una cuidadora algo mayor encargada de atenderla y ejercitarla.

Como quedan solas en la casona de campo, Berta lleva a su novio a vivir con ellas, cosa que indigna a Camila. Y de la relación de estas tres personas surge el drama que configura el centro de la historia.

Esta pequeña película tiene muchos aciertos. Una caracterización admirable de Francisca Walker, como Camila, inválida y con dificultad para hablar. Compenetrada a fondo en las emociones de su personaje, maneja con exactitud la progresión de sus sentimientos y conductas. Muy bien secundada por Dayana Amigo, (Berta), su guardiana, compañera y confidente.

Especial relevancia tiene la fotografía de Eva Vera Cuadra. La belleza de los colores, especialmente de jardines y paisajes constituye un aporte pictórico en sí misma. Sus encuadres están prolijamente estudiados para que los actores se desplacen en tomas largas sin necesidad de cortes. Con esto, tanto ella como la directora logran la intimidad que algunas escenas requieren.

Hay mucha naturalidad en las actuaciones de todos los personajes, como también en lo espontáneo de los diálogos.

Si nos internamos en la estructura del argumento veremos que es fluido, en especial gracias a los intérpretes, pero navega en un hálito de inmadurez que subyace a lo largo de todo el relato. Es un caso que, manifestando angustia y dolor, se sustenta en pequeños incidentes que le restan dramatismo a un conflicto más profundo. Es como si la inmadurez juvenil de los personajes proviniera también de la inmadurez de los guionistas. Como si faltara una mirada desde lo alto para que la resolución fuera algo más que una simple etapa del osado “despertar” de una adolescente “light” llamada Camila.

UNA HISTORIA REAL CUYA BELLEZA VISUAL Y FRESCURA COMPENSAN LA FALTA DE MAYOR PESO DRAMÁTICO.

Ficha técnica


Drama, romance, familia Cinetopia Chile – 1,28 hrs. 
Fotografía: Eva Vera Cuadra 
Edición: Danielle Fillios 
Música: Carolina Chaspoul y Eduardo Henríquez 
Diseño Prod.: Gina Franzani 
Guionistas: Gonzalo Gorigoitía, Pamela Chovan, Rosario Jiménez-Gili 
Actores: Francisca Walker, Dayana Amigo,Koke Santa Ana, Andrea Freund, Renato Münster
Directora: Rosario Jiménez-Gili

Mi Padre y mi Hijo - Por Juan Pablo Donoso

Una experiencia de profunda emoción. Un reencuentro con las raíces eternas del valor de la familia.

Su director y guionista turco, Çagan Irmak, demuestra ser uno de los poetas más preclaros del cine minimalista contemporáneo. Desgraciadamente sus otras realizaciones, casi todas premiadas, son aún desconocidas en nuestro país.

Hace que lo cotidiano alcance dimensiones conmovedoras. Evita magistralmente caer en el melodrama.

Cada personaje es único, pintoresco y está bien desarrollado.

En vez de simplismo, nos demuestra cómo la sencillez de un relato puede tocar la médula de la vida y de los sentimientos. Y para lograr esto hay que tener una indiscutible madurez artística.

En Estambul, un periodista viudo ha debido criar a Denys, su único hijito de 7 años, sólo ayudado por una vieja niñera. Al sentirse enfermo, víctima de pasadas torturas políticas, decide llevar al niño a la casa de sus padres en el campo, para que allí lo sigan educando los abuelos, junto a sus tíos y primos.

Vendrá un lento período de reencuentro y reconciliación con sus familiares, y de adaptación del niño a esta nueva forma de vida, y con parientes que desconocía.

Es tan cálido y gradual el proceso de acogida que, aparentemente, sólo se sostiene por el humor, la simpatía, o terquedad, de cada uno de aquellos campesinos. Con ese pulso cadencioso, y lleno de anécdotas, el autor Irmak nos va revelando el lazo inefable que cada miembro de esa comunidad aporta a la unión de todos. Y cómo, gracias a esos vínculos de amor tan férreos, logran inocular en el corazón de ese niño el consuelo para aceptar el destino con esperanza y conformidad.

Es tal la pureza y honestidad de cada personaje que, a medida que avanzan los incidentes cotidianos, sus penas y alegrías van siendo también las del espectador. Y las lágrimas que afloren en el público, de hombres y mujeres, serán el natural efecto de una convivencia noble, sin efectismos artificiales ni recurso alguno, salvo una transparente y poética humanidad.

Si bien todos los actores están muy bien elegidos, y cada uno entrega lo más sincero de sí, celebramos la ocasión de conocer a dos figuras consagradas del arte dramático turco: Humeyra, la abuela, quien sin ser físicamente agraciada, desborda histrionismo arrollador, y, Çetin Tekindor, el abuelo, que con mínimos gestos, y silencios, transmite torrentes de emoción.

