viernes, 26 de mayo de 2017

La Novia - Por Juan Pablo Donoso

Teníamos curiosidad por ver cómo hacían los rusos una película de terror. El resultado fue más o menos decepcionante.

Con excepción de los nombres y la iluminación crepuscular, lo demás es igual a tantas que se filman en Europa y en EE.UU. con fines comerciales.

Si proviniera de una larga novela eslava, adaptada al cine, perdonaríamos lo compacto de las secuencias y sus efectos sensacionalistas. Pero al parecer, fue concebida tal como la presentan: sugerentes escenas iniciales, con personajes perturbados a la manera de Dostoyevsky, y un planteamiento inicial que pudo desarrollarse en la línea de Tarkovsky, donde el tormento de las almas es más doloroso que los acontecimientos.

Pero el director y guionista, Svyatoslav Podgayevskiy, para asustar al público entra demasiado pronto en la truculencia y el facilismo. Una atmósfera inicial inquietante pudo desenvolverse por su propia inercia hasta el desquicio del horror final.

En el siglo 19 creían que si retrataban a un muerto su alma quedaba retenida en las sales de plata de los negativos fotográficos. Y un tenebroso fotógrafo quiso hacerlo con el cadáver de su esposa vestida de novia.

Muchos años más tarde, en nuestros días, las descendientes del fotógrafo, habitantes de una vieja mansión de campo, esperan que su hermano se case con una muchacha virgen para enterrarla viva y así liberarse del espectro maligno de la bisabuela de antaño que habitaba en el hueco de las paredes.

Poco a poco la joven prometida sospechará que es candidata al martirio pero, por haber perdido la virginidad, deberá ser castigada como cordero expiatorio de toda la familia.

De ahí en adelante se suceden las apariciones siniestras, los arpegios orquestales que anuncian sorpresas, las visiones sangrientas en los espejos, y los afanes interminables por escapar de aquel infierno.

Hay incluso un par de sobrinos pequeños del novio que habitan la casa y son testigos innecesarios de los demonios que dominan el lugar y a sus propietarias, incluyendo al torvo mayordomo, para recordarnos a los antiguos mujiks de Rusia.

Prolija, especialmente en la luz y ambientación, con un considerable presupuesto, asustará más a los adolescentes que a los adultos que esperan algo distinto en el tratamiento narrativo de este género tan socorrido en el último tiempo. Deja cabos sueltos y acciones inexplicables.

Y para colmo, el final queda listo para una secuela.

HISTORIA RUSA DE TERROR QUE PUDO SER MÁS NOVEDOSA, PERO SUCUMBIÓ BAJO EL FACILISMO COMERCIAL DE OCCIDENTE.

Ficha técnica


Título Original: Nevesta 
BFDistribution Terror, suspenso
Rusia – 93 minutos 
Fotografía: Ivan Burlakiv 
Música: Jesper Hansen 
Actores: Vyacheslav Chepurchenko, Aleksandra Rebenok, Igor Khripunov 
Guionista y Director: Svyatoslav Podgayevskiy

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