miércoles, 16 de noviembre de 2016

Capitán Fantástico - Por Juan Pablo Donoso

Inquietante relato de un experimento educativo y familiar.

Reflexión espiritual de lo que significaría vivir fuera de la estructura social norteamericana. Y constatar los pros y contras de semejante proyecto.                                                                          

Película valiosa y provocativa. ¿Llegará a estrenarse comercialmente  alguna vez  en nuestro país?

Con este filme su director Matt Ross obtuvo el Premio “Un Certain Regard” en el reciente Festival de Cannes.

¿Qué consecuencias trae la iniciativa de criar – en estos tiempos – a toda una familia  separada  de los padrones de la civilización contemporánea?

Ben Cash y su esposa Leslie se internan en los bosques montañosos del estado de Washington con sus 6 hijos para que aprendan a vivir en contacto directo con la naturaleza, y también a sobrevivir.

La historia comienza cuando el padre y los niños están solos en la montaña porque su madre yace, muy enferma, en un hospital de la ciudad.

Asistimos al entrenamiento que Ben le da a sus hijos e hijas: cazar  animales, trepar acantilados, cultivar vegetales, solidarizar, y valerse por sí mismos. Sólo viajan a la aldea más cercana para abastecerse de lo indispensable.

Ninguno ha ido jamás al colegio. Lo intelectual, idiomas y matemáticas, lo aprenden de libros cuidadosamente escogidos por el padre. Aprendizaje particular que ha sido riguroso pero lleno de amor. Los niños dominan diversas materias en forma integrada y personal.
Aparentemente son felices y capaces. Incluso el hijo mayor, por una gestión anterior de la madre, ha sido aprobado para ingresar a cualquier carrera en las mejores universidades del país. 

Pero el drama se desata cuando se enteran que la madre ha fallecido. Deberán viajar para su funeral a la gran ciudad y tomar contacto con los suegros de Ben, quienes jamás aceptaron el estilo de vida silvestre que habían escogido. 

Los niños – de diversas edades – se confrontan con la vida “civilizada” estadounidense, e intentan conciliar sus visiones de mundos tan opuestos.

Será violento el antagonismo entre el yerno y su suegro (Frank  Langhella). Éste insiste en que esos nietos se incorporen a la civilización, incluso se ofrece a recibirlos en su casa y financiarles los estudios hasta que sean adultos. Pero esto va contra todos los principios del padre. Y los hijos – presionados entre ambas posturas – son aún incapaces de optar por alguno de estos  tipos de vida.

La cinta nos entrega un profundo dilema cultural. ¿Cuáles son los mejores valores para educar a nuestra juventud?
Tal es el drama que desarrolla el filme pasando por diversas situaciones que involucran el amor de ellos por su padre (un Capitán Fantástico), por sus abuelos, por el recuerdo de su madre, y por la riqueza silvestre en que nacieron y fueron criados.

La actuación  de Viggo Mortensen es íntima y brillante; siente tambalearse la esencia de su familia, frente a un mundo que lo desafía a claudicar de sus ideales por una sociedad defectuosamente “desarrollada”.  Cada postura tiene algo de razón.

Todo en este filme es loable, tanto su tratamiento artístico como la disyuntiva que plantea. Sin duda es un paso adelante en la carrera creativa de Matt Ross, de quien antes conocimos su también excelente, pero distinto, trabajo “28 Habitaciones de Hotel”, de 2012.

UN  RELATO  SENSIBLE Y DIFERENTE, EN FORMA Y CONTENIDO.  MUY RECOMENDABLE.

Ficha Técnica

Título original: Capitain Fantastic
Cine Arte Galería Patricia Ready
Fotografía: Stephane Fontaine
Edición: Joseph Krings
Música:  Alex Somers
Drama utópico familiar
EE.UU. – 118 minutos
Actores: Viggo Mortensen, George MacKay, Samantha Isler
Director y Guionista: Matt Ross

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