Una obra maestra que hablará a todos los públicos, jóvenes y mayores, en el lenguaje sensible de cada edad.

UN TESORO DEL CINE TURCO QUE SE NOS INCRUSTA EN EL CORAZÓN. MAGNÍFICA.

Ficha técnica


Título Original: Babam ve Oglum 
Cine-Arte Galería Patricia Ready 
Tragicomedia familiar, política Turquía – 1,48 hrs. 
Fotografía: Ridvan Ülgen 
Edición: Kivanç Ilgüner 
Música: Evanthia Reboutsika 
Diseño Prod.: Murat Guney 
Actores: Çetin Tekindor, Fikret Kuskan, Hümeyra 
Guionista y Director: Çagan Irmak

Tully - Por Carlos Correa

Esta película del director Jason Reitman se inscribe dentro del género de comedia, sin embargo, y como suele pasar a menudo, ello se convierte solo en una excusa y así desarrollar un formato menos duro para poder abordar una temática que es más cercana a los conflictos y al drama.

Marlo -la inconfundible Charlize Theron que subió muchísimos kilos para caracterizar a su personaje- es una mamá que está esperando a su tercer hijo y debe lidiar con el día a día de la crianza de los otros dos, lo que a esta altura la sobrepasa con creces. La relación con Drew -Ron Livingston-, su marido, es normal pero él está fuera gran parte del día y tiene viajes fuera de la ciudad por lo que la responsabilidad y el agobiante trabajo de llevar la casa recae solo en ella. Y verdaderamente ya no da más. Su hermano, al verla tan agobiada, le ofrece una ayuda diferente: contratar a una niñera de noche para que pueda descansar algo más, evitando los desvelos y preocupaciones del bebé recién nacido.

Así es como llega Tully -una joven y atrevida Mackenzie Davis- quien de inmediato toma las riendas de la casa y envía a Marlo a dormir pues ella se encargará de todo. Pero para la protagonista esto no es tan sencillo. ¿Cómo dejar en manos de una extraña a su bebé? No la conoce, no tiene confianza, ¿qué debería hacer? Es en ese momento donde el relato comienza a exponer los momentos de mayor reflexión y profundidad con diálogos precisos entre las dos mujeres que parece que coinciden en demasiados gustos y también da la impresión que se conocieran muy bien. Su relación es franca y abierta, sin tapujos ni temas escondidos.

El guion de Diablo Cody es interesante, agudo e inteligente, y además tiene una lógica distinta a lo habitual. La cinta presenta tres partes muy marcadas. Un comienzo muy intenso y poco extenso que muestra la rutina desesperante de una madre superada por las circunstancias. Un segundo momento, mucho más largo, donde todo parece calzar y ajustarse hacia una comodidad bastante natural y el surgimiento de un repentino último cuarto que recupera y aumenta la tensión inicial, genera el conflicto y conduce hacia su desenlace. Desde la forma es diferente y desde su desarrollo la audacia y la química de las dos protagonistas le dan mucho carácter al metraje. Theron realiza un trabajo notable para expresar con su mirada, tonos de voz y movimientos corporales todo aquello que la hace sentir mal, transmitir sus estados extremos de sensibilidad y sus emociones, provocando natural empatía con los espectadores. Por su parte, Mackenzie Davis entrega a su personaje una fuerza juvenil arrolladora que brilla y provoca al mismo tiempo.

“Tully” es una cinta que está bien narrada. Sus actuaciones son sólidas y en sus variados aspectos muy reales. La transformación que experimenta Marlo es notable gracias al carisma con el que Theron nutre a su personaje, subiendo el nivel de una honesta comedia que acomete temas serios y tremendamente actuales.

Ficha técnica 

Título original: Tully
Año: 2018
Duración: 94 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Bron Studios / Right Way Productions / Denver and Delilah Productions
Género: Comedia
Guion: Diablo Cody
Música: Rob Simonsen
Fotografía: Eric Steelberg
Reparto: Charlize Theron, Mackenzie Davis, Mark Duplass, Emily Haine, Ron Livingston, Elaine Tan, Maddie Dixon-Poirier, Lia Frankland
Dirección: Jason Reitman

Deadpool 2 - Por Carlos Correa

Esta cinta tal vez debió llamarse “Las desventuras de Deadpool”. Habría sido un título algo más apropiado que solo “2”. Además, la acción cae en tantos despropósitos ridículos que me viene a la mente -guardando naturalmente toda proporción- aquella famosa frase de Les Luthiers refiriéndose al “adelantado don Rodrigo Díaz de Carrera; las aventuras en que se vio envuelto y como... se desenvolvió”. Porque así es Deadpool, no termina de desenvolverse de un problema para envolverse en el siguiente.

