Inspirada en un hecho policial verdadero cuyo misterio paranormal jamás fue resuelto.
Madrid, junio de 1991; Verónica es una colegial adolescente de 15 años cuyo padre acaba de morir. Como la madre trabaja de garzona en una tasca cercana, ella debe cuidar a sus 3 hermanos menores: unas gemelas y al pequeño Antoñito, estrábico e indefenso.
Aprovechando que en el colegio todos suben a la terraza a ver un eclipse, Verónica y dos amigas bajan al subterráneo e intentan invocar al espíritu de su padre. Pero una extraña fuerza sobrenatural aturde a la muchacha. En la enfermería, donde se recobra, nos enteramos que a esa edad aún carece de menstruación. A esa alteración hormonal atribuyen las extrañas alucinaciones que sufrirá más adelante.
Una monja vieja y ciega del colegio intuye que la niña está poseída por fuerzas malignas, y le aconseja “cerrar la puerta que nunca debieron abrir”. Dice, “No me hacen falta ojos para ver la realidad”.
Más, la presencia diabólica seguirá atormentándola a ella y a sus hermanitos en el hogar, hasta llegar a niveles fuera de todo control.
Aterrada, la niña se pregunta: “Si el fantasma no es mi padre, ¿quién es entonces?... ¡Soy YO MISMA!”
El inspector policial Ramón Romero y sus ayudantes fueron testigos presenciales de las consecuencias paranormales y quedaron traumatizados para toda la vida.
En el rol de la madre reaparece en nuestras pantallas la actriz Ana Torrent, aquella carismática niñita de 10 años en el filme de Carlos Saura CRÍA CUERVOS de 1975. Es grato ver como conserva su fuerza emotiva.
Lo que distingue a este filme de tantos otros de terror extrasensorial es el amor que el director, Paco Plaza, siente por sus personajes, y como ese afecto se nos transmite a los espectadores. Aquí nadie es “malo”, ni por ello debiéramos repudiarlo, sino que todos son vulnerables a posibles fuerzas negativas del más allá. Incluso deja abierta la posibilidad de que los hechos fueran provocados por la psicokinesis de Verónica. Este tratamiento aterrador genera en nosotros sentimientos de conmiseración más que de repulsión. Ni siquiera la monja ciega es maligna. Al parecer, ella también antes fue víctima de fuerzas siniestras.
Se agradece la falta de efectismos sonoros y visuales. Lo fantasmagórico sólo se manifiesta como sombras o presencias sutiles.
UN BUEN FILME DE TERROR ESPAÑOL, CONCEBIDO Y REALIZADO CON RESPETO POR SUS VÍCTIMAS. BASADO EN UN HECHO REAL.
Ficha técnica
Andes Films Terror España – 105 minutos
Fotografía: Pablo Rosso
Edición: Martí Roca Música: Chucky Namanera
Diseño Prod.: Javier Alvariño
Guión: Fdo. Navarro, Paco Plaza
Actores: Sandra Escacena, Bruna González, Claudia Placer , Ana Torrent
Director: Paco Plaza
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