Ya conocemos bastante bien a nuestro personaje desde la primera entrega. Ryan Reynolds lo encarna con una naturalidad y humor únicos. A diferencia de la anterior, esta vez el personaje alterna mucho más su presencia con y sin su disfraz, pues ya no es sorpresa el rostro de Wade al natural. ¿Y el argumento? Nuestro súper héroe debe luchar contra un malvado que tiene súper poderes. ¿Suena conocido? Pero así es, se los prometo. Lo singular es con quien lucha y lo plural es quienes le acompañan en estas peleas.

Lo inconmensurable de esta película es la cantidad de situaciones que enfrenta el personaje y su capacidad increíble de superar todo obstáculo que se le presenta, incluso, su extrema capacidad de supervivencia a explosiones, balazos y desmembramientos. Es de no creerlo. ¿Es entretenida? Si. ¿Divertida? Bastante. ¿Chistosa? Pocas veces. ¿Irreverente? Siempre.

El desfile de autoreferencias marvelianas es enorme y de todo tipo, naturalmente. Reírse de sí mismo es lo más sano que existe y ello la película lo cumple perfectamente, sobresaliente diría yo. Y me encanta que una de las mayores fábricas de superhéroes se ría de sus personajes y no se tome las cosas tan en serio. Ojo con la escena Post Créditos. ¡Notable!

“Deadpool 2” no sorprende como la primera pero es más sólida y apalancada. El guion es de vértigo en la acción y bastante más remolón en las escenas que la interrumpen. Aún así tiene una gracia que es parte de su esencia y que la saca adelante. No brilla pero cumple. Ni fu ni fa, es más bien Sol*. (Referencia, explicación y spoiler después de la ficha técnica)

Ficha técnica

Título original: Deadpool 2
Año: 2018
Duración: 111 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Marvel Entertainment / 20th Century-Fox / Donners' Company / Kinberg Genre
Género: Acción. Fantástico. Comedia | Superhéroes. Marvel Comics. Cómic. Secuela
Guion: Rhett Reese, Paul Wernick, Ryan Reynolds (Cómic: Rob Liefeld, Fabian Nicieza)
Música: Tyler Bates
Fotografía: Jonathan Sela
Reparto: Ryan Reynolds, Zazie Beetz, Josh Brolin, Morena Baccarin, T.J. Miller, Karan Soni, Brianna Hildebrand, Leslie Uggams, Jack Kesy, Julian Dennison, Eddie Marsan, Lewis Tan, Bill Skarsgård, Rob Delaney, Terry Crews, Shiori Kutsuna, Hayley Sales, Luke Roessler, Scott Vickaryous, Tanis Dolman, Nikolai Witschl, Andréa Vawda
Dirección: David Leitch

* La referencia es a la escena de la muerte de DeadPool y además al color que para mi representa en la música la nota sol, es decir, amarillo.

Tully - Por José Blanco Jiménez

Charlize Theron, nacida en Sudáfrica en 1975, demuestra su ductilidad de actriz al transformarse en una cuarentona que espera su tercer hijo y que ha aumentado notoriamente de peso (en la vida real, subió 22 kilos comiendo papas fritas). Tal vez lo mayor evidencia la constituye el momento en que su hija al ver su vientre (que no está modificado por computador) le pregunta: “¡Mamá! ¿Qué te pasó con tu cuerpo?”.

Y es que no sólo el cuerpo de Marlo ha aumentado de peso físico, sino que siente todo el peso de la maternidad, en la que ve únicamente deberes y ninguna satisfacción. Los recipientes, que cuelgan de sus pezones llenándose de leche, son un detalle dentro de la desesperación de atender al hijo “diferente” (sufre un cierto tipo de autismo) o de no poder dormir. Hasta sus sueños son desesperantes y recurrentes: como el de la sirenita.

Esta mujer tan débil y aproblemada no corresponde al tipo del marimacho a que está acostumbrado el espectador.

Recordaré sólo cuatro de los más de cuarenta roles que ha interpretado. En Monster (de Patty Jenkins, 2003) una despiadada asesina en serie (Premio Oscar); en Lugares oscuros (Dark Places, de Gilles Paquet-Brenner) una joven que busca desesperadamente la verdad en un crimen por el que fue condenado su hermano; en Mad Max: Furia en el camino (Mad Max: Fury Road, de George Miller, 2015) una aventurera sin miedo, que ya es manca de un brazo; en Atómica (Atomic Blonde, de David Leitch, 2017) una espía entrenada para matar y seducir por igual a hombres y mujeres.

Pero no es el camino de la violencia el que triunfa, porque surge la espigada Tully (Mackenzie Davis) una especie de Mary Poppins del nuevo milenio que, como “nana” contratada por el hermano acomodado (que también paga los colegios de los niños), se encarga del cuidado nocturno de la guagua, hace el aseo y prepara de comer. Además, se trata de una joven alegre que tiene una filosofía optimista ante la vida. Incluso, la desconfianza inicial de dejar al bebé con una desconocida pronto desaparece.

¿Y qué hace el marido? Se dedica a los videojuegos.

No me parece tanto una crítica a la sociedad norteamericana, cuanto un llamado de atención a nuestras trancas mentales y a nuestro desapego a los deberes. La cinta además entrega algunas pistas, con insinuaciones lésbicas y fugas de la realidad.

La película ES Charlize que, como siempre, está notable: al punto de que podría haber interpretado los dos papeles. ¡Y no digo más!

(Tully. USA, 2018)

viernes, 11 de mayo de 2018

Los inquilinos - Por Carlos Correa

Hay algo en esta película que resulta atractivo. No es especialmente el relato ni el ritmo de la historia. Es algo más cercano a la construcción de la atmósfera y al desarrollo de los personajes.

Dos hermanos gemelos interpretados por Charlotte Vega y Bill Milner, viven en una vieja y deteriorada mansión. El lugar es enorme que queda en el medio de un gran bosque, algo alejada del pueblo más cercano. Por supuesto, esta casa tiene secretos de los que conocemos solo pinceladas. Al parecer hay un destino para los hermanos, y justo ahora que han cumplido la mayoría de edad, deben asumirlo o bien rebelarse con las consecuencias que ello conlleva.

Brian O'Malley, el director de la cinta, logra un excelente trabajo con los jóvenes actores. Charlotte Vega, la hermana, y Bill Milner, el hermano, construyen sus papeles en base a gestos, miradas y unas pocas palabras. El resto es justamente esa sensación atmosférica que rodea un relato que si bien no tiene un gran vuelo, en su formato nos conduce lentamente hacia un desenlace que siempre está abierto.

La fotografía Richard Kendrick y la música de Kevin Murphy son parte fundamental de la película y están muy bien logradas. Es la Irlanda de comienzos del Siglo XX, post guerra, y por ello los secundarios giran en torno al joven sobreviviente que regresa al pueblo y al “desocupado” abusador de turno y sus secuaces.

Interesante y atractiva para ser más de suspenso que de terror, “The Lodgers” se las arregla para salir bien parada en un tiempo donde el uso y abuso de estas producciones en serie no tienen más que agobiados, sin presentar novedades ni nada que se salga de los patrones establecidos. En ese sentido trabajo que realiza O'Malley con el guion de David Turpin funciona más que correctamente y sus escasos 92 minutos fluyen con absoluta naturalidad.

Ficha técnica

Título original: The Lodgers
Año: 2017
Duración: 92 minutos
País: Irlanda
Productora: Tailored Films / Epic Pictures Group [USA] / Avatar Audio Post Production / Bowsie Workshop / Outer Limits Post Production / E-Color Studios / Point.360
Género: Terror | Casas encantadas. Años 20
Guion: David Turpin
Música: Kevin Murphy
Fotografía: Richard Kendrick
Reparto: Charlotte Vega, Bill Milner, Eugene Simon, David Bradley, Moe Dunford, Roisin Murphy, Deirdre O'Kane, Emmet Kelly, Emma Whelan, Tara Doyle
Dirección: Brian O'Malley

jueves, 10 de mayo de 2018

Los Extraños: Cacería Nocturna - Por Juan Pablo Donoso

Aquí el terror y la angustia provienen del absoluto desconocimiento de la identidad y los motivos de los asesinos. Y lo peor - ¡o lo mejor! - es que al finalizar, seguimos ignorando la causa de tanto espanto.

Entonces, sólo podemos evaluar estas películas por el oficio audiovisual con que manejan las historias. Es decir, cuánto captan y mantienen nuestra atención, cuánto simpatizamos con sus personajes, cuánto miedo nos provocan, hasta qué punto trasgreden la lógica, y cuánto evitan desagradables efectismos de rostros horribles que aparecen de golpe, o los consabidos estruendos orquestales sin prevención.

¿Cuáles son, a nuestro juicio, las mejores obras de este género? Aquellas en que el ambiente es normal, que sus personajes se conducen de acuerdo a una lógica cotidiana, y que llevando una vida sencilla se ven, gradualmente, atrapados en circunstancias pavorosas y de difícil explicación. Tal sería el caso, por ejemplo, de El Resplandor de Kubrick (1980) o La Mansión Embrujada (1963) de Robert Wise. Cuando en un relato lógico se comienzan a filtrar elementos inexplicables que llevan a consecuencias inesperadas, felices o traumáticas.

Este filme sigue los pasos de su exitoso antecesor, también llamado Los Extraños (2008), escrito y dirigido por Bryan Bertino. Ahora, nuevamente con Bertino como guionista, pero dirigido por Johannes Roberts, repiten la circunstancia terrorífica pero con personajes diferentes.

Una familia compuesta por papá, mamá, hijo adolescente e hija menor rebelde deciden visitar a unos tíos que viven en unas cabañas de vacaciones en el campo. Cuando llegan, ya de noche, hallarán a los parientes masacrados, y ellos mismos serán los próximos candidatos a morir así.

El resto de la película es cómo intentan evadir a los misteriosos asesinos: dos mujeres y un hombre enmascarados. El suspenso radica en que todo ocurre de noche, que ellos son los únicos habitantes del condominio, que es imposible escapar y que jamás sabemos la causa de los asesinatos.

A tal punto la fórmula carece de motivaciones que cuando logran quitarle la máscara a una de las criminales, y le preguntan por qué quieren asesinarlos, ella, agonizante, responde con toda calma: “¿Y por qué no?”. (¡!)

A diferencia de otras con similares máscaras -como la saga de los Martes 13 - esta cinta elude los golpes bajos efectistas, mantiene buen ritmo, sus personajes “buenos” generan empatía y, muy en especial, dura sólo 1,25 hrs. Sobresale la actriz Bailee Madison (Hermanos – 2009) como la hija menor rebelde. Es carismática y otorga progresión dramática a su personaje.

PARA MANTENERSE ASUSTADO PERO SIN EXIGIR LÓGICA NI MOTIVACIONES.

Ficha técnica

Título Original: The Strangers: Prey at Night 
Diamond Films Terror EE.UU. – 1,25 hrs. 
Fotografía: Ryan Samul 
Edición: Martin Brinkler 
Música: Adrian Johnston 
Diseño Prod.: Freddy Waff 
Guionistas: Bryan Bertino,Ben Ketai 
Actores: Christina Hendricks, Bailee Madison, Martin Henderson 
Director: Johannes Roberts

Sexy por Accidente - Por Juan Pablo Donoso

Comedia glamorosa cuyo tema ya fue tratado con más talento en AMOR CIEGO (Shallow Hal) –realizada por los Hnos. Farrelly en 2001.

Hecha para el lucimiento personal de Amy Shumer, humorista de “stand-up”, y protagonista de un show televisivo que lleva su nombre. Ella, como tantas comediantas de distintos países, en TV se caracteriza por ser deslenguada, desinhibida y muy obscena con chistes y gestos. Pareciera que las mujeres humoristas sólo triunfan cuando recurren a la impudicia y a la coprolalia. Hasta en Chile tenemos algunas connotadas ejemplares.

Aquí es una muchacha gordita, pobretona y sin suerte en el amor. Tiene dos amigas con similares carencias. Sufre un accidente mientras hace gimnasia, se pega en la cabeza y, a partir de ese momento, cuando se mira en el espejo se halla hermosa y dispuesta a superar sus complejos. Su cambio de “actitud” ante la vida le condiciona autoestima, creatividad y valentía.

Ingresa a uno de los más importantes centros de modelaje y comienza su carrera de ascensos y chascos a todo nivel.

Los contrastes entre cómo se ve a sí misma y cómo la ven los demás siguen siendo amenos y graciosos. Pero requieren estar bien dosificados. Tal vez por privilegiar el histrionismo de Shumer el guion decae en la mitad del relato y repunta hacia el final.

Tuvieron la inteligencia comercial de incluir a bellas modelos, tanto mujeres como hombres. A Lauren Hutton, actriz/modelo cumbre de los años 70, al mito afro de las pasarelas Naomi Campbell, y a la promisoria Emily Ratajkowski.

Destacamos la versatilidad de Michelle Williams (Mi Semana con Marilyn; Secreto en la Montaña) y la presencia ineludiblemente carismática de Busy Philipps, (esposa de uno de los guionistas, Marc Silverstein).

IRREGULAR COMEDIA MENOR PARA QUIENES ADMIRAN A AMY SHUMER. MENOS PROCAZ QUE CON SUS CHISTES TELEVISIVOS.

Ficha técnica


Títutlo Original: I Feel Pretty 
BFDistribution Comedia EE.UU. – 1,50 hrs. 
Fotografía: Florian Ballhaus 
Edición: Tia Nolan 
Música: Michael Andrews 
Diseño Prod.: Elizabeth A. Allen 
Actores: Amy Schumer, Michelle Williams, Emily Ratajkowski 
Guionistas y Directores: Abby Kohn, Marc Silverstein

lunes, 7 de mayo de 2018

Avengers: Infinity War - Por Carlos Correa

En esta nueva entrega de “Avengers”, Marvel suma en pantalla una cantidad enorme de super héroes, todos reunidos para evitar que Thanos, un super poderoso malo-malo, logre el objetivo de capturar las gemas que le permitan tener el poder de controlar totalmente el universo.

Y en simple, ese es el argumento y el desarrollo de la historia. Al parecer nada ni nadie puede detener a Thanos. Prácticamente toda la cinta es un desfile de batallas, peleas, efectos visuales y efectos especiales que si bien están tremendamente logrados, al final resultan agotadores si no tienen un trasfondo mayor. Incluyendo el escenario natural de Wakanda, la sorpresa de Marvel con Pantera Negra, su última entrega, no se observa mayor novedad en el resto de los espacios en que se libran estas implacables luchas de titanes.

La sensación que deja “Infinity War” es de una cinta en extremo larga y que básicamente está construida con variaciones sobre el mismo tema. Creo que tantos personajes causan un efecto contrario al esperado, es decir, un mínimo impacto porque en realidad ninguno puede desarrollarse demasiado. Asimismo la cinta abusa de la broma, lo que también se transforma en un recurso repetido y que por lo mismo deja de tener la gracia de entregas anteriores.

En mi opinión, nunca tanto fue tan poco pues los excesos suelen ser catastróficos. “Infinity War” entretiene, si. Ha logrado batir todos los récord de taquilla tanto localmente como mundialmente. La fascinación por las estrellas de Marvel es tal que su reforzamiento con campañas de marketing no ha hecho más que aumentar exponencialmente sus espectadores y su recaudación. Negocio redondo y efectivo. Pero, ¿algo más? A mi modo de ver, queda totalmente al debe.

Dos aspectos si son muy destacables. La música de Alan Silvestri y la fotografía de Trent Opaloch. El resto es material para fanáticos que se van a deleitar con sus héroes y que si pudieran entrarían en la lucha cuerpo a cuerpo con el gran Thanos.

Y como siempre, no se vayan antes de concluir los créditos. Hay dos razones, una mención a Chile y la famosa escena post que siempre esperamos con la esperanza de algo nuevo, un aviso futuro o quizá una escena que cambie el final. No se puede adelantar nada, porque se perdería toda la magia.

Ficha técnica

Título original: Avengers: Infinity War
Año: 2018
Duración: 156 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Marvel Studios
Género: Ciencia ficción. Fantástico. Acción | Superhéroes. Cómic. Marvel Comics
Guion: Christopher Markus, Stephen McFeely (Cómic: Jack Kirby, Jim Starlin)
Música: Alan Silvestri
Fotografía: Trent Opaloch
Reparto: Robert Downey Jr., Chris Hemsworth, Benedict Cumberbatch, Chris Evans, Mark Ruffalo, Scarlett Johansson, Chris Pratt, Tom Holland, Josh Brolin, Elizabeth Olsen, Chadwick Boseman, Pom Klementieff, Terry Notary, Dave Bautista, Karen Gillan, Tessa Thompson, Zoe Saldana, Gwyneth Paltrow, Tom Hiddleston, Cobie Smulders, Paul Bettany, Sebastian Stan, Peter Dinklage, Samuel L. Jackson, Benicio del Toro, Danai Gurira, Benedict Wong, Anthony Mackie, Don Cheadle, Idris Elba, Vin Diesel, Bradley Cooper, William Hurt, Stan Lee
Dirección: Anthony Russo, Joe Russo

miércoles, 2 de mayo de 2018

Inmersión - Por Juan Pablo Donoso

A este relato le faltó más tiempo de cocción.

Wim Wenders es uno de los grandes directores alemanes contemporáneos. Un eximio documentalista. Con sólo citar BUENA VISTA SOCIAL CLUB y LA SAL DE LA TIERRA, entre otros, ha dejado una impronta de inteligencia y sensibilidad. También, a veces, cuando aborda temas de ficción como PARIS-TEXAS o LAS ALAS DEL DESEO logra magia y sutileza. En ellas nos invita a sacar nuestras propias conclusiones: el mensaje se desprende de la evanescencia poética del relato.

Pero en otras oportunidades sólo se luce en el oficio de las formas mientras el fondo se le escabulle como agua entre los dedos. Tal es el caso de este nuevo filme. Bella artesanía audiovisual - actores, fotografía, paisajes, edición y música – pero algo quedó mal resuelto en el meollo del argumento. Faltó el eje dramatúrgico para amarrar amor, ciencia y espionaje.

James More (James McAvoy) es un agente encubierto del Servicio Secreto Británico (MI6) que debe infiltrarse como ingeniero hidráulico en Somalia, donde arde la guerra civil jihadista. Danielle Flinders (Alicia Vikander) es una biomatemática preparándose para descender a las profundidades del Atlántico a descubrir nuevas formas de vida.

Ambas misiones serán peligrosas. Pero antes de abordarlas se conocen en un hotel de descanso en Normandía, y se enamoran profundamente. Y vendrá la separación, momentánea, hasta volver a unirse.

Por más que nos muestren los riesgos laborales que viven ambos protagonistas: cárcel, torturas y nostalgia, el guion nunca logra centrar el drama.

Queda con tres conflictos diferentes, barajados entre sí por la edición, pero sin un objetivo final definido.

Durante su desarrollo el filme promete una resolución impactante, feliz o triste, pero se diluye en una nebulosa efímera y abstracta.

La alegoría del título - INMERSIÓN (Submergence) - resulta banal si comparamos los riesgos profesionales de los protagonistas con lo que fue el vínculo amoroso entre ellos.

PROLIJA PRODUCCIÓN CIENTÍFICA/POLÍTICA/ROMÁNTICA CON UNA BORROSA MÉDULA DRAMÁTICA.

Ficha técnica


Título Original: Submergence 
Cinetopia Drama, romance, suspenso Alemania, EE.UU., Francia, España – 1,52 hrs. 
Fotografía: Benoît Debie 
Edición: Toni Froschhammer 
Música: Fernando Velázquez 
Diseño Prod.: Thierry Flamand 
Guionistas: Erin Dignam, J.M. Ledgard (novela) 
Actores: Alicia Vikander, James McAvoy, Alexander Siddig 
Director: WimWenders

Los Inquilinos - Por Juan Pablo Donoso

Una joyita irlandesa de terror gótico neo-romántico.

En su género tétrico hace alarde de buen gusto, evita el sensacionalismo, rezuma poesía en su argumento, ambientación, luces, escenografía, efectos mágicos, actuaciones y coherente música incidental sin estruendos. Hay reminiscencia de Los Otros (2001), pero con lenguaje propio.

Tragedia de una tradición familiar decrépita, de locura, pobreza, y estigma social.

El día en que los mellizos Edward y Rachel, únicos habitantes del viejo castillo, cumplen 18 años, intuyen que los fantasmas de sus antepasados, que habitan en las mazmorras y en el fondo del lago cercano, vendrán a llevárselos si trasgreden las normas del pasado. Hay ausencia de Fe y de Esperanza. Y cuando se vislumbra el Amor Erótico, lo que queda de aquella mansión en ruinas comenzará a desplomarse para siempre.

Plantea la inevitable necesidad de cambios, de libertad personal, cuando ya la tradición se torna corrupta e inútil.

La narrativa fílmica es tan precisa que prescinde de más explicaciones. Se limita a suceder frente a nosotros en ese ámbito de cielos cubiertos, elegantes rincones penumbrosos del pasado, gemidos en la medianoche, y siluetas fugaces en los espejos. La sangre de los ancestros clama desde las profundidades.

Fue filmada en LOFTUS HALL, famoso castillo irlandés embrujado donde hasta hoy ocurren eventos paranormales.

Fotografía inspirada en pintores irlandeses del siglo 19 como Walter Osborne y William Davis. Y resuena el tono poético de Samuel Ferguson, padre del renacimiento céltico en dramaturgia.

Nada sobra, ni siquiera los escépticos veteranos de la revolución irlandesa. Ellos, con su vulgaridad pueblerina, aportan el contraste con el vetusto castillo, la bella heroína Rachel (excelente Charlotte Vega), su enamorado inválido, el hermano casi demente, y los fantasmas.

Final abierto que se agradece.

Admirable guion del novato David Turpin, dirigido con estilo por Brian O´Malley y con intérpretes carismáticos.

POR FIN UN RELATO HERMOSO Y POÉTICO EN EL GÉNERO DE TERROR GÓTICO.

Ficha técnica

Título Original: The Lodgers 
BFDistribution Terror, romance Irlanda – 1,32 hrs. 
Fotografía: Richard Kendrick 
Edición: Tony Kearns 
Música: Kevin Murphy, Stephen Shannon, David Turpin 
Diseño Prod.: Joe Fallover 
Guionista: David Turpin 
Actores: Charlotte Vega, David Bradley, Moe Dunford 
Director: Brian O'Malley

Premios

Mejor Película en Molins de Rei Horror Film Festival en Barcelona
Mejores Efectos Especiales y Mejor Actriz (Charlotte Vega) en el Festival Fancine de Cine Fantástico de la Universidad de Málaga en Málaga, España.

Yo soy Simón - Por Juan Pablo Donoso

Basada en la exitosa novela de Becky Albertalli.

Un respetuoso llamado a la tolerancia, al cariño y a aceptar la realidad.

El tema concierne a la definición de la identidad erótica, y cómo aprender a enfrentarla.

Es el caso de una familia sana y unida cuyo hijo adolescente, Simón Spier, descubre que tiene inclinación homosexual.

La historia plantea tres dilemas simultáneos: aceptar la propia condición; darla a conocer a los demás, y; concretar el amor con otro que todavía está oculto porque sufre el mismo tormento.

El proceso de resolver estos desafíos juveniles, cuando aún la vida se ve confusa, se nos presenta en este filme como algo aterrador y a la vez hilarante.

El temor de perder los amigos y a los familiares es un secreto muy fuerte de sobrellevar.

¿Cómo afrontar este tipo de orientación amorosa para alcanzar la madurez?

Tragicomedia más profunda de lo que parece. Habla de reconciliar la paz consigo mismo y reconocer los propios rasgos de personalidad.

Afortunadamente los tiempos han cambiado. Todos merecen amar y ser felices. Por intolerancia y discriminación muchos jóvenes llegaron a quitarse la vida.

Admirable adaptación de la novela. El mensaje de amor y aceptación queda claro y respetuoso. Simón, sus compañeros y amigas, sus padres y familiares están bien representados. Los actores comprenden la premisa de la película y encarnan sus personajes con sinceridad y entusiasmo. Mérito del director y los guionistas.

Conmueve sin herir. La inteligencia, profundidad y encanto de sus personajes son legítimos y sinceros. Privilegia los sentimientos de amor por encima de los estereotipos de orientación sexual.

Carece de violencia, morbo y caricaturas.

Es útil que los jóvenes se vean en un filme así

UN TEMA SENSIBLE REALIZADO CON SIMPATÍA, TALENTO Y BUEN CRITERIO.

Ficha técnica


Título Original: Love, Simon 
Fox Tragicomedia, romance EE.UU. – 1,50 hrs. 
Fotografía: John Guleserian 
Edición: Harry Jierjian 
Música: Rob Simonsen 
Diseño Prod.: Aaron Osborne 
Guionistas: Elizabeth Berger y Isaac Aptaker 
Actores: Nick Robinson, Jennifer Garner, Josh Duhamel 
Director: Greg Berlanti

Inmersión - Por José Blanco Jiménez

Danielle, una biomatemática, se toma unos días de vacaciones antes de cumplir su sueño de sumergirse en las profundidades del océano para comprobar su hipótesis de que existe una forma de vida sin fotosíntesis, lo que daría una nueva esperanza a la Humanidad.

James, un ingeniero hidráulico, que trabaja como espía, se encuentra en el mismo hotel junto al mar antes de partir en una misión encubierta a Somalia. El espectador lo sabe desde el primer momento, porque lo ve recibir instrucciones en un museo y entrega detalles acerca de cómo desarrollará su actividad en busca de terroristas. Es así cómo se convierte en cómplice inerte.

Es en ese momento que Wim Wenders da una clave de lectura, que tal vez no todos captan de inmediato. En la pinacoteca hay un personaje de espaldas que está en la misma pose de El caminante sobre el mar de nubes (en alemán, Der Wanderer über dem Nebelmeer) del pintor romántico Caspar David Friedrich, que se conserva en el Kunsthalle de Hamburgo (Alemania) y que ha sido interpretado - entre otras maneras – como un símbolo de aislamiento, soledad y debilidad (lo que está representado por el bastón) ante la inmensidad de la vida eterna. Todo en el contexto histórico de los movimientos revolucionarios, afín al del mundo actual.

Es el destino de James, que también se encuentra solo por la vida doble que desarrolla y el encuentro con Danielle es gratificante. No sólo hacen el amor, sino que entre ambos hay química. Tienen que separarse, pero esperan volverse a encontrar. En un mundo interconectado por celulares debería ser fácil estar siempre en contacto.

Pero la situación es diversa: el joven es tomado prisionero por los jihadistas y – como ella desconoce su verdadera labor – empieza a pensar que la ha olvidado. Por su parte, James sufre las torturas y mucho más al no estar comunicado con ella.

El relato se desarrolla de manera límpida. Son dos historias paralelas y constantes flashbacks, pero con un montaje impecable en el que no se pierde el hilo y aumenta la angustia del espectador, que sabe lo que está pasando y quisiera decirlo a la protagonista.

En un momento, ella también da una clave cuando explica las capas que componen la hidrósfera y que, de algún modo, representan las capas de los sentimientos humanos. En esta adaptación de la novela de Jonathan M. Ledgard, la inmersión es total: hasta el fondo del amor, del océano y el mal donde todo se aglutina.

Excelentes actuaciones de Alicia Vikander (La chica danesa, Tomb Raider) y James McAvoy (el profesor Charles Xavier de X-Men, Fragmentado).

(Submergence. USA, 2017)